Usted está aquí: jueves 31 de agosto de 2006 Sociedad y Justicia Integrante de grupos católicos presidirá el Inmujeres; genera inconformidad

Retroceso, imponer a la ultraderecha, consideran consejeras del instituto

Integrante de grupos católicos presidirá el Inmujeres; genera inconformidad

ALMA E. MUÑOZ

Por ley, María Eugenia Díaz de Pfennich sustituirá a la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Patricia Espinosa, una vez que ésta concluya su gestión el 30 de noviembre próximo. Quedará en manos del próximo presidente de la República ratificarla o removerla.

Integrantes del movimiento feminista condenaron la determinación de convertir en funcionaria a una representante del Vaticano en México. Esto, consideraron, es una señal de que la ultraderecha comienza a apoderarse de los puestos de poder para frenar avances en materia de derechos sexuales y reproductivos.

Díaz de Pfennich aparece como autora en un libro reciente del Consejo Pontificio para los Laicos -dado a conocer el 20 de agosto pasado- en donde se afirma que el mundo está inmerso en un "clima de pansexualismo agresivo, con resultados desastrosos", pues la cultura contemporánea impone "modelos de identidad sexual y de relaciones entre los sexos que no son sólo superficiales y reductivos, sino con frecuencia desfigurados y autodestructivos".

El volumen incluye las ponencias de sesiones de estudios sobre el tema, que tuvieron lugar en Roma en enero de 2004, y se plantea que la Iglesia católica, "con su profundo conocimiento del ser humano", ha reconocido la necesidad de articular un nuevo feminismo, "aunque no se ha hecho de una manera propositiva".

Designada el lunes pasado secretaria ejecutiva del instituto -lo cual la convierte en la próxima presidenta- ha sido presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Católicas Femeninas (UMOCF).

Ante esto, las consejeras de la institución, Roxana Cuevas, de la Junta de Mujeres Políticas, y Candelaria Ochoa, de Estudios de Género de la Universidad de Guadalajara, plantearon que decisiones como éstas bien pueden ser tomadas como "una bomba de tiempo" para el país, dado que en lugar de representar un avance significan un retroceso, pues se impone a la ultraderecha.

Defendieron que la creación del Inmujeres es producto de una larga lucha del movimiento feminista, por lo que "no vamos a permitir que se nos haga cómplices de decisiones que conculquen o vulneren el derecho ganado por la sociedad, y reconocido en la jurisprudencia internacional de los derechos humanos", referente al Estado laico.

Recordaron que junto con otras 15 consejeras, tanto consultivas como sociales, pertenecientes a la junta de gobierno, abandonaron la sesión en la cual se aprobó el nombramiento de Díaz de Pfennich como secretaria ejecutiva, porque "no vamos a ser partícipes o a encubrir" a una funcionaria que "presenta un grave conflicto de interés, pues sus funciones deben responder a una agenda internacional acordada y suscrita por el gobierno mexicano y no obedecer los designios del Vaticano".

Uno de los temas más controvertidos tiene que ver con el derecho de la población femenina a decidir libremente en materia de reproducción.

Dentro del currículo de Díaz Pfennich sólo se le menciona como maestra normalista por el Instituto Anglo Español, sin más referencias profesionales; del año 1956 a 1965 fue dirigente nacional de la Juventud Femenina Católica Mexicana, donde junto con su esposo ha presidido la Acción Católica de Adolescentes.

Desde 1996 ha sido presidenta general de la UMOFC y pertenece a tres consejos pontificios. Asimismo, en febrero de 2002, Juan Pablo II nombró a Díaz de Pfennich integrante del Consejo para los Laicos.

 
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