Usted está aquí: jueves 31 de agosto de 2006 Cultura Murió Naguib Mahfuz, heredero de los faraones y la cultura árabe

Un infarto terminó con la vida del narrador y observador de la vida de El Cairo

Murió Naguib Mahfuz, heredero de los faraones y la cultura árabe

Fue un tenaz defensor de la convivencia entre musulmanes y judíos; abogó por la tolerancia religiosa

Admirador de la cultura nacional, su obra tuvo puntos de contacto con México

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

Ampliar la imagen Naguib Mahfuz, único escritor árabe en ganar el Premio Nobel, murió ayer. Aquí, el día que celebró su cumpleaños 88, en 1998 Foto: Ap

El Premio Nobel de Literatura Naguib Mahfuz falleció este miércoles a los 94 años de edad a consecuencia de un paro cardiaco. La salud del escritor egipcio, el único en lengua árabe que ha recibido el galardón de la Academia Sueca, se agravó después de sufrir una caída que le provocó una herida en la cabeza a mediados de julio. Desde el pasado 14 de agosto se encontraba en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Agouza, en El Cairo.

Su salud empeoró en los días recientes por complicaciones renales y pulmonares; el martes sufrió un primer paro cardiaco y fue reanimado, y este miércoles tuvo otro infarto, informaron las agencias internacionales. Mahfuz será sepultado este jueves al mediodía en la mezquita Al Rashdan, de El Cairo. Los presidentes Hosni Mubarak, de Egipto, y George W. Bush, de Estados Unidos, lamentaron la muerte del escritor.

Falleció en el hospital de Agouza, donde Mahfuz -defensor a ultranza de la paz entre árabes e israelíes y el respeto entre los credos-, fue atendido en 1994 tras un atentado perpetrado por un integrista islámico que lo apuñaló en el cuello cuando salía de su casa hacia una de sus tradicionales tertulias con amigos. Nunca pudo recuperarse por completo de ese ataque, que le paralizó la mano derecha, y en sus últimos años, casi ciego y sordo, dictaba sus textos.

En varias ocasiones el escritor recibió amenazas de muerte por parte de grupos integristas que consideraban su obra como blasfema, por su insistente llamado a la tolerancia religiosa, en especial Hijos de nuestro barrio, cuya publicación fue prohibida por el Instituto Islámico Al Azhar.

Dos años antes de este atentado contra Mahfuz, integristas asesinaron al escritor egipcio Farag Foda, férreo opositor al integrismo islámico.

Mahfuz fue uno de los pocos intelectuales árabes que aprobó los acuerdos de paz ente Egipto e Israel, en 1979, al mismo tiempo que se declaró totalmente solidario con los palestinos. Por su postura sobre Israel su obra fue boicoteada en varios países árabes. Al obtener el Premio Nobel dividió la suma del galardón en cuatro partes iguales: una para su mujer, dos para sus hijas y la última para el pueblo palestino, indicó Afp.

La realidad egipcia y la crítica social que retrató en la mayoría de sus obras, en particular la vida en El Cairo, tendió puentes también hacia México y otras partes del mundo, al reflejar lo que sucede en cualquier país de los llamados en vías de desarrollo.

Su relación con México se aceleró con la publicación de muchas de sus obras traducidas al castellano, en especial después de recibir el Nobel, en 1988, y creció aún más por la adaptación al cine de sus novelas Principio y fin, dirigida por Arturo Ripstein, en 1993, y El callejón de los milagros, de 1994, dirigida por Jorge Fons, ambas ganadoras de premios en festivales internacionales de cine.

En enero de 1996, en una conversación sui generis con Octavio Paz, ambos enlazados vía telefónica en la ciudad de Los Angeles -uno en México y otro en El Cairo- Mahfuz manifestó su "profunda admiración y un gran amor" por la cultura mexicana. (La Jornada, 18/01/16)

Ese diálogo fue gracias al entonces presidente de la Sociedad Hispano Arabe de Cultura y Turismo Hamdy Zaky, en el contexto de una conferencia que ofreció acerca de las coincidencias entre los dos premios Nobel: "su afán por reflejar la cultura popular de sus países por medio de su obra, y su obsesión por entender el pasado colonial que vivieron tanto Egipto como México".

