Usted está aquí: miércoles 30 de agosto de 2006 Cultura A 100 años de su muerte, Ibsen sigue siendo el crítico de la hipócrita moral burguesa

Se realizará encuentro internacional sobre el dramaturgo noruego, en el Claustro

A 100 años de su muerte, Ibsen sigue siendo el crítico de la hipócrita moral burguesa

Sus obras aún son censuradas en muchos países por sus temáticas controvertidas: Vigdis Ystad

CARLOS PAUL

Ampliar la imagen Imagen del escritor tomada del sitio en la Internet www.telemarksnett.no Foto: Tom Riis

A 100 años de su muerte, el dramaturgo y poeta noruego Henrik Ibsen (1828-1906) continúa siendo peligroso. Hoy día, algunos de sus textos aún son censurados en algunas partes del mundo, pues las autoridades los consideran demasiado controvertidos e inclusive una amenaza a lo establecido, explicó la especialista Vigdis Ystad, quien se encuentra en nuestro país para participar en el primer Encuentro Internacional sobre Ibsen, que se realizará en la Universidad del Claustro de Sor Juana.

Considerada una de las más importantes investigadoras sobre la vida y obra de Ibsen, de quien ha escrito más de 60 libros, Ystad, también noruega, actualmente es directora de la versión crítica más completa y amplia de las obras completas del autor, que estará integrada por 33 volúmenes, de los cuales se han publicado ocho.

"Son diversos los niveles de significado desde los cuales uno se puede acercar a Ibsen. Su obra es leída de distintas maneras en Africa, Asia, Europa o América. Aunque si se tuviera que resumir se podría decir que Ibsen es el crítico de la hipócrita moral burguesa. En su tiempo ponía a debate los problemas del matrimonio, la educación, la religión y la libertad social, al tiempo que escribía obras con un sentido simbólico, que no estaban necesariamente asociadas con sus estudios y crítica.

"Su obra Peer Gynt, por ejemplo, plantea un tema aún vigente: el aspecto de la esencia existencial del ser humano. Una de sus preocupaciones más importantes es el de plantear que un individuo es parte de una sociedad, pero al mismo tiempo tiene que ser él mismo; Íbsen se cuestionaba cómo se pueden combinar esas dos necesarias situaciones."

Ibsen en la vida cotidiana "era una persona muy provocadora, aunque tomaba distancia de las otras personas, protegía su privacidad. La mayor de las veces no expresaba lo que pensaba. Era muy enigmático. Sabía en cierto modo que era un genio".

Actualmente se le considera el padre del teatro moderno. "Es el segundo dramaturgo más representado en el mundo, sólo por debajo de William Shakespeare".

Para la también directora de la revista Ibsen Studies, en la que colaboran especialistas de más de 40 países, los conflictos sociales con los que Ibsen nos enfrenta, reflejados en sus obras, todavía son vigentes.

"Cuando se va de gira con la obra Casa de muñecas a países como Nigeria, Kenya, Nepal o Bangladesh, donde la mayoría de las mujeres son analfabetas, Ibsen sigue vivo como crítico social. En algunos sitios, la obra El enemigo del pueblo ha sido censurada o prohibida por las autoridades, porque maneja el tema de la corrupción. En países europeos, su provocación consiste en que es ambiguo."

Ibsen escribió 25 obras, aunque si se incluye Norma y un borrador para Comedia del amor, serían 27. La madurez del escritor tiene varias etapas. Entre 1850 y 1860 "es su periodo más experimental, del que destacan sus obras históricas. Entre 1860 y 1873 fue considerado el heredero de los grandes dramaturgos poetas, con textos mucho más filosóficos. Entre sus obras más relevantes de esa época se encuentran Brand (1866), Peer Gynt (1867), Emperador y Galileo (obra que empezó en 1864 y terminó en 1873) y Los guerreros de Helgeland (1858), piezas en las que, de acuerdo con otros especialistas, el dramaturgo "demuestra ya el dominio de su famosa técnica analítica: la reconstrucción de los hechos del pasado -reales y sicológicos- en el curso de una acción progresiva que explica y, al mismo tiempo, condiciona".

Otra de sus etapas es la llamada realista, en la que sus textos tienen una dimensión simbólica más allá de la realidad. Ibsen escribió una serie de obras que de alguna manera contribuyeron al debate ético-social de aquel entonces: Los pilares de la sociedad (1877), referida a los fraudes comerciales; Casa de muñecas (1879), sobre la sumisión y la libertad de la mujer; Espectros (1881), sobre la moral sexual, y Un enemigo del pueblo (1882), en defensa de la libertad de expresión.

A dichas obras le siguieron El pato salvaje (1884), de la que Ibsen decía que era el principio de algo muy nuevo en su dramaturgia, que continuó con La casa de Rosmer, La dama del mar, Hedda Gabler, El constructor Solness, El pequeño Eyolf y Cuando despertemos entre los muertos, entre otras.

El primer Congreso Internacional sobre Ibsen se realizará del 31 de agosto al 5 de septiembre, en la Universidad del Claustro de Sor Juana (Izazaga 92, Centro Histórico). Contará con la participación de 38 especialistas de Noruega, Estados Unidos, Costa Rica y México, entre los que se encuentran Asbjoern Aarseth, Anisur Rahman, Alvaro Mata y Víctor Grovas. Se realizarán distintas conferencias, mesas redondas, puestas en escena y un ciclo de cine alusivo al autor noruego.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.