Héroes comunes, la apuesta de Oliver Stone en World Trade Center
Hollywoodland lleva a Venecia una muestra de la tragedia americana
Retrato de un mundo dominado por el culto a la personalidad, dice Allan Coultier
Un recorrido por los dilemas de la fama, tanto éticos como morales que ésta impone
Ampliar la imagen El actor estadunidense Adrien Brody sonríe a las cámaras durante una presentación para promover Hollywoodland en la 63 edición de la Muestra de Cine de Venecia Foto: Reuters
Venecia, Italia, 31 de agosto. El abuso de poder, los magnicidios irresueltos, las persecuciones políticas y los héroes comunes dominan la Muestra de Venecia, que presentó el jueves obras de reconocidos maestros independientes estadunidenses como Spike Lee y Oliver Stone, hasta el debutante Allen Coultier.
Después del filme inaugural La Dalia negra, sobre un truculento asesinato no resuelto en Los Angeles en los años 40, dirigido por Brian de Palma, el cual fue recibido fríamente por los cinéfilos del Lido veneciano, un debutante estadunidense, Allen Coultier, presenta su primer largometraje al concurso oficial.
Coultier indaga con eficacia sobre la misteriosa muerte en 1959 del actor George Reeves (Ben Affleck) protagonista de Superman, una de las primeras series de televisión de la historia, que conquistó a niños y adultos como "el hombre de acero".
En su primer largometraje, Hoolywoodland, el director estadunidense, célebre por dirigir para la televisión exitosas series como Sex and the City y The Sopranos, se sumerge en los dilemas de la fama tanto morales y éticos que impone el éxito a los actores de Hollywood.
"Describo un mundo dominado por el culto de la personalidad, que hace de todo por tener 15 segundos de fama. Hollywood promueve eso. Por eso el filme es sobre todo una tragedia", aseguró a la prensa el cineasta, que reconstruye minuciosamente esos años.
Fuera de concurso, pero en la línea de denuncia, fueron presentadas las últimas películas de dos representantes de la cinematografía rebelde de Estados Unidos: Oliver Stone y Spike Lee.
World Trade Center, la última película del Stone, estrenada en Estados Unidos en agosto pasado suscitando lágrimas y buenas críticas, recuerda los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001.
El filme narra la historia real de dos policías, Will Jimeno -de origen colombiano- y John McLoughlin, que fueron los últimos sobrevivientes en ser sacados de las ruinas del WTC, destruidas por terroristas suicidas al mando de aviones de línea, tras permanecer casi 24 horas atrapados bajo los escombros.
Pese a que han pasado sólo cinco años del atentado, el filme, que costó 60 millones de dólares, es una suerte de homenaje a los héroes comunes, a aquellos que arriesgan la vida por otros sin pensar en los dividendos futuros.
La película -producida por Paramount Pictures-, protagonizada por Nicholas Cage, Michael Peña y Maggie Gyllenhaal, no aborda el tema del terrorismo ni la política y ha sido definida por la prensa como un documento humano y emocionante.
La primera adaptación hollywoodense de la tragedia que vivió Nueva York en el 2001 logró recaudar 4.4 millones de dólares de taquilla el día de su estreno en América del Norte y será estrenada en octubre en Italia.
Los héroes de Stone contrastan con otros héroes estadunidenses: los sobrevivientes del huracán Katrina que destruyó en agosto del 2005 la ciudad de Nuew Orleans.
Los relatos y las escenas desgarradoras del documental de Spike Lee When the Levees Broke: A Requiem in Four Acts (Cuando se rompieron los diques: un réquiem en cuatro actos), de cuatro horas de duración, constituyen un documento de denuncia único.
"Es a la vez un documento despiadado contra las autoridades estadunidenses y un acto de amor por la capital mundial del jazz: New Orleans", lo definió la prensa italiana.
Relatado casi exclusivamente mediante entrevistas con sobrevivientes del huracán y los funcionarios encargados de rescatarlos, el documental, transmitido a finales de agosto por una cadena de televisión por cable de Estados Unidos, da voz a las personas más afectadas por la tormenta.
"La rabia y el amor son el hilo conductor del documental", escribió el diario II Manifesto, subrayando que el filme no muestra al realizador, quien se ha caracterizado por la crítica social ni ataca directamente a las autoridades: se limita a mostrar con ojo objetivo, pero devastador lo que ocurrió el 29 de agosto del 2005.