No me avergüenza, asegura el coordinador priísta en San Lázaro
Las grabaciones, una canallada, dice Gamboa
En el telefonema acuerdan echar atrás una ley sobre juegos y sorteos
Ampliar la imagen Felipe Calderón, Emilio Gamboa y Mariano Palacios Foto: Guillermo Sologuren
Emilio Gamboa Patrón pretendió enfrentar a quienes lo cuestionaban tras haberse revelado su nexo con el empresario textilero Kamel Nacif, a quien primero negó y al enfrentar los ventarrones de críticas en San Lázaro terminó por reconocer: ''No me avergüenza; es una canallada, una acción concertada; no voy a renunciar; sí lo conozco, pero nunca lo he visto; sí creo en la ética política'', respondía intentando aparecer sonriente y sin perder los estribos.
La grabación de la plática telefónica que confirmó la cercanía entre Gamboa y Nacif, como se había publicado hace dos años en este diario, y dio a conocer Lydia Cacho en su libro Los demonios del edén, provocó el enojo entre legisladores del PRD y del PRI, quienes se gritaban de curul a curul: ''¿Dónde anda el diputado precioso?'' ''¡Fue por las botellas de coñac!''
Gamboa Patrón, quien negoció soterradamente con el PAN la Junta de Coordinación Política de San Lázaro, adoptó la táctica de responder a las preguntas de los reporteros con objeto de evitar el menor daño. No lo consiguió, porque lo evidente no requería demostración y fue presa de sus contradicciones.
Y es que, horas antes, la periodista Carmen Aristegui y dos diarios dieron a conocer la siguiente conversación telefónica de Gamboa con Kamel Nacif:
-Emilio Gamboa (EG): Papito, ¿dónde andas, cabrón?
-Kamel Nacif (KN): Pues aquí estoy en el pinche pueblo de los demonios, papá.
-EG: Pero ¿dónde andas, mi rey?, porque habla uno todo el día bien de ti, pero te pierdes hijo de la chingada.
-KN: Pues ando chingándole, no queda otra.
-EG: ¿Pero vas bien?
-KN: Pues mira, mientras estoy vivo pues me va bien.
-EG: No, no, no, ¿pero estás bien, no?
-KN: Así es mi rey.
-EG: Bueno, cuídateme mucho y nos vemos pronto, cabrón.
-KN: ¿Y cómo estás tú, senador?
-EG: Uy, a toda madre, aquí echando una comida con unos senadores, que si te cuento ahí te... (inaudible) cabrón.
-KN: ¿De dónde?
-EG: Vamos a sacar la reforma del hipódromo, cabrón, ya no del juego... del hipódromo.
-KN: ¿Para qué?
-EG: Para hacer juego ahí, cabrón.
-KN: ¿Cómo?... Bueno...
-EG: ¿Cómo lo ves?
-KN: No, no la chingues.
-EG: Entonces lo que tú digas, cabrón, lo que tú digas, por ahí vamos, cabrón.
-KN: No, dale pa' tras, papá.
-EG: Pues entonces va pa' tras, esa chingadera no pasa en el Senado eh.
-KN: ¡A huevo!
-EG: Ok.
-KN: ¡Pues a huevo!
-EG: Te mando mi cariño.
-KN: ¿Cuándo nos vemos?
-EG: Cuando quieras, mi Kamelito.
-KN: Pues cuando tú digas. ¿Cómo?
-EG: Regresando, yo me voy a Washington a ver unos cabrones, pero regresando te veo.
-KN: ¿Cuándo te vas a Washington?
-EG: Me voy el domingo... el sábado, y regreso el martes a las 11 de la noche.
-KN: Pues a ver si nos vemos el miércoles.
-EG: Regresando yo te llamo... créeme, que yo te llamo... ya no me llames... yo te llamo, amigo.
-KN: Orale, senador.
-EG: Un abrazo.
-KN: Estáte bien. Bye.
-EG: Bye.
Tal conversación fue el argumento para cuestionar a Gamboa Patrón, quien para muchos vivió el inicio de su debacle.
-¿Usted le dice papito a Kamel Nacif?
-No me acuerdo de hace cuánto tiempo fue. Conozco al señor Kamel Nacif; es una conversación fuera de contexto. Lamento mucho que la política se encuentre secuestrada por el escándalo, por grabaciones ilegales. Es un tema falso; nunca en el Senado de la República, nunca, estuvo la ley de hipódromos o la ley de juegos y sorteos. Es falso. En el Senado de la República, si hubiese sido real, mandaban 128 senadoras y senadores. Lamento de verdad que la política haya sido secuestrada.
-Es su voz -se le replicó.
-Lo que estoy diciendo es que no hubo esa ley; nunca hubo esa ley.
-Se le involucró con él -se le insistió.
-Sí, lo conozco.
-¿Sí ha hablado con él?
-Sí, lo conozco.
