Presentan la más reciente novela de Saúl Ybargoyen en Bellas Artes
La última copa explora la naturaleza humana por medio de la borrachera
Para celebrar los 30 años que lleva elpoeta y narrador uruguayo Saúl Ybargoyen radicado en México y presentar su más reciente novela, La última copa, los escritores Marisa D'Santos, Samuel Gordon y Federico Patán, junto con el autor,se dieron cita este domingo en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Publicada por Ediciones Eón, la novela gira en torno al tema de "la borrachera para explorar la condición humana".
Es un acercamiento a la realidad del alcohólico mediante un personaje atormentado que deambula por pasillos oscurecidos, prostíbulos malolientes y vigilias envilecidas por los vapores del alcohol, huyendo de las propias emociones, buenas o malas, porque para él sentir es causa de sufrimiento, por tanto su meta es anestesiarse, lograr el total desarraigo de una realidad que no acepta, pues en palabras del personaje: "Olvidar es a veces vivir, porque así podemos inventar recuerdos".
Ybargoyen "no escribió una novela moralista", destacó D'Santos. "No hay un mensaje en sus páginas, salvo el que el lector quiera encontrar. El autor es consciente de que la catarsis sólo puede darse desde lo más profundo de cada individuo."
Con este libro da inicio una nueva colección de la casa editora denominada Días de vino y rosas en homenaje a la película del mismo nombre, dirigida por Blake Edwards, en 1962.
La última copa despliega en 25 breves capítulos -a veces de una página y media o dos- las secuencias narrativas que conforman la historia. Es una ficción que "a ratos se antoja realista y en otros un laboratorio lingüístico y sintáctico nada despreciable", explicó Gordon.
Con más de 50 libros publicados, Ybargoyen, en su más reciente volumen, "sigue sin salirse de la narración que el autor llama de fronteras: sociales, culturales, biológicas, físicas o afectivas".
El uso de arcaísmos, así como la conjunción de la lingüística sudamericana con mexicanismos, "delatan el doble corazón del autor, con reminiscencias uruguayas a las que aún es fiel, y el habla característica de México que hace muchos años adoptó, junto con la ciudadanía. También el francés, el portugués y el 'portuñol' fronterizo revelan los antecedentes de una cultura vasca y largas temporadas en Brasil".
A Ybargoyen le costó mucho escribir esta historia, citó D'Santos al autor.
"Tenía que resolverla sin que fuese autobiográfica, porque a fin de cuentas no importa que sea verdad o invención, lo importante es que esté bien escrita, más allá de la anécdota.
"Durante mucho tiempo conté incidencias de mi vida como alcohólico, sobre todo las que tenían cierto chiste, no las trágicas. Las seguí contando hasta que me di cuenta de que las modificaba y al final ya no sabía qué era lo que había pasado exactamente, porque la confusión que produce el alcohol cambia los tiempos y el espacio es un vínculo con otra realidad pero que al mismo tiempo te separa de ti mismo: pasas de la euforia a la tragedia.
"Al comenzar esta novela me di cuenta de que tenía un bloqueo que me impedía hablar sobre este tema, y tuve que romperlo. Cuando lo conseguí empezó a fluir todo lo que estaba ahí apretado durante años. Después de escribir esto, que lo hice en dos meses, quedé vacío, como en estado catatónico durante un tiempo."
A lo largo de la historia de la literatura, explicó Patán, ha sido abundante el número de escritores que han dependido del licor; sin embargo, ese número disminuye cuando se trata de llevar dicha experiencia a la literatura. La última copa "es una novela arriesgada en su temática y estructura que no termina en la derrota, aunque el personaje conserve cierto escepticismo. Y aunque pudiera no parecerlo, es una novela filosófica que aprovecha el tema de la borrachera para explorar la condición humana".