Afecta a trabajadores de restaurantes y acomodadores de autos
Pegan sobre todo a empleos precarios los efectos del bloqueo en Reforma
Reflejo de la precarización en el empleo, aprovechada por los grandes empresarios para eludir el pago de obligaciones laborales, los trabajadores del sector servicios, principalmente en restaurantes, cadenas de comida rápida y estacionamientos, han resentido en mayor medida los efectos del bloqueo causado por los campamentos en defensa del voto en una zona acotada de la ciudad de México.
Son la expresión de un fenómeno creciente, del que las cámaras empresariales no hablan en público, que es reconocido por instancias oficiales como el Banco de México y que muestra uno de los rostros del desajuste económico que vive el país: los empleos, si los hay, son pocos y cada vez más precarios.
Hasta este viernes, ninguno de los grandes corporativos que tienen sus edificios de oficinas en Paseo de la Reforma -como el grupo británico HSBC, la Bolsa Mexicana de Valores, las casas de bolsa y cambio- han anunciado despidos de personal por el bloqueo de la avenida.
En aquellos donde la actividad se ha reducido hasta afectar sensiblemente a las personas es en restaurantes, cadenas de comida rápida o los acomodadores de autos, que son quienes tradicionalmente atestan las calles con los vehículos de los comensales o noctámbulos que se acercan a la zona.
Este es el tipo de empleos precarios que la economía mexicana genera, principalmente en los últimos años. Un tipo de ocupación sin estabilidad en el empleo, seguridad social y, en muchos casos, tampoco sueldo fijo.
Desde diciembre de 2000 y hasta junio de 2006, el número de trabajadores afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), uno de los indicadores más confiables sobre la evolución del empleo, aumentó en un millón 32 mil 522 personas. En ese periodo, la demanda de plazas que debieron crearse para atender la dinámica demográfica fue de siete millones.
Puestos laborales de baja calidad
De acuerdo con un reporte del Banco de México, que cita cifras del IMSS, en el transcurso de este sexenio la generación de empleo fue sobre todo de baja calidad. Así, mientras el número de asegurados creció en un millón 32 mil 522 trabajadores, sólo 246 mil 590 encontraron un empleo permanente, mientras que los otros 785 mil 932 fueron por contrataciones eventuales. Esto es, en términos generales, que de cada cuatro empleos generados sólo uno fue permanente.
Aunque lejos de impactar la dinámica productiva de la ciudad, la afectación a los trabajadores de empleos más precarios, que tienen su fuente de ingresos en el corredor copado por los bloqueos, muestra el efecto de la ausencia de derechos laborales y de una tendencia creciente en la economía mexicana.
Es cada vez más frecuente, como lo citó en un reporte reciente el Banco de México, que los empleadores que operan en el país recurren a la contratación temporal como una forma de eludir lo que, a juicio de los empresarios, son las "rigideces" del mercado laboral: la contratación por jornada y no por hora; el pago de horas extra, indemnización por despido, aguinaldo y reparto de utilidades. De acuerdo con el banco central esa tendencia entre los empresarios del país es la que explica la desproporción entre la creación de empleos eventuales y permanentes.
Información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) muestra que en el país 43 de cada 100 personas ocupadas no tienen un contrato con su empleador y, referente al nivel de ingreso, nueve de cada 100 no perciben sueldo y viven de propinas o pagos en especie; 13 de cada 100 devengan un salario mínimo; 21 por ciento, entre uno y dos mínimos, y 22 por ciento entre dos y tres. El resto tiene un nivel de percepción mayor.