Usted está aquí: lunes 14 de agosto de 2006 Deportes Se desdibuja la empresa de la Plaza México

Se desdibuja la empresa de la Plaza México

LUMBRERA CHICO

En la entrega de la semana anterior, esta sección relató la que era entonces la más reciente de hazaña de Joselito Adame, el niño prodigio mexicano que sigue triunfando semana a semana en plazas de España, Portugal y Francia. Para no perder el ritmo ni la costumbre, ahora fue en Bayona, sur de Francia, donde alternando con el novillero hispano El Santo y los rejoneadores Pedro Calero y Andrés Montero, lidió un astado de la ganadería de Monte de la Ermita, pésimo según las crónicas, y no obstante volvió a jugarse la vida como un jabato y le cortó una oreja con entrega, afición y pundonor.

En cambio, en la Monumental Plaza México, la expectación y el entusiasmo despertados por los nuevos empresarios de ese establecimiento se están desvaneciendo domingo a domingo y entre la lluvia, los fríos de este atípico y oscuro verano, la falta de dinero característica de la etapa final de las vacaciones y el incumplimiento de la oferta inicial de Chilolín y Curro Vázquez, la gente ha vuelto a optar por quedarse en su casa o dedicarse a otras cosas.

Tras la emoción que provocaron los cuatro espléndidos encierros de la que fue llamada con todo acierto Feria Torista, en la que saltaron a la arena dos docenas de pavos con años, trapío y peso, vino esta temporada de novilladas que ayer cumplió cinco domingos consecutivos y la verdad es que salvo el colombiano Montoyita, que le encantó al público, los muchachos restantes han resultado ser unas verdaderas nulidades que no van a comer de esto cuando sean grandes, porque no parecen dotados de grandeza torera alguna; ojalá que la vida les muestre su verdadero rumbo.

Lo que no está a discusión, sin duda alguna, es que figuras-figuras nunca lo serán. He allí los casos del tlaxalteca Manuel Rocha El Rifao, que debió desorejar a su lote, o las estridencias y la frivolidad de José Francisco Ortega, que se autodenomina El loco de Tijuana. Claro que la culpa no es de los aspirantes, jóvenes con más ilusiones que experiencia, sino de quienes lo traen a la arena del redondel más grande e importante de América Latina y los hacen pasar aceite quién sabe por qué o para qué.

Algo no está funcionando en la dupla formada por Curro y Chilolín; quizá al darse cuenta de que ambos podrían cosechar éxitos manejando el embudo de Mixcoac con imaginación y creatividad, Rafael Herrerías les cortó las alas, los arrinconó contra la pared, les leyó la cartilla y les hizo ver que su encargo terminará a finales de octubre cuando él retome las riendas y anuncie los carteles del derecho de apartado para la temporada "un poco menos chica" 2006-2007.

Si la fiesta brava es espejo de la vida en muchos aspectos, el regreso del cacique al que nadie extrañó en su ausencia podría reflejar el desarreglo que existe y que se agudiza en las altas esferas de la vida nacional, donde los deseos de ver caras nuevas en el escenario de la política podrían frustrarse por el retorno de aquellos que, como Herrerías, en realidad nunca se fueron.

 
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