Usted está aquí: lunes 4 de septiembre de 2006 Sociedad y Justicia Va contra viento y marea la secundaria 207

Va contra viento y marea la secundaria 207

Con 28 alumnos excluidos de ''todos lados'', mantiene, pese a amenazas, su rechazo a la RES

KARINA AVILES

Ampliar la imagen Alumnado de la secundaria 201 turno vespertino Foto: Roberto García

Enclavada en una zona de clase media bien, en Azcapotzalco, en la secundaria 207, turno vespertino, no tienen necesidad de pasar lista, ninguno pierde su tiempo porque nunca se hacen filas y la comunicación siempre se da por trato directo, ya que ni secretaria hay. Aquí, adentro, en una instalación de más de mil metros cuadrados, los jóvenes dicen que aumenta aquella sensación de niño de ver las cosas más grandes de lo que son y sentirse más chiquito de lo que se es. En la secu hay 28 alumnos, todos rechazados de otras escuelas, de sus casas, de la sociedad, excluidos de "todos lados".

Pero esta "pequeña escuela", por su matrícula, que no por sus espacios -baste decir que tiene capacidad para 600 estudiantes y sólo están ocupados tres de los 15 salones-, se ha caracterizado, según sus profesores, por ser rebelde o más bien por no agacharse frente a los "caprichos de la autoridad". Así que la última decisión fue no aplicar la Reforma de Educación Secundaria (RES), medida que la Secretaría de Educación Publica (SEP) ya les empezó a cobrar con "amenazas".

Aun así, convencido de que aplicar la reforma sería ocasionar un daño más a estos adolescentes, el director, Mario Alberto Leyva Galicia, dice que quizá es la única de las 670 secundarias generales en la capital del país que "oficialmente" -porque muchas lo hacen también de facto- no aplica la RES.

De tal manera que el personal de la escuela -que entre todos llega a 20 personas, incluidos el director y un trabajador- envió un escrito al coordinador sectorial de escuelas secundarias, Joel Cortés Valadez, en el que le dice: "Nosotros, desde esta pequeña escuela, no nos haremos cómplices de lo que el gobierno que usted representa está cometiendo contra la población adolescente de nuestra ciudad. Nos oponemos, terminantemente, a que la secundaria 207, turno vespertino, participe de este crimen en contra de la educación pública, y sostendremos esta posición fortalecidos moralmente por nuestra comunidad escolar".

Para esta escuela la historia de lucha ha sido larga. En 1990 llegó la orden de la SEP de cerrarla bajo el argumento de no contar con la matrícula suficiente; sin embargo, no se puede soslayar que en aquellos años, a finales de los ochentas, se registró una de las más fuertes movilizaciones del magisterio independiente en reclamo de la democracia sindical y del ciento por ciento de aumento salarial, en la que esta secundaria tuvo una importante participación.

Por cuatro años sus puertas se mantuvieron cerradas y en 1995 reabrió como secundaria. Desde entonces hasta la fecha, lamenta su director, la 207 atiende de 30 a 40 alumnos como máximo.

Ubicada en la calle Hacienda de Clavería, sin número, en la colonia Prados del Rosario, lo único que se oye, desde el zaguán de entrada, son los murmullos del viento que recorre sus solitarias canchas de basquet y futbol. Las sombras de los árboles, a punto de retirarse el sol, son las únicas que se mueven en el patio escolar, mientras que un intenso vacío se apropia de los corredores, las aulas y los talleres que se dispersan en tres edificios de dos pisos cada uno.

En una esquina de la segunda planta, se encuentran, puerta a puerta, el primer año, el segundo y el tercero. En el aula de los más pequeños, los de primero, la maestra Elvia imparte clase de español, no conforme al plan de estudios nuevo sino al viejo.

Claudia Guadalupe, de 12 años; Sandra, de 14; Francisco, de 13 y Edgar Alexis, de 13, integran todo el grupo de primer año más otros dos adolescentes que faltaron. Al menos, 30 butacas están vacías; esto, en un país en el que un millón y medio de jóvenes entre 12 y 15 años no ha cursado un solo grado de instrucción básica o abandonó sus estudios sin haber concluido la secundaria, según las propias cifras de la SEP.

La profesora Elvia, quien luce muy jovial, comenta que los adolescentes que atiende presentan déficit de atención; otros, son niños con familias disfuncionales y hay algunos con problemas de drogadicción: "Son niños rechazados, de allí, de allá, de todos lados".

En cuanto a la escuela, comenta que ha sido bloqueada por las autoridades educativas porque "aquí estamos para servir a la patria, a la escuela, a la comunidad y no para cumplir los caprichos de las autoridades". Incluso, pregunta que si no es castigo de los funcionarios institucionales la carencia de estudiantes, ¿por qué a otros planteles les mandan más alumnos. "La mayoría de los turnos vespertinos tienen una matrícula baja, pero no tanto".

Francisco, su alumno, viene de la secundaria 192 y llegó a ésta para repetir año. Platica que vive con sus abuelitos y dos tíos, quienes lo apoyan. De su nueva escuela, dice que la "veo muy grande. Se siente raro, como que se oye mucho eco en el salón. Sería bueno que hubiera más niños porque sería más padre hablar, pero a la vez no, porque me sentiría muy apretado".

En el aula de tercero, el biólogo Javier Puga Díaz, cuyo puesto es de ayudante del laboratorio de física, pero por generosidad cubre las horas de las materias de física y química a falta de maestro, enseña las leyes de Newton al grupo de 16 estudiantes, el más numeroso de todo el plantel.

De los 16, sólo tres no han repetido el año. Son jóvenes que provienen de los barrios de Naucalpan, Tlanepantla, Tacuba y el Rosario y viven en núcleos de mucha escasez, por lo que lejos de ser abandonados por el Estado y la sociedad, requieren de un mayor apoyo.

"Uno trata de darles lo mejor, aunque a algunos de ellos los traen sus familiares como si fuera una guardería para adolescentes", comenta el maestro. En relación con la RES, Puga Díaz está en desacuerdo porque dice que si en primero de secundaria se pregunta a los estudiantes por conocimientos básicos de biología, dicen que ya se les olvidó: "imagínese ahora con la RES, que esta materia sólo se dará en primero y de ahí hasta la preparatoria".

Así, con todo y su larga historia por apoyar a los jóvenes más vulnerables, hoy día, la 207 del turno vespertino, ha sentido una vez más "la reacción de la SEP". Al negarse a aplicar la RES y a lo que ella implica, como la entrega de un documento de "microplaneación" con los nuevos horarios, por órdenes del director operativo número 4 de Azcapotzalco y Cuahtémoc, Benjamín M. Velasco Orozco, fue enviado al director de esta secundaria, Mario Alberto Leyva, el oficio Z. E. VI/ 310/05/06 en el que se le advierte que de no entregar la microplantilla solicitada "se dará por terminada su comisión de director".

En sus oficinas, en donde la hace de secretario y de director, el profesor Leyva muestra el documento que se le ordenó hacer, en donde se demuestra que, hasta por horarios, la RES es inoperante, porque un maestro de geografía o de ciencias tendría que dar primero dos horas seguidas, luego esperarse otro tanto, para luego retomar su clase en otra hora, con tal de acudir a la reunión grupal que también se les exige.

La secundaria 207, con sus 28 alumnos, se mantiene firme...

 
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