Como nunca, la resistencia cohesiona a la sociedad civil, opina académico
La resistencia civil pacífica no sólo es una "acción legítima, sino una forma de expresión para una sociedad que se siente profundamente agraviada", aseguró Manuel Larrosa Haro, sociólogo, especialista en sistemas políticos y electorales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), quien señaló que es una "práctica novedosa" en la historia política y social del país, "nunca como ahora ha estado vinculada a la sociedad civil".
Aseguró que las acciones convocadas por la coalición Por el Bien de Todos son un "último recurso para mantener viva la conciencia ciudadana sobre lo que está pasando, bajo una estrategia pacífica, controlada, que ha evitado, hasta donde le es posible, no afectar a terceras personas".
Por ello insistió en que la resistencia civil es una lucha "legítima" para una sociedad que "no se polarizó por un resultado electoral muy cerrado, sino como parte de un proceso muy largo que se inició desde los años 70, ante dos visiones distintas del país que han estado confrontadas por muchos años".
La polarización social que vivimos, indicó, es un proceso "mucho más profundo, que va más allá de la contienda electoral, pues rebasó los procesos institucionales y a los propios actores políticos, a quienes faltó imaginación e imparcialidad para dar respuesta a los ciudadanos".
Larrosa Haro, coordinador del Centro de Estadística y Documentación Electoral de la UAM, afirmó que la demanda ciudadana del recuento voto por voto y casilla por casilla "puede ser no legal ante la decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pero sí legítima para una sociedad que se siente muy agraviada y que considera razonable acabar con todas las dudas".
Destacó que en México personajes como Salvador Nava y José Vasconcelos iniciaron las acciones de resistencia civil, pero será hasta la década de los 80, con el Partido Acción Nacional, cuando se "vinculó de lleno al proceso de cambio político que vive nuestro país, y que hoy como nunca está agrupando a la sociedad civil, y por más molesto que sea, mientras permanezca dentro de las acciones pacíficas, es un derecho legítimo y una forma de expresión de la sociedad".
Laura Poy Solano