Panistas abandonan el salón de plenos; Encinas y Jaramillo les dieron el pretexto
Para nadie ayer fue un día de campo
Dentro y fuera del recinto legislativo contrastaron las consignas, rechiflas y abucheos
Ampliar la imagen Durante el Informe de Alejandro Encinas, ayer diputados panistas se manifestaron, primero con la exhibición de carteles con la leyenda "Por un México en paz", y posteriormente al abandonar el salón de plenos Foto: María Meléndrez Parada
Ampliar la imagen Durante el Informe de Alejandro Encinas, ayer diputados panistas se manifestaron, primero con la exhibición de carteles con la leyenda "Por un México en paz", y posteriormente al abandonar el salón de plenos Foto: María Meléndrez Parada
Ampliar la imagen El jefe delegacional de Benito Juárez, el panista Fadlala Akabani, soltó una carcajada al oír las consignas contra el fraude electoral que simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador expresaron ayer afuera del recinto de la Asamblea Legislativa Foto: Marco Peláez
Lejos del amago que lanzaron los diputados del PAN contra Alejandro Encinas, de que no tendría "un día de campo" durante su último Informe de labores, fueron ellos quienes no salieron bien librados.
Días antes, los 17 legisladores de Acción Nacional habían planeado, como una de sus estrategias, su salida del recinto. Ayer sólo esperaban la ocasión. El mismo Encinas y la delegada de Cuauhtémoc, Virginia Jaramillo, les dieron el pretexto que necesitaban.
Como coordinador de su fracción, Miguel Hernández Labastida subió a tribuna para fijar la postura de los panistas ante el mismo mandatario local. El discurso era fuerte, crítico. Encinas escuchaba y esbozaba algunas sonrisas.
"El jefe de Gobierno es directamente responsable de asumir una actitud partidista y electorera, al autorizar, permitir y financiar y participar en actos de activismo político que son propio del proceso y de los actores electorales", señaló el legislador blanquiazul. A su espalda, Alejandro Encinas se santiguó y provocó la burla de la gran mayoría de los asistentes.
"El jefe de Gobierno desaprovechó una oportunidad histórica para lograr consensos y abonar a la concordia. Nunca separó su militancia y su activismo de la responsabilidad que conlleva la función pública", añadió Hernández Labastida.
Y desde su lugar, Encinas se dio golpes de pecho. De nuevo burlas y risas de los presentes.
Después el panista recordó "el acoso que sufrimos hace unos días por parte de las autoridades de la Cuauhtémoc", y la respuesta vino de la delegada de esa zona, Virginia Jaramillo, quien sentada en la parte de atrás de las curules se levantó y extendió una manta en la que se leía: "Panistas mentirosos y corruptos", y con ella recorrió el pasillo central del recinto, mientras la mostraba a los diputados del PAN.
Infructuosamente, el vicecoordinador del PAN, Jorge Triana, pedía la palabra para solicitar orden.
Por eso, una vez que Hernández Labastida terminó su intervención los del PAN decidieron salirse del salón de plenos en el preciso momento en que Encinas comenzó a hablar.
Al levantarse de su curul, el panista Miguel Errasti sacó un títere de Santaclós, tratando de caricaturizar la imagen del jefe de Gobierno, y al pasar junto al secretario de Gobierno, Ricardo Ruiz, lo levantó, haciéndolo bailar.
"Pinches cobardes", soltó Ruiz cuando pasaba frente a él Hernández Labastida, quien indiferente siguió su paso. "Ridículos", agregó el secretario, mientras algunos de sus colaboradores lo detenían. Desde los palcos el grito no cesaba: "presidente, presidente", en alusión a Andrés Manuel López Obrador, y en lo alto de la tribuna Encinas se santiguaba de nueva cuenta.
Jaramillo festinaba con sus homólogas de Azcapotzalco, Laura Velázquez, y de Gustavo A. Madero, Patricia Ruiz Anchondo, y luego sacó otra pancarta: "AMLO presidente", que extendió junto con el ex panista Fernando Aboitiz, delegado de Miguel Hidalgo.
A su lado, Faddala Akabani, delegado de Benito Juárez, sólo movía la cabeza de un lado a otro, luego le pidió a Jaramillo la primera cartulina ya doblada, y con ella en su poder la guardó en la bolsa de su saco.
Los 17 panistas se dirigieron a sus oficinas y ahí ofrecieron una improvisada conferencia de prensa en la que aseguraron que su salida era por que "no hubo una actitud civilizada; hubo escarnio, burla y mofa de Encinas". En el pleno su lugar fue ocupado por cartulinas con la frase: "La elección la hicimos todos. Por un México en paz".
De rechiflas y apoyos
Afuera los vítores, aplausos y porras a favor de Encinas no cesaban. No hubo un gran despliegue de pancartas, pero las voces de cientos de trabajadores del gobierno capitalino y simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador arroparon al gobernante desde que entró y hasta que salió del recinto de Donceles y Allende.
Consignas como "Encinas amigo, el pueblo está contigo" o "porque es un buen gobernante y nadie lo puede negar", se repitieron una y otra vez durante las cinco horas que duró la ceremonia del sexto y último Informe del mandatario local.
En la esquina de Donceles y Allende el único cerco que hubo fue la valla humana que se formó desde las 10 de la mañana. Era gente que provenía de muchas zonas de la ciudad, quienes siguieron toda la sesión a través de las bocinas instaladas a los costados de las escalinatas del recinto legislativo.
Lo mismo apoyaban los posicionamientos y preguntas de los diputados del PRD, que lanzaban rechiflas y abucheos al escuchar a los de oposición, en particular cuando los panistas abandonaron el pleno de sesiones, o cuando tocó el turno al coordinador de los priístas, Jorge Schiaffino, quien se llevó la "medalla de oro", por las mentadas que recibió.
Esta situación provocó que algunos panistas, que intentaban salir del recinto, recularan ante la exclamación de "pinches panistas de mierda". A quien le valió fue al jefe delegacional de Benito Juárez, Fadlala Akabani, quien no encontraba la salida y resignado aceptó la rechifla con sonrisas. Incluso, algunos perredistas recibieron el mismo trato porque la gente no sabía de quién se trataba, como fue el caso de la esposa de Alejandro Encinas.
La rechifla también se la llevaron algunos diputados perredistas, como Avelino Méndez, quien en su intervención ante el pleno de la Asamblea se equivocó y en lugar de "urbe" dijo "ubre", lo que provocó hilaridad y algunos calificativos de "¡qué pendejo!", de parte de los asistentes.
Sin embargo, las expresiones de apoyo a los perredistas, desde su ingreso al recinto legislativo, contrastaron con las rechiflas y abucheos que prodigaron a los panistas y priístas, quienes rumbo a la entrada del inmueble, y después a la salida, prácticamente huían para dejar atrás el repudio del que eran objeto.