Hermanan arte de Mompou y Gaudí en exposición
Sin conocerse personalmente, el arquitecto Antoní Gaudí (1852-1926) y el compositor Frederic Mompou (1893-1987), tras abrevar en la misma cultura catalana, compartieron influencias y el espacio geográfico con sus circunstancias de luz y aire.
Esta situación ha permitido al fotógrafo y arquitecto Marc Llimargas y al pianista y pedagogo Adolf Pla, catalanes a su vez, reunirlos en la propuesta interdisciplinaria, Gaudí y Mompou. El sonido de la luz, cuya muestra de 37 grandes fotografías a color y 28 pensamientos, podrá apreciarse hasta el 15 de octubre en el Palacio de Cultura Banamex, ubicado en el Palacio de Iturbide, Madero 17, Centro Histórico, pero que también incluye conferencias sobre música y arquitectura, y conciertos de piano con recursos multimedia. Una síntesis del concierto se puede escuchar en la sala de exhibición.
De acuerdo con Pla, cocurador de la exposición con Llimargas, han hecho enfatizado que el arte está conectado aunque las disciplinas sean diversas en su expresión. Inclusive, los contenidos en cuestión pueden "no pertenecer a un mismo periodo histórico o estético, pero la esencia que la ha hecho posible participa de una misma necesidad".
El sentido de la mesura, en relación directa con la luz de Cataluña, se refleja en el equilibrio que Gaudí logra en su arquitectura, apuntó Llimargas. A la vez que la música de Mompou se podría definir como "la música de la luz".
Gaudí y Mompou no son contemporáneos desde el punto de vista estético, porque el primero está inserto en el modernismo, mientras que el segundo está en el novecentismo catalán, una contracorriente. Sin embargo, Pla tampoco cree que Gaudí sea un modernista al pie de la letra: "se sale del tablero". Y, en el caso de Mompou, aunque esté en las corrientes contemporáneas de principios del siglo XX, "escribe tonal, como si fuese 100 años antes". Entonces, son dos artistas "independientes que no se pueden clasificar en un movimiento".
Ambos, continúa Pla, hacen un arte a partir de una experiencia espiritual relevante. Los dos tienen un punto de partida muy similar que es el arte intuitivo, espontáneo, que no se basa en un ejercicio intelectual, sino sensual o de captación de las esencias. De alguna forma "ambos pasan a un estado espiritual que rige sus obras. En el caso de Gaudí, la síntesis de su producción está en el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, mientras que en el de Mompou se encuentra en los cuatro cuadernos de música callada, un ejercicio de composición a partir de las lecturas del místico del siglo XVI, san Juan de la Cruz".
Tanto Llimargas como Pla tenían años de andar tras las huellas de la mancuerna artística. A lo largo de ocho o nueve años Llimargas realizó cuatro mil imágenes de la obra de Gaudí, y tres libros. Desde que Pla tocaba composiciones de Mompou en el conservatorio, notó que había "vínculos" con la obra de Gaudí. Para Pla el cocurador era alguien que "fotografiaba a Gaudí, comprendiéndolo".
La presente exposición es un intercambio de Fomento Cultural Banamex con la Fundación de la Caixa de Gerona, donde se originó El sonido de la luz en 2002, con motivo del centenario de nacimiento de Gaudí. La muestra cumplió dos años y medio de itinerar por América del Sur.