Congreso Nacional Indígena
Diez años en la brecha
Carlos González García
El Congreso Nacional Indígena (CNI), "la casa de los pueblos indígenas de México", se fundó entre el 9 y el 12 de octubre de 1996. Es hijo directo del Foro Nacional Indígena que, convocado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), tuvo lugar en enero de aquel año en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, pocos días antes de que los zapatistas suscribieran los Acuerdos de San Andrés Sakamch'en --cuya finalidad era el reconocimiento inicial de los derechos y cultura indígena-- con el gobierno federal.
En el cni se encarna el torrente de lucha indígena que significó la conjunción del histórico levantamiento armado del ezln el primero de enero de 1994 con la experiencia de años y años de resistencia india por todo el país. El cni representa la expresión más alta de unidad alcanzada por los pueblos indígenas de México en la lucha por su plena liberación.
Siendo sus propósitos centrales la "reconstitución integral de nuestros pueblos" y construir una nueva relación con el Estado nacional --que debería expresarse en el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas--, el cni participó hasta 2001 en todas las iniciativas que emprendió el ezln para lograr la incorporación de los Acuerdos de San Andrés a la Constitución federal. (El lema "Nunca más un México sin nosotros" resume esta búsqueda.)
Después de que en 2001 los Acuerdos de San Andrés fueron traicionados por el Estado mexicano y la clase política en su conjunto, al aprobar, refrendar y ratificar una auténtica contrarreforma indígena (la llamada Ley Bartlett-Cevallos-Ortega) que mutiló los escasos derechos en materia indígena establecidos por la legislación nacional, el cni replanteó sus objetivos tácticos. De exigir que se reconocieran constitucionalmente los derechos colectivos de los pueblos, pasó a desconocer la contrarreforma indígena, proclamando a los Acuerdos de San Andrés como ley propia y promoviendo el ejercicio directo de la autonomía indígena.
Entre 2001 al 2005, años marcados por
una dispersión organizativa y confusión programática
del movimiento indígena nacional, acontecieron dos hechos tan contradictorios
como importantes. Por un lado diversas comunidades y organizaciones indígenas,
aglutinadas en el cni Región Centro-Pacífico (junto con investigadores
de la sociedad civil mexicana y varias comunidades y organizaciones indígenas
de otras regiones) iniciaron un profundo análisis de la devastación
causada por el capitalismo en su fase neoliberal y concluyeron que en tanto
nuestros pueblos, en alianza con otros sectores explotados de la sociedad
nacional, no emprendan una lucha frontal contra el neoliberalismo, incluidas
las instituciones del Estado mexicano que lo sostienen, resulta imposible
pensar en un reconocimiento, tan siquiera mínimo, de los derechos
colectivos de los pueblos indios.
Por otro lado, una parte significativa del movimiento
indígena, aglutinada en torno a la Asamblea Nacional Indígena
Plural por la Autonomía (ANIPA), decidió integrarse a las
instituciones del Estado que durante años y, sobre todo, a lo largo
del sexenio foxista, han provocado la destrucción de los pueblos
y comunidades indígenas en todo el territorio nacional. Curiosamente
en estos días dichas fuerzas, ya con muy poca base social, han decidido
convocar a una Convención Nacional Indígena para insertarse
en el movimiento postelectoral de Andrés Manuel López Obrador.
La Sexta Declaración de la Selva Lacandona emitida por el EZLN el año pasado, llamando a conformar una fuerza política anticapitalista y de izquierda que pugne por la conformación de un programa nacional de lucha y por una nueva Constitución, atrajo la inmediata atención de las comunidades y organizaciones participantes en el CNI que ven en la convocatoria zapatista una posibilidad real de alcanzar el efectivo reconocimiento de los pueblos indígenas y sus derechos en los marcos de la lucha anticapitalista de liberación nacional y de la nueva Constitución que se proponen.
El cuarto CNI, realizado los días 5 y 6 de mayo
del presente año en la comunidad ñahñu de San Pedro
Atlapulco, estado de México, con la participación de casi
mil delegados de 25 estados del país, marca esta novedosa etapa
del movimiento indígena nacional que se viene gestando desde hace
tiempo. La parte final de la Declaración de N'donhuani expresa fielmente
el nuevo consenso indígena: "Como punto último de nuestra
declaración impugnamos al Estado mexicano y llamamos a todos los
pueblos, comunidades y organizaciones indígenas y a todos los sectores
oprimidos a conformar un frente amplio anticapitalista que impulse un proceso
que conduzca hacia una Nueva Constitución y otra forma de gobierno
que permita el reconocimiento de nuestros derechos y una sociedad justa,
libre y democrática".
Después de Atlapulco, el cni sigue fortaleciéndose. En julio, la Nación Comca'ac (seri) y diversas organizaciones indígenas de Sonora pactaron en la denominada Declaración de Soocaix (Punta Chueca, Sonora) "fortalecer al Congreso Nacional Indígena en el noroeste y en todo el país como el espacio de unidad de los pueblos indígenas de México". Acordaron que "apoyados en el derecho histórico que deriva de nuestra existencia como pueblos originarios de Sonora y otras regiones del país, exigimos a los gobiernos municipal, estatal y federal el respeto a nuestros territorios, autonomía, cultura, historia, tradiciones, gobierno tradicional, derechos laborales, humanos y sociales, haciendo del conocimiento de la sociedad nacional que aquello que nos corresponde y nos pertenece lo defenderemos por todas las vías a nuestro alcance, tal como lo hemos hecho en los últimos quinientos años".
El 27 de agosto diversas organizaciones y comunidades
indígenas de la Península de Yucatán, reunidas en
la comunidad de El Pañuelo, municipio de Candelaria, Campeche, acordaron
ratificar la Sexta Declaración de la Selva Lacandona y su adhesión
al CNI, así como convocar al foro nacional en defensa de la medicina
tradicional que tendrá lugar el próximo mes de noviembre
en Mezcala, Jalisco, otra comunidad recientemente incorporada al CNI. En
dicha reunión el Consejo Regional Indígena Nahua-Popoluca
de Veracruz planteó que llevará a las diversas asambleas
comunitarias de su región la propuesta de incorporación al
CNI.
Contra la opinión de "amigos" y enemigos,
el cni está lejos de desaparecer. Aun cuando los últimos
diez años significan el recrudecimiento de la guerra de conquista
contra los pueblos indígenas de México, el intento de empresas
y gobiernos de devastar los territorios y culturas indígenas, y
la masiva migración campesina a las ciudades o al extranjero, el
movimiento indígena conserva una perspectiva y un rostro propios
en gran medida gracias a la persistencia de la lucha zapatista y a la presencia
del CNI.
Carlos González: asesor de la Región Centro-Pacífico del CNI y de diversas organizaciones del sur de Jalisco.