Critican religiosos el operativo policial en San Lázaro
El pueblo, cada vez más enterado de sus derechos
El despliegue policiaco del gobierno federal para el último Informe del presidente Vicente Fox evidenció "el tamaño del miedo" de una administración que se siente amenazada por la emergencia de sectores populares cada más conscientes de sus derechos y de su poder, coincidieron en señalar jerarcas de diferentes asociaciones religiosas del país, quienes, por separado, confiaron en que tras los acontecimientos del pasado viernes prevalezca la prudencia en todas las fuerzas políticas para lograr la construcción de una nueva realidad social.
"Lo ocurrido en San Lázaro refleja la ambición por ocupar la silla presidencial y, además, es el resultado de una política excluyente, donde se quiere dejar fuera otro modo de pensar y la posibilidad de construir un México diferente", afirmó el obispo de la diócesis de Saltillo, Raúl Vera.
Señaló que el operativo en torno a San Lázaro fue "la cereza en el pastel de una política excluyente y seudodemócrata" que abarca los videoescándalos, el intento de desafuero, la campaña de espots y la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Indicó que se está dando una situación "empujada por la injusticia", donde "está emergiendo un México que ya funciona de manera paralela y quiere construir un país diferente. La única salida es que el TEPJF actúe conforme a la ley".
El jerarca de los evangélicos, Adoniram Gaxiola, indicó que el operativo evidenció "el tamaño del miedo" del gobierno federal, "que se siente amenazado por la emergencia de sectores populares cada vez más conscientes de sus derechos y poder. Es claro ejemplo del uso excesivo de las atribuciones institucionales para generar un clima de desconfianza y de censura contra quienes están en la oposición. "Creando, de manera artificial, la sensación de que existe violencia en un grado que no corresponde a la realidad", señaló.
Lamentó la situación en que se ha colocado al país, "especialmente porque la violencia y la falta de respeto a las instituciones permean a los estratos sociales y prácticamente a los actores políticos". Agregó que es tanta la violencia de quienes gritan y toman calles como "la de aquellos que elegantemente violan el estado de derecho que, se pretende, nos rige".
El superintendente de la Iglesia de Dios, Daniel Reyes, confió en que haya prudencia en todas las fuerzas políticas del país en la construcción y desarrollo de una nueva realidad social.
El obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, llamó a la ciudadanía a mantenerse unida y no dejarse violentar por nadie, porque en el país "no tenemos ídolos". En la Basílica de Guadalupe, el prelado afirmó que "un país que vive fuera de un estado de derecho, en un momento dado, tiende a caer en anarquía, en la perdición de todos, en la violencia, los robos, en las matazones que estamos viviendo", afirmó.