Usted está aquí: lunes 18 de septiembre de 2006 Economía El comité monetario del FMI aprobó la mayor reforma de la institución en 16 años

Casi seguro que se acepte el aumento del poder de voto de México, China y otros

El comité monetario del FMI aprobó la mayor reforma de la institución en 16 años

Argentina y Brasil se oponen porque no da voz más fuerte al grupo de países en desarrollo

DPA, REUTERS Y AFP

Ampliar la imagen Activistas con máscaras protestaron contra las políticas del FMI y el Banco Mundial durante el Foro de la Gente que se celebró ayer en Batam, Indonesia Foto: Reuters

Singapur, 17 de septiembre. La instancia dirigente del Fondo Monetario Internacional (FMI) dio luz verde este domingo al proyecto de reforma de la institución presentado por su director gerente, Rodrigo Rato, para aumentar el poder de voto de México, China, Corea del Sur y Turquía, abriendo paso a su pronta y definitiva aprobación por los miembros, a pesar de la oposición de numerosos países latinoamericanos.

El comité monetario y financiero internacional del FMI, de 24 miembros, acordó ''la mayor reforma de gobierno del Fondo en 16 años'', según el secretario del Tesoro británico, Gordon Brown, quien presidió la sesión en el contexto de la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial (BM) en Singapur.

Es casi seguro que la propuesta sea aprobada cuando los votos de las 184 naciones miembros del FMI se cuenten el lunes. Sólo Chile, parte de los países centroamericanos y México, por razones obvias, no se oponen al proyecto de reforma.

Sin embargo, el anteproyecto ha expuesto profundas fallas en una agencia que lucha por redefinir su papel en un mundo donde cada vez menos países recurren a ella para préstamos de emergencia, y las grandes naciones ignoran frecuentemente sus consejos.

El plan impulsaría inmediatamente los votos, o cuotas, en el FMI de China, Corea del Sur, México y Turquía, a lo cual seguiría una segunda etapa de reformas más amplias para reconocer el peso del crecimiento de las naciones emergentes.

Gran parte de los países latinoamericanos, liderados por Argentina y Brasil, anunciaron que se iban a oponer a la reforma, por no aclarar si los países emergentes van a lograr más peso o si las naciones ricas van a mantener el control.

Argentina e India, inconformes debido a que no ganarían suficiente poder, dijeron que el objetivo de la reforma debería ser dar una voz más fuerte a los países en desarrollo como grupo.

''Desafortunadamente, la nueva fórmula de cuotas que se prevé en la decisión propuesta apunta hacia la dirección opuesta'', dijo la ministra de Economía argentina, Felisa Miceli.

''Esto se contrapone al objetivo de incrementar la legitimidad del Fondo'', dijo Miceli al comité monetario y financiero internacional, un panel de ministros de Finanzas que regula al FMI.

Holanda expresó reservas acerca del complejo plan, argumentando que vería su poder de votación diluirse. La fórmula necesita mejorarse y no puede ser prejuzgada, dijo el ministro de Finanzas holandés, Gerrit Zalm.

El Grupo de Siete ricas naciones industrializadas, al aprobar el plan, prometió el sábado trabajar con otros gobiernos miembros para asegurar que los cambios sean establecidos equitativamente.

Estados Unidos, el miembro más grande e influyente del fondo, reconoció el descontento entre algunos países y afirmó que hubiera sido preferible un ajuste extraordinario para repartir el poder de voto más parejamente.

''Simpatizamos con la opinión de que la mejor reforma sería hacerlo en un solo paso, pero simplemente no es posible, de modo que no puedes dejar que lo perfecto sea enemigo de lo bueno'', dijo el portavoz del Tesoro de Estados Unidos, Tony Fratto.

El riesgo para el FMI es que el persistente descontento acerca de la redistribución de ''bancas y participaciones'' podría erosionar más su posición en el Tercer Mundo, donde los críticos ya resienten lo que ven como los despóticos consejos económicos del fondo.

Definición común para fraude

Los dirigentes de seis bancos internacionales de ayuda al desarrollo y el FMI adoptaron una definición común para el fraude y la corrupción, a fin de facilitar la lucha contra ambas lacras, incluso en sus propias actividades y programas.

Los dirigentes de las instituciones, que hasta el momento aplicaban sus propios criterios, se han puesto de acuerdo sobre una definición común del fraude y la corrupción, que conciernen a algunos de los proyectos que financian.

 
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