La actividad artística no cesa en el plantón, en la cuenta regresiva hacia el Grito
Por primera vez, Reforma y Bucareli fueron escenario de un body paint
Ampliar la imagen Aspectos de la sesión de body paint en el campamento de la delegación Benito Juárez de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, en Paseo de la Reforma Foto: Agustín Salgado
Ampliar la imagen Aspectos de la sesión de body paint en el campamento de la delegación Benito Juárez de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, en Paseo de la Reforma Foto: Agustín Salgado
Salieron a la calle y desde hace cuatro semanas permanecen en ella. Leen diarios, escuchan radio y observan los noticiarios televisivos; la mayor parte de los contenidos que encuentran no les satisface. En espacios abiertos, "donde se discute libremente de política", cuestionan cada uno de los argumentos que descalifican su actuación; rompen con "el cerco informativo" e invitan a los transeúntes a conocer sus demandas.
Ya están en las calles y no van a ceder un ápice. Saben que la realización de la Convención Nacional Democrática y los festejos por el aniversario de la Independencia han de convertirse, para bien o para mal, en un parteaguas del movimiento, y por ello cuentan los días que faltan para el 16 de septiembre.
Hace 28 días, Reforma y Bucareli era parada obligada para los contingentes que participaron en la marcha de más de dos millones de personas; ayer esa esquina se convirtió en escenario de un body paint. La finalidad no ha cambiado: exigir a las autoridades electorales transparencia absoluta en los resultados de la pasada jornada electoral.
Metamorfosis
La modelo es delgada, de tez morena y ojos grandes. El artista viste una playera sin mangas, es de ojos pequeños y tiene un tatuaje en el antebrazo derecho.
Con el cabello recogido, la mujer se prepara para la sesión de pintura en el cuerpo. Sentada en una silla, le colocan un tocado. Viste un pants rojo y sudadera blanca.
Un integrante del campamento de la delegación Benito Juárez coloca una bandera tricolor como fondo del escenario. Otra manifestante aporta un cartel con el rostro de Andrés Manuel López Obrador. "Hay que dejar en claro que esto es un acto de la resistencia civil pacífica, que tiene razón de ser y que no se trata de una actividad sin sentido", asegura.
Concentrado en lo suyo, el artista, Francisco Campero, alista sus herramientas de trabajo: una pequeña compresora, varios frascos de pintura y un pincel de aire, que extrae de una maleta.
Al principio son pocos los espectadores, pero conforme avanza la creación artística se junta más gente. Algunos provienen de otros campamentos, otros son transeúntes.
"Tenemos un mes de haber tomado las calles y únicamente pedimos claridad en los resultados. Es nuestra manera de construir la democracia y esta vez no vamos a ceder. Tienen que darse cuenta que no vamos a dar ni un paso atrás", expresa un integrante de la delegación de Coahuila.
La modelo se levanta de la silla y se despoja del pants y la sudadera. Es espigada y los tacones la hacen ver más alta. Un bikini blanco es lo único que la cubre.
El proceso es largo: primero pintura amarilla y después trazos de color rojo. Campero comienza en el rostro, desciende al pecho y finaliza en las piernas.
Tres paseantes en bicicleta hacen un alto al ver el body paint. No portan moño tricolor ni parecen estar al tanto de las manifestaciones políticas a su alrededor. Son un adulto y dos adolescentes, que toman fotos y reciben de los integrantes del campamento algunos folletos "del movimiento".
"Ni somos unos baquetones ni nos pagan por estar aquí. Tampoco somos intolerantes. Simplemente ejercemos nuestro derecho de manifestación, y vamos a participar en la convención del próximo 16 de septiembre", sentencia un participante del megaplantón.
El color negro resalta las líneas del cuerpo femenino. El abdomen es marcado con trazos firmes y las formas plasmadas en el rostro le dan profundidad a la mirada de la modelo.
Es una actividad lúdica mientras avanza la cuenta regresiva para el Grito de la Independencia en el Zócalo, que ya comenzó y no hay forma de pararla.