-¿Ha negociado la ley?
-Nunca, ni con él ni con nadie, no negocio las leyes.
-Hace tiempo, cuando surgió todo esto, decía que no conocía a Kamel Nacif -se le replicó.
-No, aclaren, vean bien. He dicho y reitero que no conozco, nunca he conocido al señor Succar Kuri, que es el amigo de Kamel Nacif; nunca he dicho que no conozco a Kamel Nacif. A Kamel Nacif lo conozco hace 30 años, era un empresario muy prominente en los estados de Puebla, Tlaxcala, de Veracruz, y tenía acceso, sin la menor duda, a través de la colonia libanesa, al presidente de la República en ese momento, ahí lo conocí. Pero no negocio ni acepto que yo pueda parar o aprobar una ley.
-¿De dónde cree que viene esto?
-Creo que de donde puede venir es del gobierno, para distraer atención; creo que juegan de una manera que no nos ayuda a resolver de fondo los problemas que tenemos en el país. Es una conversación que está grabada hace tres años, que lamento mucho, porque todos pueden estar en las mismas condiciones, todos y dicen que yo detengo una ley y les reitero: jamás en la Cámara de Senadores estuvo la ley de hipódromo y la ley de juegos y sorteos. No sé de qué me hablaba y en qué contexto.
-Ustedes parecían muy familiares en esa plática.
-Lo conozco, no es mi amigo. Con Kamel Nacif no tengo una relación. Lo conozco, sí, pero no es mi amigo. Me lo pasa el gobernador (Fidel Herrera) y me trata una ley que nunca estuvo en Cámara de Senadores. Más claro no puedo ser.
Su amigo Fidel Herrera, el gobernador de Veracruz, fue el encargado de comunicar a Gamboa Patrón con el empresario textilero. Antes de realizarse la conversación entre el actual coordinador de los diputados priístas, Kamel Nacif entabló el siguiente intercambio con el veracruzano:
-Fidel Herrera (FH). Gran amigo y protector, ¿cómo estás?
-Kamel Nacif (KN). ¿Qué pasó, mi distinguido senador?
-FH. Bien, pues muy pendiente, aunque no te he visto he estado enterado de todo lo que has venido haciendo bien, bien, allá de lo de Monterrey, eso, eeh Kamel. Esos hijos de la chingada...Seee...
-KN. ¿Qué ha habido contigo?
-FH. Oye bien, pues ahí haciendo por nuestra causa. Curiosamente ahorita estaba yo hablando con Gamboa, a su lado estoy diciéndole que yo quería ya moverme directo contigo, porque ya necesito verte a ti, pues ya las cosas del estado ya se nos vinieron encima, ya estamos a días.
-KN. Pues cuando quieras nos vemos, mi distinguido senador.
-FH. Bueno. Oye, hermano, pues yo estoy a la orden. ¿No se te ofrece ahorita nada?
-KN. Nada, namás reportándome.
-FH. Correcto, señor, yo mañana hablo con su secre para que me dé fecha, ¿no?, ¿o si puedes dármela de una vez?
-KN. El día que quieras, a mí no me digas fecha, tú el día que quieras.
-FH. Ah, bueno. Ok, hermano.
-KN. ¿Ok?
-FH. Sí, sí, sí. Pues bueno, pues si tú ya quisieras... ¿El lunes ya estás en México?
-KN. ¿El lunes en México? El martes. ¿Quieres el Suntori?
-FH. El Suntori, o el éste, o donde tú digas... A ver, espérame, me está diciendo el maestro Gamboa que el martes no puedo, que tengo que ir con él. ¿Bueno, no puedo el martes cenar?
-KN. ¿O quieres La Hacienda mejor a las nueve y media?
-FH. Orales, La Hacienda de los Morales.
-KN. Cualquier cosa, cambio, me llamas por favor.
-FH. No, no habrá. Te paso acá a Emilio que te quiere saludar.
-KN. Pásamelo a don Emiliano.
Tal contenido de las conversaciones entre él y el empresario textilero, y de éste con Fidel Herrera, fue rechazado por Gamboa en las entrevistas que se le hicieron en la Cámara de Diputados; ayer no se atrevió a señalar responsables de la filtración de la grabación telefónica, pero sí prometió encontrarlos.
''Sería muy irresponsable decirlo, pero lo voy a averiguar, tengo manera de hacerlo y lo voy a averiguar. Estoy convencido de que esto fue orquestado, no sale en muchos periódicos -ustedes los conocen, en primera plana y en la televisión- si no hay atrás algo que lo esté empujando.''
-En alguna parte de la conversación que tiene Kamel, menciona, da a entender que los políticos le llaman para ver con ''cuánto se pone''. ¿Usted recibió...?
-En mi vida, ni de él ni de nadie, lo niego contundentemente.
