Máxima alerta en aeropuertos internacionales; detiene el MI5 a 24 "sospechosos"
Frustra GB atentados contra 10 aviones; los atribuye a Al Qaeda
Diputado opositor asegura que "inflan" los acontecimientos
Londres, 10 de agosto. Una célula de Al Qaeda con base en Gran Bretaña fue neutralizada antes de que pudiera llevar a cabo un plan para hacer estallar 10 aviones comerciales, anunciaron el jueves funcionarios de antiterrorismo londinenses. Las fuentes agregaron que el plan para cometer lo que la policía describió como "un asesinato masivo a escala inimaginable" iba a ser activado en cuestión de horas.
Fueron arrestados 24 sospechosos de terrorismo en una serie de redadas en Birmingham y el sureste británico, que fueron resultado de la más grande operación de vigilancia jamás emprendida contra supuestos seguidores de Al Qaeda.
En respuesta a la amenaza inminente, nuevas medidas de seguridad más estrictas se impusieron en todos los aeropuertos del Reino Unido, que causaron un caos generalizado y la cancelación de cientos de vuelos. Además, la alerta de seguridad nacional fue elevada por primera vez a "crítica", que es el nivel más alto.
La célula terrorista está acusada de pretender introducir un explosivo líquido oculto en botellas de refresco en aviones comerciales con destino a Estados Unidos y detonarlo con una batería estando a bordo.
Los sospechosos son acusados de intentar llevar a cabo tres ataques "por fases" en nueve o diez aviones jet durante un periodo de varios meses. El plan, según se entiende, era hacer estallar el avión sobre el mar de manera que los investigadores no pudieran descubrir cómo fue que el explosivo -probablemente un líquido a base de peróxido--pasó por la seguridad del aeropuerto sin ser detectado.
Una fuente antiterrorista señaló: "Esto pudo haber sido mucho peor que los ataques del 9-11 (en Estados Unidos)".
Una investigación conjunta de la policía y los servicios secretos británicos del MI5, llegaron a un punto crítico la noche del miércoles, cuando quedó claro que los conspiradores podrían estar listos para atacar dentro de las próximas 48 horas, por lo que los funcionarios antiterroristas se apresuraron en las primeras horas del día para arrestar a 24 jóvenes británicos de origen paquistaní en Londres, Buckinghamshire y Birmingham.
John Reid, el secretario del Interior, dijo que si el complot hubiese tenido éxito, habría causado muertes a "una escala sin precedente".
Funcionarios estadunidenses revelaron que las aerolíneas de su país que eran blanco del plan son United, American y Continental, que vuelan a Nueva York, Washington y California. La administración estadunidense elevó el nivel de alerta a "rojo" en vuelos a Gran Bretaña, designando así un riesgo severo de ataques terroristas. También prohibió llevar bebidas, fijadores para el cabello y lociones en los aviones, con el argumento de que sólo los líquidos fueron señalados como un riesgo en la investigación británica.
Se cree que el complot fue parcialmente inspirado por otro similar, obra de un terrorista de Al Qaeda llamado Jalid Sheik Mohammed, quien en los años 90 planeó detonar bombas a bordo de aviones que volaban sobre el océano Pacífico.
El comisionado adjunto de la Policía Metropolitana de Londres, Paul Stephenson, aseguró sobre la conspiración: "Esto tenía la intención de ser un asesinato masivo a escala inimaginable". Los aeropuertos británicos introdujeron este jueves la prohibición de abordar al avión llevando equipaje de mano o líquidos, lo cual provocó inmensas filas, Se llegó al extremo de exigir a padres de niños pequeños que probaran delante del personal de seguridad la leche para bebé con la que pretendían abordar el avión.
Sobre los 24 sospechosos las fuentes indican que la mayoría son ciudadanos británicos, trascendió también que hay mujeres entre ellos. Por la noche seguían las redadas en Walthamstow, el este de Londres, High Wycombe, Buckinghamshire y Birmingham. Se han confiscado documentos y equipo de cómputo, así como lo que la policía describe como "objetos de interés", si bien no se confirmaron reportes de que habrían sido descubiertas bombas.
En High Wycombe, un escuadrón de oficiales antiterrorismo registró tres distintas direcciones en las afueras del norte de la localidad durante la noche y arrestaron a varios hombres. Todos sus domicilios fueron registrados, lo mismo que un terreno boscoso cercano a la casa de uno de los detenidos.
