México SA
La extranjerización de Mexicana de Aviación
Su "rescate" ha costado sangre, sudor y lágrimas a las finanzas nacionales
Mexicana de Aviación, una vez más. En 1994, el papá -junto con otros empresarios- logró restatizarla, por medio de su "rescate"; doce años después, el hijo trabaja afanosamente para extranjerizarla, tras el regalo del gobierno de Fox. En ninguno de los dos casos la familia Azcárraga (Tamayo el primero; Andrade el segundo) perdió dinero, pero sí, y mucho, el erario, el país.
Por el contrario, la más reciente privatización de la aerolínea (diciembre de 2005), favoreció ampliamente a Gastón Azcárraga Andrade, quien no sólo la obtuvo a precio de regalo, sino que minutos después, y no es figura, revendió a otros "hombres de negocio" la mayoría accionaria de Mexicana de Aviación, cuyo "rescate" ha costado sangre, sudor y lágrimas a las finanzas nacionales.
Nueve meses después, en línea con los negocios de la reprivatización bancaria, el júnior Azcárraga, actual presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, se prepara para sacar nueva raja a la aerolínea, por medio de su extranjerización. Y Aeroméxico al lado de ella, de acuerdo con la denuncia ayer presentada por el ex diputado Jesús González Schmal: "La industria aérea nacional está en riesgo de pasar a manos de extranjeros, principalmente españoles, gracias a prestanombres mexicanos y a autoridades que limpian y sanean las aerolíneas para venderlas sin compromisos laborales".
Ese fue el mecanismo aplicado en los 18 bancos privatizados en el sexenio de Carlos Salinas, "rescatados" y "saneados" en el siguiente, y extranjerizados en las administraciones de Zedillo y Fox, hasta que 90 por ciento del sistema bancario está en manos foráneas. Gran negocio para el capital privado y desastroso para los intereses nacionales. Algo similar ha sucedido con buena parte de las empresas otrora paraestatales en 25 años de privatizaciones.
En esos nueve meses, Azcárraga Andrade y demás inversionistas han despedido a mil 800 trabajadores -de confianza y sindicalizados-, vendió la llamada torre insignia (en la calle de Xola), le ha reducido (25 por ciento) el salario al personal que libró la reducción de plantilla, no le ha inyectado dinero fresco a la empresa y exige al gobierno que le "devuelva" una cantidad "por ajustes" en el precio de venta. "Su propósito -como ocurrió con los bancos- es sanearla para venderse, seguramente a una línea extranjera con la parte nacional a través de prestanombres y quedarse -(como todos los fines de sexenio al estilo Roberto Hernández con Banamex)- con las grandes utilidades como esquiroles en estas privatizaciones", señala González Scmall.
La historia del circuito estatización-privatización-restatización-reprivatización de las líneas aéreas nacionales parece perpetuo, y en él han participado muchos gobiernos de la República y prominentes "hombres de negocios", entre cuyas más finas habilidades se cuenta la de financiar candidatos y sus campañas electorales, especialmente las presidenciales, como el propio Azcárraga Andrade. Con la extranjerización, finalmente, los tecnócratas neoliberales parecen haber encontrado la salida al susodicho circuito.
Mientras toma forma la venta de Mexicana de Aviación y Aeroméxico al capital foráneo, recordemos lo aquí señalado a finales de agosto en torno al negocio de Azcárraga Andrade.
El 20 de diciembre de 2005 se oficializó que Grupo Posadas, propiedad de Gastón Azcárraga Andrade, fue el ganador de la "puja" por Mexicana de Aviación; 94.5 por ciento de las acciones de esta aerolínea pasaron a ser propiedad del corporativo hotelero, mediante el supuesto pago de 165.5 millones de dólares.
Cintra y el IPAB reconocieron al Grupo Posadas como ganador indiscutible, y ese 20 de diciembre firmaron el contrato de compra-venta de las acciones, cuyo precio en la Bolsa Mexicana de Valores se desplomó alrededor de 40 por ciento en unos cuantos días, obviamente previos a tal firma. Su único "contrincante" fue el Grupo Xtra, de Isaac Saba.
Tras adquirir 94.5 por ciento de las acciones de esa línea aérea, el Grupo Posadas -propietario, en singular- "repartió" los citados títulos entre otras siete empresas e inversionistas que no participaron en la licitación, que fueron constituidas pocos días antes del anuncio oficial del ganador y que hoy son los propietarios, en plural. Una de ellas, Administradora Profesional de Hoteles, constituida 12 días antes de conocerse, públicamente, el nombre del nuevo dueño de Mexicana de Aviación.
Minutos después de firmar el contrato de compra-venta, Azcárraga Andrade repartió el pastel de Mexicana de Aviación: Grupo Posadas, 29.6 por ciento de las acciones; Administradora Profesional de Hoteles, 20.08; Administradora Corporativa Empresarial, de Angel Losada Moreno (Grupo Gigante), 20.08; Gastón Azcárraga Andrade, 2.86; Juan Gallardo Thurlow (Grupo Embotelladoras Unidas), 10.44; IXE Banco (del que es accionista Isaac Saba, del Grupo Xtra, único "contrincante" en la "puja"), 2.46 por ciento y "otros accionistas", 9.49 por ciento.
Las rebanadas del pastel:
Hay motivos más que suficientes para dar el Grito, y el citado es sólo uno de ellos... Felices fiestas patrias.