La medida, "en abono a la certeza y confianza de los ciudadanos", planteó el panista
Rechaza el IFE solicitud de Calderón de no destruir las boletas electorales
Pedía resguardar el material "durante el tiempo que sea posible", dio a conocer ayer Josefina Vázquez Mota
No obstante que durante el proceso poselectoral Felipe Calderón Hinojosa se mantuvo renuente a secundar la petición de realizar un recuento voto por voto y casilla por casilla para clarificar quién ganó realmente la Presidencia de la República en los comicios del 2 de julio, ayer -una semana después de haber sido nombrado presidente electo- el panista envió una carta al consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, en la que solicita que, en el marco de sus atribuciones, promueva preservar el material electoral "durante el tiempo que sea posible".
Aunque en rigor no existen plazos definitivos para destruir la papelería electoral, el artículo 254 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) precisa que "se procederá a la destrucción de la documentación electoral una vez concluido el proceso".
Para tal efecto, el Programa Integral del Proceso Electoral aprobado por el IFE en junio de 2005 fijó como fecha para destruir la papelería el próximo diciembre.
Sin embargo, ayer por la mañana Josefina Vázquez Mota, coordinadora política del equipo de transición de Calderón Hinojosa, salió ante los medios de comunicación para leer la carta enviada por su jefe al titular del IFE, en la que solicita no se destruya el material electoral, "en abono a la certeza y confianza de los ciudadanos en las instituciones".
En la solicitud, el panista no expone otro argumento más que ese. En los dos primeros párrafos refiere que la decisión adoptada la semana pasada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación puso fin al proceso electoral y que el apego a derecho tanto de ese organismo como del IFE resultó "determinante" para la organización exitosa de los comicios, "y fue la mejor garantía del respeto a la voluntad popular expresada en las urnas".
A continuación, sin mayor preámbulo más que la necesidad de abonar en la confianza ciudadana en las instituciones, Calderón solicita "respetuosamente" a Ugalde que promueva en el Consejo General del IFE "el acuerdo necesario para preservar el material electoral durante el tiempo que sea posible y así contribuir al mayor entendimiento entre los mexicanos". Y firma.
Vázquez Mota no aceptó preguntas.
Cabe recordar que recientemente el IFE resolvió, en primera instancia, rechazar una solicitud ciudadana de acceder a las boletas comiciales y ratificó su decisión de destruirlas.
En misiva personal, sin logotipo oficial del Instituto Federal Electoral (IFE), el consejero presidente Luis Carlos Ugalde respondió anoche a la petición del presidente electo, Felipe Calderón, de preservar las boletas de la elección: "el término 'preservación' que usted propone en su carta no figura en la legislación electoral actual para referirse al uso o destino de los materiales y documentación electoral".
La carta de Ugalde hace gala de diplomacia para rechazar la petición sin mencionar expresamente una negativa a la propuesta de Calderón. En el último párrafo, señala que para proceder a la destrucción que por disposición legal está obligado el IFE, se requiere aún de un acuerdo del Consejo General en el que se fijen tiempos y procedimientos para su realización, y "hasta ahora el Consejo General no ha aprobado tal acuerdo".
La misiva que por la mañana envió Calderón provocó malestar en algunos consejeros, quienes la tomaron prácticamente como una instrucción a Ugalde para que promoviera un acuerdo del Consejo General para "preservar" las boletas, dejando de lado que es un órgano autónomo con sus propios canales para conformar sus decisiones.
Ese malestar provocó que la redacción de la carta firmada de manera personal por Ugalde fuera supervisada por ocho consejeros, que debatieron sobre los términos de la misiva.
No estuvieron ajenas a ese debate las posturas que se prefiguran acerca del plazo para la destrucción: unos consejeros sostienen que debe respetarse el acuerdo del Consejo General de que en diciembre se destruirán las boletas, en acatamiento de la agenda elaborada para la elección, independientemente de los recursos de transparencia que puedan existir relacionados con la petición de ciudadanos de acceder a las boletas; otros plantean que se fije fecha una vez que se hayan agotado las instancias para recurrir la decisión del IFE de rechazar el acceso a las boletas, establecida en el reglamento de transparencia del organismo.
En su misiva, Ugalde destaca que el IFE rige su actuación "con base en los principios constitucionales de certeza, legalidad, imparcialidad, objetividad e independencia". Y en la única alusión que hace a las motivaciones que Calderón hace en su carta -"en abono a la certeza y confianza de los ciudadanos en las instituciones"-, señala que, "por convicción democrática y por mandato de ley, compartimos el propósito de contribuir al entendimiento entre los mexicanos y a la confianza de los ciudadanos en las instituciones".
En el siguiente párrafo desglosa las referencias legales que motivan la destrucción y la inviable preservación. Destaca que el artículo 254 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales señala que el IFE tiene la obligación de proceder a la destrucción de la documentación "una vez concluido el proceso electoral", y que el artículo 234 precisa cuál es la documentación que debe eliminarse: "las boletas sobrantes inutilizadas y las que contengan los votos válidos y los votos nulos para cada elección".
Ugalde responde a Calderón que la disposición de eliminar la documentación electoral está contenida en la legislación desde 1990, por lo cual, "para que en el futuro el IFE pudiera 'preservar' las boletas electorales o darles un destino diferente al que está marcado por el Cofipe, sería necesario que el Congreso de la Unión modificara este ordenamiento legal".
El procesamiento de la carta duró varias horas por las diversas posturas que provocó la solicitud de Calderón entre los consejeros. En la reunión nocturna afloraron críticas e inconformidades sobre la pretensión del presidente electo, porque comprometía el desempeño autónomo del IFE, según algunos consejeros.
Tras discutir la respuesta, quedó claro que la decisión de destruir las boletas electorales debe darse en el corto plazo, con el propósito de despejar dudas. Cabe destacar que en 2003, el entonces Consejo General del IFE decidió que los procedimientos de la elección de diputados federales concluirían el 21 de octubre.