Usted está aquí: miércoles 23 de agosto de 2006 Economía No hay transparencia en cuentas de programas asistenciales: BM

La alianza gobierno-SNTE facilita la opacidad en el uso de recursos para educación, dice

No hay transparencia en cuentas de programas asistenciales: BM

Cuestiona la fragmentación de los apoyos institucionales, que impide mayor cobertura a pobres

1.5% del presupuesto salarial de la SEP se transfiere al sindicato sin que se aclaren gastos

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

Ampliar la imagen Mujer y su hija en una zona marginada de Cancún, donde no llegan servicios básicos Foto: José Carlo González

Una evaluación del Banco Mundial sobre los programas gubernamentales de combate a la pobreza reveló que en varias entidades del país hasta 80 de cada 100 habitantes están fuera de la cobertura de los sistemas de protección social. También encontró que la relación política entre el gobierno federal y el sindicato de maestros que dirige Elba Esther Gordillo, uno de los principales soportes políticos del candidato panista a la presidencia Felipe Calderón, deriva en ausencia de rendición de cuentas sobre el uso de recursos públicos destinados a reducir la pobreza a través de la mejora en la educación.

Aunque no actualiza cifras sobre de la pobreza, el tercer estudio de este tipo que realiza el organismo multilateral señala que existe falta de transparencia al rendir cuentas sobre los programas asistenciales, y cuestiona la fragmentación de los apoyos institucionales que, dice, impiden dar mayor cobertura a las personas pobres.

En un país que, según el gobierno del presidente Vicente Fox, debe ser incluido entre las 10 mayores economías del mundo, el Banco Mundial asegura en el estudio que 25 por ciento de los hogares del ámbito rural no cuenta con agua corriente, o que, en pleno siglo XXI, 10 de cada 100 hogares del país tienen piso de tierra.

Los datos y afirmaciones están contenidos en el estudio Descentralización y entrega de servicios para los pobres, el tercer estudio sobre pobreza que el organismo multilateral realiza a solicitud de la administración del presidente Vicente Fox. Con el primero de ellos, presentado hace dos años, el titular del Ejecutivo montó una campaña de propaganda en la que afirmaba que ''la pobreza en México había bajado 40 por ciento'' en los dos primeros años de su gestión, aserto que no estaba contenido en ninguna parte del documento.

En la versión divulgada el lunes pasado de este tercer estudio elaborado por el Banco Mundial, el organismo no publica cifras sobre la magnitud del universo de personas en pobreza en el país, porque está centrado en evaluar los programas destinados a los pobres en el ámbito educativo, de salud y de infraestructura social.

El reporte dado a conocer esta semana indica que en los últimos 12 años el país ha reorganizado y descentralizado algunos de sus programas gubernamentales; sin embargo, añade, ''debe mejorar la calidad de los servicios y la rendición de cuentas'', indicadores que ''aún son bajos'' si se consideran las normas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y de niveles promedio en relación con América Latina.

Uno de los obstáculos que identifica el estudio para que los fondos públicos contribuyan en mayor medida a la reducción de la pobreza es la opacidad en el uso de algunos de ellos, derivada de la relación que se ha establecido entre el grupo de poder representado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE, encabezado por Elba Esther Gordillo, la aliada del candidato panista a la Presidencia, Felipe Calderón) y el gobierno federal.

Señala el Banco Mundial: ''Aunque cerca de la mitad de los fondos programables del sector público pasan por los gobiernos estatales y municipales, el gobierno federal retiene la postura dominante sobre cómo se utilizarán los recursos descentralizados. Además, intereses poderosos como los representados por algunos sindicatos mantienen relaciones estrechas con el gobierno federal, y prefieren no tener que tratar separadamente con los gobiernos de los estados''.

Plantea el documento: ''En el caso del principal programa de educación básica en México, el triángulo crucial de interacción en dos sentidos está compuesto por el gobierno federal, el SNTE y los partidos políticos''.

Derivado de la estructura tradicional mexicana como un Estado corporativista gobernado por un solo partido, sigue el documento, el SNTE tiene identidad, intereses y poder que se distinguen de los que detentan los maestros, de los cuales es el representante nominal. En este sentido ''no se tolera la existencia de sindicatos rivales''.

Agrega que después de 2000, el presidente Fox y la lideresa del SNTE colaboraron ''en cierta medida'' fuera del marco partidista. Entre 2002 y 2004, añade, el ala del SNTE en el Partido Revolucionario Institucional actuó con creciente independencia del resto del partido, ''y entre 2005 y 2006 la lideresa del sindicato formó su propio partido, llevándose consigo del PRI a muchos maestros''. Según el Banco Mundial, ''no queda claro el impacto que esto pueda tener en el largo plazo, pero el fuerte papel político del SNTE ha sumado una dimensión única en su posición de negociación salarial y condiciones laborales''.

Otra cosa que comenta el reporte es que el SNTE no sólo es fuerte por su representación laboral y política, sino también por su poder dentro de la misma Secretaría de Educación Pública (SEP).

''El subsecretario o el director de personal es miembro del sindicato elegido por los líderes del mismo. Asimismo, alrededor de 1.5 por ciento del presupuesto salarial se transfiere automáticamente a las arcas del SNTE sin rendición de cuentas por el uso de estos fondos. A menudo, el sindicato ha dominado a los estados, a pesar del poder legal teórico de los segundos para administrar las escuelas. Los recursos humanos y los salarios se definen en gran medida por el canal existente entre el sindicato de maestros y el gobierno federal'', afirma el Banco Mundial.

 
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