Ambos escritores, dijo Zaky en esa ocasión, "recurrieron a la filosofía, la historia y el arte para desentrañar la realidad de sus respectivas culturas, aunque en sus obras difieren en la forma: Paz con la poesía y el ensayo; Mahfuz con la narrativa".

El menor de ocho hermanos

Naguib Mahfuz nació en la capital egipcia el 11 de diciembre de 1911 en el barrio Al-Gamalyya, fue el menor de ocho hijos. Comenzó su carrera literaria a los 17 años y a los 28 publicó su primera novela. Entre su obra se cuentan unas 50 novelas, decenas de trabajos periodísticos y más de 30 guiones cinematográficos.

En 1956, cuatro años después del fin de la monarquía en Egipto, publicó su obra emblemática La trilogía de El Cairo, integrada por las novelas Entre los palacios, El palacio del deseo y La azucarera; y en 1959 se publica por entregas Hijos de nuestro barrio, que no vio la luz como libro en Egipto, sino en Líbano, hasta 1967, aunque algunas copias llegaron a su país natal levantando una polémica que lo siguió el resto de su vida. Para los analistas esta novela fue la causa del atentado que sufrió en 1994 y que lo obligó a vivir vigilado para prevenir cualquier nuevo ataque.

La crítica literaria divide el trabajo de Mahfuz en varias etapas, la primera termina en 1944 y se caracteriza por novelas de tinte histórico ambientadas en el Egipto de los faraones; la segunda comienza en 1945, cuando el novelista trata temas contemporáneos -en 1947 publicó El callejón de los milagros- y termina en 1957, fecha en la que finaliza la Trilogía de El Cairo.

El ladrón y los perros inaugura una tercera fase, mientras que la cuarta, a la que se clasifica como "del absurdo", va de 1968 a 1972. La quinta fase concluye en 1992.

En 1988 la Academia Sueca decidió entregarle el premio Nobel al considerar que su "trabajo rico y complejo nos invita a reconsiderar las cosas esenciales de la vida. Nos presenta temas como la naturaleza del tiempo y el amor, sociedad y normas, conocimiento y fe, de una manera provocadora, evocativa y clarificadora".

Mahfuz no asistió a la ceremonia en Estocolmo pero envió un mensaje, que se leyó en árabe e inglés, en el que en primer lugar se declaró "hijo de dos civilizaciones (...) La primera, de 7 mil años de antigüedad, es la civilización de los faraones; la segunda, de mil 400 años de antigüedad, es la civilización islámica".

Después hizo una crítica severa a la apatía con la que los países desarrollados miran la situación en Africa, Asia y Medio Oriente e hizo un llamado a los dirigentes del primer mundo a actuar contra la esclavitud y el hambre en Africa, la muerte y tortura de los palestinos, a salvar la herencia espiritual de los israelíes y a aquellas naciones endeudadas a causa de las rígidas leyes de la economía mundial.

Apuesta por la tolerancia

El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, quien podría asistir al funeral este jueves, dio el pésame a la familia del escritor y lo elogió como un gran literato que siempre apostó por la tolerancia, indicó Dpa; mientras que el mandatario estadunidense, George W. Bush, se "entristeció" por el fallecimiento y dijo en un comunicado que "los escritos de este extraordinario autor de novelas, cuentos cortos y guiones de cine trascienden todos los estereotipos y muestran la más profunda comprensión de las vidas de los egipcios y de toda la comunidad", reportó la agencia Afp.

Su biógrafo, Raymond Stock, declaró que Mahfuz "es el último de los pioneros. El último egipcio que hizo coincidir a Oriente y Occidente".

El escritor egipcio Yusef al Quaid lamentó la muerte de Mahfuz quien, dijo, "vino al mundo únicamente para escribir. Tenía una capacidad increíble para crear, y creó toda su vida".

 
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