No me he muerto; lo juro, dice Chespirito al presentar su libro
Ampliar la imagen Roberto Gómez Bolaños Foto: José Carlo González
Ante el destello de cientos de flashazos, Florinda Meza dijo ayer a Roberto Gómez Bolaños, su esposo desde hace 30 años: "Eres el celo de Brad Pitt". Llegaron puntuales (10:30 horas) a la conferencia de prensa en la que hablaron de la autobiografía Sin querer queriendo (Editorial Aguilar), escrita por el actor, escritor, comediante y muchas cosas más, además de ídolo de millones en el mundo.
El acto estuvo a cargo del director general de Aguilar, Vicente Herrasti, quien lo presentó como "el hombre más representativo del medio del espectáculo en México, en particular, y de América Latina, en general. En su biografía se revela al hombre detrás de la celebridad.
"Encontramos al escritor, que es otra faceta. Este libro también se convierte en una suerte de historia de una parte de la televisión mexicana. En el comienzo de estas páginas se narra que estudió en el Colegio México, que fue boxeador y llegó a Los guantes de oro. Se narran peripecias verdaderamente memorables en la Facultad de Ingeniería, sus inicios en la tv, su realización de guiones para cintas de Viruta y Capulina, hasta la confección de sus grandes personajes, como El Chavo, El Chapulín Colorado. Así, hasta la visión de un hombre maduro".
Florinda Meza lo acompañó
Gómez Bolaños llegó con una costilla lesionada. Florinda Meza lo apoyaba. "Le he sido fiel casi 30 años, pero ojalá no me oiga Sofía Loren." Tal fue el tono del comediante y de la actriz que personifica a Doña Florinda.
Alrededor, trabajadores del Grupo Santillana observaban a Gómez Bolaños. Lo admiran. Meza fungió algo así como la vocera de su compañero, quien ya no oye bien. "En mi biografía intenté no ofender." Sus recuerdos escritos llegan hasta 2000.
Una biografía regularmente se hace de alguien muerto. "No me he muerto; lo juro", acotó. Le colocaron unos libros enfrente, que lo ocultaban un poco. Los movieron. "Ya ven lo chaparro que soy."
Agregó que "habrá cosas que sean una revelación para el público (...) Me he tenido que enfrentar al periodismo malo, amarillista (...) Mi mayor éxito es haber dejado de fumar, tras 40 años de hacerlo (...) Mi tío Gilberto Bolaños Cacho, médico que tuvo que intervenir en el caso de un niño de 5 o 6 años que fusiló (literalmente) a una muchacha del servicio doméstico de su casa, acto que ejecutó con un rifle dejado a su alcance por el descuido de su padre (...) el pequeño se llamaba Carlos Salinas de Gortari".