La obra, de Mercedes Gómez, será estrenada en el festival de Música y Escena
De la oreja al corazón, espectáculo teatral que apela a la inteligencia del niño
Urgen a que las obras infantiles dejen de ver a los menores como un público indiferente al arte
Ampliar la imagen Ensayo de la obra De la oreja al corazón, de Mercedes Gómez, quien interpreta el arpa Foto: Roberto García Ortiz
Ampliar la imagen Música en vivo, actores y títeres de gran formato integran la obra, que se estrenará el sábado, a las 18 horas, en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario Foto: Roberto García Ortiz
Ampliar la imagen Música en vivo, actores y títeres de gran formato integran la obra, que se estrenará el sábado, a las 18 horas, en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario Foto: Roberto García Ortiz
Dos fueron los motivos por los que la arpista Mercedes Gómez decidió incursionar en el mundo de la dramaturgia:
El primero, para satisfacer la inquietud que ha tenido desde la infancia por hacer literatura y, el segundo, su convicción de que el teatro infantil en México, en términos generales, trata con desdén la inteligencia y la sensibilidad de los niños.
Así, a un par de años de haber participado en el taller de Francisco Hinojosa, presenta su primera obra, De la oreja al corazón, en la que la autora conjunta sus dos grandes pasiones, la música y la literatura, y al mismo tiempo plantea su propuesta de cómo abordar al público infantil.
El estreno mundial de este espectáculo ocurrirá este sábado 2 de septiembre, a las seis de la tarde, como parte del octavo Festival Internacional de Música y Escena, en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, donde se presentarán tres funciones más: el sábado 9 y los domingos 3 y 10 de septiembre, a las 18 y 12 horas, respectivamente.
La obra se vale de la música en vivo, el trabajo actoral y el uso de títeres de grandes dimensiones para contar la historia de un niño que fue abandonado por su madre en un orfanato y que logra sobreponerse a ese dolor y superarse gracias a sus afanes de convertirse en músico, no sin deber sortear también varias dificultades para conseguir ese objetivo.
Aunque esta es su primera creación en el ámbito de la dramaturgia, Mercedes Gómez no desconoce la dinámica del mundo teatral, ya que ha participado, en su calidad de intérprete musical, en varias puestas en escena, entre ellas algunas al lado de la actriz y creadora Jesusa Rodríguez, a lo que se suma un par de participaciones en anteriores versiones del festival.
"La música -platica en entrevista- es mi parte extrovertida, mientras que la literatura, la íntima. Son ámbitos que se complementan envidiablemente. La escritura representa para mí los silencios o aquello que no se dice de manera tan fácil."
De acuerdo con la arpista, crear para niños es una tarea harto complicada, contrario a lo que se piensa e inclusive a lo que se hace comúnmente.
"Es un trabajo en el que no cabe la paja y todos los detalles deben estar bien afinados, porque si no se pierde la atención de los pequeños, se cansan y aburren", agrega.
"Quienes participamos en la creación de esta obra (Mercedes Gómez como dramaturga, la compositora Lorena Orozco en la música y el director escénico Emmanuel Márquez) coincidimos en presentar este trabajo con la manera como nos gusta dirigirnos a los niños, que es como seres humanos y no como seres a los que hay que hablarles de cosas bobas, como si no entendieran.
"La obra trata temas difíciles y de gran profundidad, como la soledad y el abandono; tiene también cosas graciosas y tristes. Combinar títeres y el formato de música de cámara ayuda a hacer las cosas más claras, además de que la música de Lorena va al grano. Es, pues, un espectáculo para todo público más que sólo para niños."
Al igual que la autora, el director escénico Emmanuel Márquez asegura que este espectáculo fue hecho desde el punto de vista de "recordar un poco la infancia", aquello que les hubiera gustado ver y escuchar en esa etapa.
De la oreja al corazón, precisa, "no es lo convencional que uno imagina de una obra infantil. Nada de una Dorothy de 45 años. En este caso, desde la dirección, se ha apostado por hacer teatro, aunque siguiendo algunos cánones que maneja el lenguaje infantil, como, por ejemplo, el niño no maneja aún muy bien el lenguaje verbal, entonces no hay discursos ni diálogos muy largos. Fuera de eso, es una obra como cualquiera otra para todo público".
En cuanto a la música, su autora, Lorena Orozco, explica que es de corte sencillo, "más vivencial y emocional que intelectual", que tuvo como punto de partida varias atmósferas del Concierto para viola y orquesta de Béla Bartok.
Tanto la autora, la compositora y el director escénico como la escenógrafa Teresa Alvarado, de la Compañía Divlados, están convencidos de que es urgente que las propuestas dirigidas al público infantil dejen de tomar al niño como "un ser indiferente al arte y la calidad, y le ofrezcan sólo espectáculos de mediana o mala calidad.
"Lo único que se está logrando con ello es vacunar a la gente contra el teatro desde pequeña. Muy rara vez se le ofrecen propuestas con calidad, donde inclusive pueda verse al arte como alternativa de vida. Se debe tener presente que las obras infantiles representan el primer encuentro con el teatro, de allí que el deber sea enamorar a los niños y no alejarlos."