Otra casa fue objeto de una redada en Walton Drive, en el área de Totteridge de esa ciudad, que pertenece a una familia asiática de apellido Sawar, con tres hijos y dos hijas, que lleva mucho tiempo viviendo ahí.
Los vecinos dijeron que dos de los hermanos, Amjad y Asad Sawar, recientemente se dejaron crecer la barba y empezaron a usar ropa más tradicional.
A poca distancia de ahí, la policía registró una casa en Heppelwhite Close, ubicada en una calle cerrada de construcciones de la posguerra, y se cree que ahí fue arrestado Don Stewart Whyte, de 19 años y raza blanca que recientemente se convirtió al Islam.
Se trata de un vendedor de artículos electrónicos que vive con su madre que es maestra, y su esposa, con quien se casó tras su conversión, y quien se cree es de origen asiático o árabe. Un vecino dijo que "se convirtió hace como seis meses y comenzó a dejarse la barba, usar ropa islámica e ir a la mezquita".
La operación del espionaje británico involucró teléfonos intervenidos y micrófonos ocultos, con lo que las autoridades comenzaron a ver el perfil de un grupo organizado, muy motivado e inspirado en la "guerra santa global" que simpatiza con las reivindicaciones de Al Qaeda.
Si bien se detectaron nexos claros con Pakistán y el norte de Africa, la inteligencia británica no logró detectar al "gran hombre" de Al Qaeda que debía controlar los hilos de la operación frustrada. Esto tampoco se logró determinar en los atentados suicidas en el metro de Londres del 7 de julio de 2005, en que murieron 52 personas, cuyos autores eran jóvenes radicalizados que vivían en Gran Bretaña y se vieron influenciados por sus viajes a países como Pakistán.
Fuentes oficiales británicas dijeron que la operación tomó fuerza durante los últimos días y que el primer ministro, Tony Blair, fue plenamente informado sobre el progreso de la misma antes de salir de vacaciones a Barbados.
A las 22 horas del miércoles, el secretario del Interior, John Reid, presidió la primera reunión de Cobra, el comité de contingencias de los ministerios británicos, a la que también asistieron jefes de seguridad y de la policía. La reunión terminó después de tres horas y media, en las que se aprobaron las redadas, y se reanudó a las cinco de la mañana de este jueves.
Douglas Alexander, secretario de Transporte, suspendió sus vacaciones en Mull, una de las islas Hébridas, tras enterarse de la situación.
A Blair también se le informó de la crisis y estuvo en constante contacto con el secretario del Interior. Un funcionario señaló: "A raíz de la situación en Medio Oriente, el primer ministro casi no ha podido soltar el teléfono".Una de las primeras llamadas de Blair fue al presidente estadunidense, George W. Bush, para informarle de la conspiración terrorista y de los arrestos que se planeaba hacer.
Reid de inmediato se hizo cargo de la crisis, dejando al margen a John Prescott, el primer ministro adjunto, quien según las reglas está a cargo del gobierno en ausencia de Blair.
Así, el secretario del Interior y Alexander convocaron a una conferencia de prensa en Westminster para llamar al público a mantenerse vigilante.
Tan sólo un día antes, Reid había advertido que el terrorismo islamita implica la mayor amenaza sobre la seguridad nacional desde la segunda guerra mundial, aseveró que, de haber tenido éxito, el complot hubiera causado muertes en "una escala sin precedente".
En una declaración Blair aseguró: "Quisiera rendir un homenaje al enorme esfuerzo hecho por la policía y los servicios de seguridad que durante largo tiempo han rastreado esta situación y desempeñaron una inmensa cantidad de trabajo".
Agregó: "Hubo una inmensa cantidad de cooperación con las autoridades estadunidenses que ha sido de gran valor y que subraya la amenaza que enfrentamos y nuestra determinación de combatirla".
Trascendió, además, que los servicios secretos británicos contactaron al menos a 12 agencias de contrainteligencia no sólo en Estados Unidos, sino en Pakistán, países del norte de Africa y Alemania, para solicitar información y perfiles de los sospechosos.
Tanto David Cameron, líder de los conservadores, como Menzies Cambpell, el líder Demócrata Liberal, fueron informados de la crisis por Reid, quien obtuvo su apoyo para manejar la emergencia. Sin embargo, hubo algún escepticismo privado en las filas opositoras en cuanto a que se elevó el nivel de alerta a pesar de que se admitió que los principales sospechosos están bajo arresto, como una "medida precautoria".
