Rechaza que la coalición Por el Bien de Todos promueva la violencia
Alejandro Encinas: reportes "inverosímiles"
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Alejandro Encinas Rodríguez, consideró inverosímiles los informes de los servicios de inteligencia del gobierno federal sobre la intención de grupos radicales de provocar incidentes de violencia en el Zócalo durante la ceremonia del Grito de Independencia que pretendía encabezar el presidente Vicente Fox desde Palacio Nacional, y negó que existan agrupaciones de esa naturaleza en la coalición Por el Bien de Todos.
En entrevista, el mandatario capitalino recordó que el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, dijo que la decisión de cambiar la sede de la ceremonia al estado de Guanajuato se debió a las reiteradas invitaciones del gobernador de la entidad y del presidente municipal de Dolores Hidalgo, así como en atención al exhorto del Senado de la República en ese sentido, y en esos términos fue que se informó a las autoridades capitalinas para tomar el acuerdo correspondiente.
Si bien consideró que las declaraciones al respecto del vocero presidencial, Rubén Aguilar, no contribuyeron a generar mayor confusión o temor en la gente que acudió al Zócalo por la noche, sí advirtió que debió ser más respetuoso de dicho acuerdo.
Por su parte, el secretario de Gobierno capitalino, Ricardo Ruiz Suárez, señaló que en las mesas de trabajo en la Secretaría de Gobernación para coordinar los operativos para el 15 y el 16 de septiembre, en las que participaron el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, la Secretaría de Seguridad Pública federal y el Estado Mayor Presidencial, en ningún momento se les dio esa información.
"O se nos ocultó como gobierno de la ciudad o no existe tal, porque no tenemos información de que hubiera grupos radicales dispuestos a atentar contra la vida de nadie", subrayó.
Explicó que lo único que se expuso en esas reuniones -y que reiteró el jueves al mismo subsecretario de Gobernación, Arturo Chávez- es que se tenían previstas manifestaciones de descontento en el Zócalo contra el Ejecutivo federal "que no podríamos detener, pero jamás hablamos de que estuviera en peligro la integridad física de las personas".