El movimiento estudiantil, clave del México actual PIT II
No me olvides, de Verónica Ortiz, refleja el anhelo de libertad del 68
La evocación del movimiento estudiantil del 68 entretejido con historias personales son los "rieles" sobre los cuales "camina" la novela No me olvides, de la periodista y escritora Verónica Ortiz quien presentó ayer el volumen editado por Planeta en las instalaciones del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
En el contexto de la Feria Internacional del Libro Politécnico que concluirá el domingo 27, No me olvides, debido a la pluma de Verónica Ortiz, fue la referencia obligada para remitirse al año 68 y recordar la lucha por la libertad de pensamiento y de expresión en aquello años en que la censura era enarbolada desde la silla presidencial "por el despótico y criminal gobierno de Gustavo Díaz Ordaz".
El movimiento del 68, expresó Paco Ignacio Taibo II, "es una de las matrices fundamentales de la transformación y del cambio del México que hoy conocemos". También, añadió, abrió las puertas de una libertad para todos que algunos no se merecen porque no hicieron nada para merecerlo, aunque "aparezcan como demócratas de última hora y que otros conquistaron con el sudor y la sangre de los esfuerzos de la militancia y la lucha de muchos años".
El movimiento del 68 visto a la distancia, prosigue Taibo II, tiene la capacidad para afectar a generaciones que no lo vivieron y llegaron al México moderno después, "y además tiene la capacidad de evocar en términos de memoria la primera gran explosión social en este México posrevolucionario".
Al mismo tiempo, señaló el también escritor y periodista, evoca generosidad, compromiso y contradicción entre las fuerzas que querían cambiar el México asfixiante y las fuerzas que buscaban mantener su dictadura permanente.
Por ello, "es necesario seguir contando su historia una y otra vez, para que no se olvide, para que encontremos los paralelos en el México contemporáneo, para encontrar las secuelas y sentido de la permanente lucha por la libertad de los mexicanos y encontremos los hilos que nos unen al día de hoy y a la lucha contra cualquier intento de imposición presidencial".
En ese contexto, la historia de Verónica Ortiz recrea en esa época sesentera a los personajes de una familia que encabeza el padre militar -apellidado Ballesteros-, su pelirroja hija Alejandra y una esposa desaparecida, para construir el entramado novelesco lleno de secretos inquietantes.
La construcción del personaje desvalido que es Alejandra, explica Paco Ignacio Taibo II, "incluso medio mensón, vehemente, pero atontado, incapaz de saber en dónde cayó y mucho menos entrando a casa" en donde se encuentra reprimida.
Aún así la pelijorra intuye que hay una historia secreta que se insinúa, a decir de Taibo II desde las primeras páginas, el sentido "de que algo malo pasó con su madre, algo oscuro, torvo, sucio y oculto que existe en el pasado de los personajes que la adolescente no entiende".
Verónica Ortiz también estuvo acompañada en la Unidad Politécnica para el Desarrollo y la Competitividad Empresarial por el periodista Humberto Mussachio y Víctor Manuel López, secretario de servicios educativos del IPN.
El libro, dijo Mussachio, "tiene la característica más exigible en una obra literaria la amenidad, y nos cuenta una historia que nos agarra desde el principio y nos obliga a ir hasta el final".
Verónica Ortiz presentará No me olvides el 7 de septiembre en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.