Y es que una vez que Kamel Nacif habló con Gamboa y Herrera, en una conversación subsiguiente con su hija el textilero le revela lo siguiente:
-Hija (H). Bueno.
-KN. ¿Qué pasó, mi amor?
-H. Nada, papi, ¿qué haces?
-KN. Estaba hablando con el Gamboa y con otro senador.
-H. Ah, y ahora ¿qué traes problemas?
-KN. No, me buscan todos para ver de a cómo le caigo.
-H. (Risas) Ah, bueno.
-KN. ¿Qué pasó, mi amor?
H. Nada.
Gamboa Patrón incurrió en una serie de contradicciones; inclusive dejó ver que se le engañó como a un bisoño. Los reporteros descubrieron la debilidad de sus argumentos y preguntaron. Tanto Mauricio Juárez, de Milenio, como Alejandro Sánchez, de Excélsior, quienes cumplían con su trabajo, fueron agredidos por el diputado priísta y ex secretario de Gobierno de Arturo Montiel en el estado de México, José Ascensión Orihuela, quien les reclamaba manoteando: ''¿Ustedes quiénes son, qué se sienten... ministerio público?''
Pero el torbellino alrededor de Gamboa no cejaba y los periodistas continuaron con su tarea:
-Usted dice que estaban empujando la ley del hipódromo, que la de juegos y sorteos va para atrás, que ésa ya no, pero la del hipódromo...
-Lo lamento, a la mejor no sé ni cómo me lo planteó.
-Usted lo dice.
-Por eso, yo ni conozco la ley de hipódromo, ni la de juegos y sorteos, lo lamento.
-¿Usted cree en casualidades? Ayer va con Felipe y hoy aparece la conversación.
-No creo en casualidades, creo en golpes bajos, ésta es verdaderamente una canallada.
-Usted había dicho que no conocía a Kamel Nacif -se le insistió.
-No, fíjense, dije que a Kamel Nacif sí lo conocía. Dije que al señor Succar Kuri jamás lo he visto. Son dos cosas distintas, no malinterpreten la información.
-Usted había dicho que no los conocía.
-He dicho que no conocía al señor Succar Kuri -puntualizó.
-¿Y a Kamel Nacif?, ¿es su amigo?
-Lo conozco, fíjese bien: no es mi amigo, lo conozco. No pongan palabras que no he dicho, son dos cosas distintas y aclaro: a Kamel Nacif lo conozco hace mucho tiempo, lo conozco, no es mi amigo.
Tras los empujones de Chon Orihuela y su ayudante, Gamboa se abrió paso y se enfiló al salón de sesiones de la Cámara de Diputados, donde otro grupo de reporteros lo obligó a responder a sus interrogantes. A una pregunta a modo, replicó: ''Es una canallada, es el juego sucio de la política; critico abiertamente las intervenciones telefónicas. Lamento mucho esta conversación, no sé ni cuándo fue, no la he escuchado, la voy a escuchar. Pero nunca en la Cámara de Senadores, que es lo importante, existió una ley de hipódromos.
-Pero claramente es usted -se le dijo.
-No me he oído, sinceramente no la he oído.
-Pero usted sabe si habló o no.
-No me acuerdo, tengo 200 llamadas diariamente.
-¿Pero sí lo conoce?
-A Kamel Nacif, sí. A ver, a Kamel Nacif lo conozco hace tiempo, no es mi amigo, pero lo conozco.
-¿Usted nunca ha negociado con él?
-Nunca, ni con él, ni con nadie.
-Pero ahí se oye muy aparte, le dice hasta "papito".
-No sé en qué contexto me lo dijo ni cuándo fue.
-¿Usted tiene autoridad moral para representar una bancada como la del PRI?
-Absolutamente.
-¿Tiene autoridad moral?
-Sin duda, no tengo nada que esconder.
-Pero se le oía diciendo groserías.
-Es una plática con una persona así...
-Pero ahí usted se está comprometiendo.
-No me comprometo, porque nunca estuvo una ley de juegos y sorteos, y la ley de hipódromos nunca pasó al Senado, ¿a qué me comprometo?, es falso.
-¿Entonces es una mentira que sea usted?
-No sé a qué se refiere. No sé ni cómo me lo pasa Fidel ni en qué contexto, ni a qué hora ni mucho menos. Lo que sí quiero puntualizar es que a Kamel lo conozco, al otro señor (Succar Kuri) nunca lo he visto, ni le he dado la mano, y dos, estoy muy tranquilo, se los digo de verdad, por qué, porque no hay nada que esconder; nunca hubo ni ley hipódromos, ni ley de juegos en el Senado, hagan su revisión.
-¿Usted cree en la ética política?
-Sí.
Así concluyó su comparecencia ante los reporteros y se retiró a su curul. Ayer no se le observó festivo ni saludador como acostumbra; se arrellanó en el sillón y en escasas oportunidades tomó el teléfono para comunicarse con alguien.