Un diputado conservador señaló: "Creo que están inflando el tema en todo lo que vale".
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca
Washington, 10 de agosto. El presidente George W. Bush declaró hoy que los arrestos de un grupo de sospechosos en un complot "terrorista" para derribar vuelos trasatlánticos, es un recordatorio de que "estamos en guerra con islamofascistas", y su gobierno anunció una nueva serie de medidas de seguridad en aeropuertos internacionales del país, al responder a las acciones de seguridad pública hoy en Londres.
A cinco años de los atentados "terroristas" contra Estados Unidos, casi todos conocen el guión: se anunció el descubrimiento de otro complot "terrorista", se da a conocer el arresto de "musulmanes", se eleva el estado de alerta, se imponen nuevas medidas de seguridad, desfilan los expertos sobre "el terrorismo" ante las pantallas de los medios, y se silencian las voces -aunque sea por un ratito- de todo crítico y disidente de la llamada "guerra contra el terror".
Bush declaró hoy que los arrestos en Gran Bretaña son un recordatorio "de que esta nación (Estados Unidos) está en guerra con islamofascistas, quienes emplearán cualquier medio para destruir a aquellos que aman la libertad, para dañar a nuestro país".
Elogió la cooperación entre la inteligencia británica y estadunidense y los encargados de seguridad pública para desmantelar este complot. Estados Unidos, sostuvo, es mucho más seguro que antes del 11 de septiembre de 2001, y señaló: "hemos tomado muchas medidas para proteger al pueblo estadunidense". Pero subrayó que "obviamente, aún no estamos completamente seguros, porque hay gente que aún arma complots y quiere dañarnos por lo que creemos. Es un error creer que no hay una amenaza contra Estados Unidos de América". Y concluyó: "el pueblo estadunidense necesita saber que vivimos en un mundo peligroso, pero nuestro gobierno hará todo lo que podamos para proteger a nuestra gente de esos peligros".
En tanto, el secretario de Seguridad Interna, Michael Chertoff, anunció que el nivel de alerta de seguridad nacional se había elevado a su máximo nivel, rojo o severo, para vuelos comerciales entre Gran Bretaña y Estados Unidos. En declaraciones oficiales y entrevistas subsecuentes durante el resto del día, Chertoff continuó alertando sobre el peligro que representaba el complot. Esta noche, en entrevista con el noticiero de PBS, declaró: si el atentado se hubiera perpetrado, "hubiéramos visto un desastre comparable al 11-S con cientos, tal vez miles, de muertos".
Poco antes, en entrevistas para CNN, informó que el plan terrorista era tener "múltiples atacantes suicidas en aeronaves al mismo tiempo". En sus declaraciones iniciales, repetidas en el transcurso del día, señaló que aunque no aún no tenían pruebas, todo "sugiere" que los responsables son Al Qaeda, o por lo menos, es "una amenaza tipo Al Qaeda".
Chertoff y otros altos funcionarios anunciaron nuevas medidas de seguridad. Además de la alerta máxima para vuelos entre Gran Bretaña y Estados Unidos, se anunció "alerta alta" (o naranja) para toda la aviación en Estados Unidos. Junto con esto, se informó de medidas públicas y visibles, además de otras "invisibles". Entre éstas, ya que las bombas que supuestamente se usarían en este atentado serían en forma líquida, se prohibió, de manera temporal, todo líquido o gel en el equipaje de mano (con excepciones para fórmula para bebés y algunas medicinas). Estas incluyen, informó la Secretaría de Seguridad Interna, shampoo, lociones, cremas, gel para cabello, protector solar, pasta de dientes y otras sustancias "de consistencia similar".
Toda bebida adquirida en las salas de espera en los aeropuertos deberá ser consumida antes de abordar un avión. Los procesos de seguridad en las entradas a las salas de espera serán más rigurosas. También se intensificará el monitoreo de las áreas de llegadas internacionales en los aeropuertos, con equipos de "respuesta especial" para detección en aeronaves y equipaje, unidades caninas especialmente entrenadas y tecnologías de detección de explosivos. Además, como siempre, se pide al público "estar atento y vigilante a toda actividad sospechosa y reportarla a las autoridades".
Con todo esto, casi desaparecieron las noticias de la guerra en Irak, la invasión a Líbano, y los problemas, escándalos y violaciones de derechos humanos en la llamada "guerra contra el terror" que habían ocupado atención en los últimos días. Y es que, como afirmó el presidente, el mundo es peligroso.