Tras el huracán Katrina, más de 80 mil connacionales se han asentado en esa ciudad
Mexicanos en Nueva Orleáns, explotados como burros, señala dirigente mercantil
Deploran que el gobierno de EU tarde tanto en apoyar la recuperación de la localidad
Ampliar la imagen Miles de mexicanos contribuyen con su trabajo a la reconstrucción de Nueva Orleáns. En la imagen, evacuación de un hospital de esa ciudad, el 31 de agosto del año pasado, dos días después del paso del huracán Katrina Foto: Ap
Nueva Orleans, 6 de agosto. Desde hace 11 meses, luego de que el huracán Katrina azotó el sur y el centro de Estados Unidos, han llegado a Nueva Orleáns más de cien mil nuevos inmigrantes latinoamericanos, 80 por ciento mexicanos, gran parte de los cuales viven en condiciones "muy difíciles" y otros más en situación "infrahumana"; trabajan sin beneficios legales y casi siempre sin recibir el pago mínimo de 5.75 dólares por hora, además de que crece su enfrentamiento con la población negra, que los ven como amenaza para el empleo y causantes de la depreciación del salario.
Katrina tocó tierra en esta zona el 29 de agosto del año pasado, pero sus huellas se ven todavía en múltiples zonas residenciales, que permanecen abandonadas, con casas destruidas o con letreros de venta.
Hay gran cantidad de negocios cerrados e infinidad de edificios de oficinas y despachos vacíos. Miles de personas y decenas de empresas han decidido abandonar definitivamente la ciudad. Son muchos los pequeños comercios, escuelas y hospitales que no han vuelto a abrir. No hay maestros, y se han ido más de 5 mil médicos.
Para la directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Hispana de Luisiana, Darlene Kattan, regresar a Nueva Orleáns a las condiciones que existían antes de Katrina tardará, "cuando menos", 10 años, pues más de 80 por ciento de las viviendas de la ciudad resultaron afectadas o destruidas en su totalidad y los planes de reconstrucción van muy lentos.
Aunque no quiere extenderse en críticas al presidente George W. Bush -"pues nadie estaba preparado para una tragedia de esta naturaleza y dimensiones"-, la representante comercial de origen hondureño lamenta que el gobierno de Estados Unidos esté "tardando mucho" en establecer programas verdaderamente eficaces para acelerar la recuperación total de la ciudad y del estado de Luisiana.
"Esta actitud nos extraña, pues muchos ha dicho que si la tragedia hubiera ocurrido en Nueva York, el gobierno habría dedicado mucho más interés y recursos económicos para recuperar lo perdido lo más pronto posible. Eso no lo vemos aquí", señala Kattan.
"Todo mundo sigue llorando"
Agrega que a casi un año de la tragedia, que oficialmente costó la vida de mil 422 personas, "todo el mundo sigue llorando" y la conversación en todos los lugares sigue siendo el huracán. La tarea de reconstrucción es a largo plazo y gigantesca, abunda.
Por otro lado, destaca el arribo numeroso de inmigrantes a Nueva Orleáns, mayoritariamente de mexicanos, que con su trabajo están contribuyendo de manera importante en la reconstrucción de la ciudad, pues nadie más quiere venir y muchos otros siguen saliendo.
Pero ante la destrucción parcial o total de 80 por ciento de las viviendas de la ciudad por Katrina, no hay lugares suficientes para vivir, y las pocas zonas habilitadas cobran rentas altísimas, hasta de 4 mil dólares mensuales, lo cual ha obligado a muchos de los nuevos inmigrantes a vivir en condiciones "infrahumanas".
Con techos de cartón, piso de cemento y tierra, y sin los mínimos servicios de agua y electricidad, los mexicanos han optado por ubicarse en Kenner, zona cercana al aeropuerto Louis Amstrong de Nueva Orleáns.
La mayoría, según la cámara de comercio, no recibe siquiera el salario mínimo, aunque trabajen en operaciones consideradas de alto riesgo, por ejemplo, en empresas dedicadas al retiro y la recolección de productos químicos.
"Trabajan como perros, como burros, y no dicen nada", asevera Kattan, quien relata que cada vez más empleadores contratan a mexicanos. También se empiezan a destacar en la industria de la construcción, con la reparación de las viviendas destruidas, que es un mercado muy amplio y lo seguirá siendo en los años siguientes.
El creciente número de mexicanos en esta zona ha obligado al consulado de México en Houston, Texas, el más cercano, a tener un "cónsul móvil" para atender las necesidades de los connacionales y asesorarlos en sus exigencias. Sin embargo, existen planes para establecer una oficina permanente en esta ciudad en un futuro próximo.