Líderes judíos sugieren que la revelación del escritor favorece la venta de la obra
Adelantan la aparición del nuevo libro autobiográfico de Grass
En Pelando la cebolla cuento mi pertenencia a las Wafen SS hitlerianas, reitera el autor
Esa confesión no debe ser motivo de sorna ni vanidad, defiende el presidente del Parlamento alemán
Ampliar la imagen Arriba, ejemplares de Pelando la cebolla, el nuevo libro del Nobel de Literatura Günter Grass, ayer en librerías de Berlín; (abajo) la boleta que registra la reclusión del escritor como prisionero de guerra Foto: Ap y Reuters
Ampliar la imagen Arriba, ejemplares de Pelando la cebolla, el nuevo libro del Nobel de Literatura Günter Grass, ayer en librerías de Berlín; (abajo) la boleta que registra la reclusión del escritor como prisionero de guerra Foto: Ap y Reuters
Berlín, 16 de agosto. A raíz de la polémica desatada por la confesión del escritor Günter Grass, de haber pertenecido a las Waffen SS hitlerianas, se adelantó dos semanas la aparición del nuevo libro autobiográfico del Nobel alemán, titulado Pelando la cebolla.
En tanto, líderes judíos señalaron que el lanzamiento de esa obra despierta suspicacias, pues la revelación del autor alemán serviría presuntamente para favorecer la venta del libro.
Asimismo, este miércoles la Fundación Nobel anunció que no retirará el galardón conferido a Grass como llegaron a pedir algunos de sus detractores.
''Nunca se ha retirado un premio. Una vez que alguien lo acepta es imposible retirárselo", dijo la portavoz de la fundación, Jonna Peterson.
En entrevista con el canal de televisión ARD, cuya versión íntegra se dará a conocer este jueves, Grass se defendió de los señalamientos en su contra y afirmó que su reclutamiento en las SS a los 17 años ha sido un acontecimiento con el que ha tenido que lidiar toda la vida, y que está siendo utilizado para demeritar sus logros literarios.
''Lo que estoy viviendo es un intento por hacer de mí una persona non grata, de poner en duda todo lo que hice en mi vida después de eso. Y mi vida posterior estuvo marcada por la vergüenza", dijo el escritor.
Cuando se le preguntó por qué no había revelado antes su secreto, Grass contestó: ''No lo hice y tengo que vivir con eso. Ciertamente estaré oyendo acusaciones sobre eso por largo tiempo. Lo único que puedo decir es que yo trabajé en esa pregunta para este libro, y todo lo que tengo que decir sobre el tema está en él", señaló en alusión a su autobiografía Pelando la cebolla.
¿Truco publicitario o amnesia?
Además de acusaciones y muestras de repudio, las declaraciones de Grass, hechas el viernes pasado en entrevista con el semanario Frankfurter Allgemeine Zeitung, han generado también suspicacias sobre la ''oportuna" ayuda que le habrían dado a la venta de su nuevo libro, con tiraje inicial de 150 mil ejemplares.
La líder judía Charlotte Knobloch, por ejemplo, consideró que ''el hecho de que su confesión tardía se produzca tan poco tiempo antes de la publicación de su nuevo libro hace suponer que es una acción publicitaria".
Por su parte, el historiador Christoph Stoelzl calificó al autor de El tambor de hojalata como un ''profesional genial de los medios", y dijo: ''El que la presión de la conciencia le haya obligado a su confesión después de más de 60 años, no se lo cree seguramente nadie que conozca la relación entre cultura y moral".
El martes pasado la prensa alemana dio a conocer que la corta militancia de Grass en el grupo paramilitar nazi ya era conocida desde 1945, pero pasó inadvertida durante años. ''La única vez que se solicitó el documento para consulta fue hace 13 años por un organismo de seguro de vejez", informó el subdirector de la Central de Inteligencia del antiguo ejército hitleriano, Peter Gerhardt.
Günter Grass fue aprehendido por tropas estadunidenses el 8 de mayo de 1945 en la ciudad de Marienbad, en la actual República Checa. El documento que lo identifica como integrante de las Waffen SS ''división Frunsberg" fue redactado el 3 de enero de 1946, y en abril de ese año el escritor fue puesto en libertad.
Diatriba y defensa
La dureza de las críticas contra Grass pueden obedecer en gran medida a la postura que éste tuvo frente a otros personajes de la política que alguna vez estuvieron relacionados con el régimen nazi, y al hecho de ser ciudadano de honor de Gdansk, su pueblo natal en Polonia, donde comenzó la Segunda Guerra Mundial.
Se ha mencionado asimismo que prefirió callar esta parte de su pasado para no descartarse como candidato al máximo galardón literario y dañar al mismo tiempo su autoridad moral como intelectual de izquierda.
Pero también han surgido voces en su defensa desde varios sectores, y se ha avivado nuevamente la discusión sobre por qué tantos alemanes se dejaron seducir por el proyecto bélico y racista de Hitler.
El presidente del parlamento alemán, Norbert Lammert, consideró que ''la revelación tardía, que seguramente no le resultó fácil, no puede ser motivo de sorna o vanidad, mucho menos entre aquellos que, como yo, debido a su biografía, pudieron haber caído en una tentación así".
El historiador Hans Mommsen sostuvo que las críticas a Günter Grass deberían hacerse a toda la sociedad alemana.
''La deficiente disposición de la nación a reconocer su propia relación con los crímenes nazis es la razón por la que sobre todo integrantes de los últimos años de la guerra mantuvieron en silencio su pertenencia a las Waffen SS, el (partido nazi) NSDAP y otros aparatos del régimen para evitar difamaciones públicas".