Las huellas de lo que fue la actividad ferrocarrilera aún se percibe en esa zona
Esperan 75 familias de Patio Eslava la regularización de sus terrenos
Los tramos de las vías ahora sirven de marcos para las humildes viviendas
Ampliar la imagen Asentamientos irregulares en Patio Eslava, en la delegación Magdalena Contreras, donde los habitantes esperan poder obtener los títulos de propiedad de los terrenos Foto: Roberto García Ortiz
Ampliar la imagen Asentamientos irregulares en Patio Eslava, en la delegación Magdalena Contreras, donde los habitantes esperan poder obtener los títulos de propiedad de los terrenos Foto: Roberto García Ortiz
Las huellas de lo que fue la actividad ferrocarrilera en esta ciudad todavía se perciben en el asentamiento irregular Patio Eslava, ubicado en la zona limítrofe entre las delegaciones Magdalena Contreras y Tlalpan. Ahí, 75 familias de escasos recursos esperan impacientes la regularización de sus terrenos.
Pequeñas casetas de madera, ya muy desgastadas por el paso del tiempo, y donde vivieron por años las cuadrillas de trabajadores que daban mantenimiento a las vías férreas, hoy son ocupadas por familias de seis, siete u ocho integrantes.
Otras construcciones más, creadas en los pasados 40 años, están bardeadas por decenas de durmientes que fueron soporte del ferrocarril que tenía como ruta México-Cuernavaca-Balsas.
A lo largo de los casi dos kilómetros de extensión lineal que ocupa ese asentamiento irregular es posible observar tramos de vías ya oxidadas que lo mismo sirven como marcos para las entradas de las viviendas que de puentes improvisados para cruzar el agotado río Eslava.
Lo único que ya no existe son las vías férreas sobre el suelo. Estas fueron retiradas y su lugar lo ocupó una larga cubierta de asfalto, que hoy es parte de la ciclopista creada por el gobierno de la ciudad hace un par de años.
Esta senda es la única parte del asentamiento Patio Eslava que está en buenas condiciones, y está limitada por dos caminos de terracería, baches y lodo, por donde salen y entran los vehículos a este lugar.
Los postes de luz también son evidencias del carácter irregular de la zona. Miles de cables cruzan las azoteas, ventanas, fachadas de tiendas y casas, y terminan en un transformador que se pierde entre el entelarañado de alambres.
Juan Carlos Mejía López, presidente de la mesa directiva del asentamiento Patio Eslava, asegura que hace 35 o 40 años surgió esta concentración humana, con los ferrocarrileros que tenían bajo su responsabilidad dar mantenimiento al tramo de vías que iba del Olivar del Conde al pueblo de Parres.
"Aquí vivían en las casetas que Ferrocarriles Nacionales (Ferronales) instaló y en los vagones que eran estacionados a un lado. Como no podían moverse de este sitio se les construyó -de manera irregular- sus casas. En 1996 dejó de pasar el ferrocarril, pero esos trabajadores se quedaron a vivir aquí".
Y así se fue expandiendo: los primeros pobladores se apropiaron de terrenos, los fraccionaron, los vendieron y empezó a crecer el asentamiento, localizado exactamente en el barrio de la Ex Hacienda de Eslava, pueblo de San Nicolás Totolapan.
De acuerdo con Juan Carlos Mejía, en 2003 el gobierno de la ciudad le compró una franja amplia de terreno a Ferronales, que en la actualidad es donde se ubica Patio Eslava.
Mejía añade que ya llevan algunos años solicitando al GDF su regularización, pero han encontrado muchos obstáculos. Incluso, muestra la cantidad de escritos -y sus respectivos acuses- que han entregado a las autoridades locales, en específico a la Dirección General de Regularización Territorial, para legalizar su situación. Pero hasta ahora no ha pasado nada.
"Se nos dijo que por ser zona ecológica no se podía regularizar, pero en 2004, en la Asamblea Legislativa se modificó el Programa de Desarrollo Urbano de Magdalena Contreras, y ya se obtuvo el cambio de uso de suelo", argumenta Mejía.
Este fue el comienzo de su peregrinar. "Luego se nos dijo que deberíamos presentar el contrato de compra-venta del terreno de Ferronales al gobierno del DF; ya se le presentó; después se nos dijo que teníamos que esperar a que se elevara a escritura pública este documento, y ya sucedió".
Después -añade el líder vecinal- se nos informó que debíamos pedir por escrito a las delegaciones Tlalpan y Magdalena Contreras, al FIMEVIC y a la dirección de Bosques Urbanos que esa regularización no afectaría algún programa que esas entidades pudieran desarrollar en la zona que comprende Patio Eslava. "Ya nos confirmaron por escrito que no hay problema y que podemos seguir adelante".
Y así, con un dejo de esperanza, Juan Carlos Mejía concluye: "Se han cumplido todos los requisitos, ya está totalmente integrado nuestro expediente de regularización. Ahora lo único que falta es voluntad...".