El tabasqueño se "extralimitó", sostiene Raúl Carrancá y Rivas
La convención carece de facultades para proclamar presidente a AMLO
El pueblo sí puede modificar la forma de gobierno, pero mediante la Constitución, señala
A pesar de las trampas de la elección, debe acatarse el fallo del TEPJF: Sotelo Rosas
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Raúl Carrancá y Rivas, doctor en derecho constitucional
Foto: Luis Humberto González
La Convención Nacional Democrática a la que convocó el candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, no tiene facultades legales para proclamarlo presidente de la República, a pesar de que el artículo 39 constitucional establece que "el pueblo tienen en todo tiempo el derecho inalienable de alterar o modificar la forma de su gobierno", aseveraron los constitucionalistas Raúl Carrancá y Rivas y Cuauhtémoc Sotelo Rosas.
Agregaron que, "jurídicamente, de acuerdo con la doctrina y la jurisprudencia, la única forma de cambiar una forma de gobierno es por medio de los mecanismos constitucionales, es decir, por conducto del Congreso de la Unión y del Constituyente Permanente".
Aunque Carrancá y Rivas consideró que López Obrador se "extralimitó" al interpretar el artículo 39 constitucional, señaló que su actitud se explica "en virtud de un desconocimiento a fondo de la Constitución, y habida cuenta de la desvergüenza con la que diversas autoridades han actuado, alterando los principios de certeza, legalidad y objetividad que establece la Carta Magna para que rija un proceso electoral".
Asimismo, el doctor en derecho constitucional se preguntó: "¿puede el pueblo modificar la forma de gobierno? La respuesta es que sí, pero mediante los mecanismos constitucionales que el propio texto supremo establece".
Indicó que el camino indicado es "que el Congreso de la Unión, junto con el llamado Constituyente Permanente, que es la suma de los congresos estatales, pueda modificar nuestra forma de gobierno, por medio del mecanismo que establece el artículo 39 constitucional.
"Entendamos esto, sería el pueblo, en esta hipótesis, el que estaría modificando su forma de gobierno, pero mediante el Poder Legislativo. No se puede llevar a cabo esto sólo por el hecho de que se reúnan 5 mil u 80 mil personas y digan en una plaza: 'vamos a modificar la forma de gobierno y por eso nombramos a este presidente de la República'; eso es jurídicamente inviable", puntualizó el constitucionalista.
Por su parte, el doctor Sotelo dijo que, independientemente de las irregularidades que haya tenido el proceso electoral, o de que el sistema político-jurídico en el país es "arcaico, obsoleto, mal planificado y deficiente", lo cierto es que la Constitución señala la forma como se renueva la Presidencia de la República y ésta debe respetarse.
Subrayó que si bien "la soberanía radica en el pueblo", como indica el artículo 39 constitucional, es una falacia considerar que "el pueblo" sean los miles de ciudadanos que están en Zócalo o los que participarán en la Convención Nacional Democrática.
La soberanía popular, enfatizó, se manifiesta por conducto de los representantes populares legalmente constituidos.
Tenemos que entender que la Constitución prevé que sea el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) el encargado de calificar la elección presidencial, y aunque no nos guste el fallo lo tenemos que acatar, porque de lo contrario cada quien que juntara a un grupo de personas crearía estados y municipios autónomos "que no nos llevarían a nada".
Son preferibles las leyes y las instituciones susceptibles de ser perfeccionadas, "a tener un emperador que se autoproclama", por más trampas e ilegalidades que hayan tenido lugar en el proceso electoral, sostuvo.