Los niños también manifestaron su apoyo a López Obrador
Miles de paseantes se entregan con alegría a la gran feria por el recuento
¿Dónde estaban tanta creatividad, tantas ganas de cantar, bailar, actuar, de armar la pachanga, de expresar lo que se siente?
Quizá desperdigada, quizá sin tiempo para ella por "andar tras la zanahoria", como describió una mujer.
El plantón por el recuento asemeja una gran feria a la que todos se entregan con alegría, aunque un letrero muy serio anuncie que "este plantón no es una fiesta". Miles de paseantes la recorren gustosos.
En una carpa del campamento de la delegación Iztacalco un niño payaso hizo un espectáculo con mazas, acompañado de música instrumental grabada. Actuó con tanta ternura que el público le aplaudía y aplaudía.
A unos metros, en un templete del campamento de Iztapalapa, Francisco Ramírez López, Chicolín, de Los Parientes de Playa Vicente, grupo de son jarocho que estuvo acompañado del Grupo Balajú y de Ulises, de Los Purépechas, invitaba a la gente a bailar al son de Chuchumbé ("mides una palma abajo del ombligo y ese es el chuchumbé", instruía a los hombres). Luego Leonardo Soqui cantó: "Después de ver el proceso/ que estuvo medio roto/ lo único que quiero/ es que cuenten voto por voto".
Antes, en el Zócalo, el grupo Son de la Ciudad interpretó, claro, sones. El cantante contó cómo los nahuales de noche se roban "gallinas, marranos y hasta mujeres de los que están casados..."
-¡Y votos!, una voz lanzó desde el público.
En los campamentos se realizaron todo tipo de talleres: de manualidades, literarios, de "palo de lluvia reciclado", de pintura, de títeres, de hawaiano...
También hubo torneos de ajedrez, exposiciones de dibujos y pinturas, sobre todo infantiles. Elisama, de ocho años, dibujó un corazón y escribió: "Mucho te amo, te quiero Peje".
Al caminar de un campamento a otro se iba uno encontrando con un templete con danza contemporánea; en el siguiente, un cantautor con su guitarrista, y más allá, una apasionada lectura de poesía. Tanta variedad, y todos, absolutamente todos, tenían público atento.
En todos los campamentos hubo cine. Las televisiones o pantallas mostraban sobre todo los videos del canalseisdejulio, como El fraude según Fox. También presentaron un ciclo de Tin Tan.
En la glorieta de Colón se armó la tocada electrónica "beat por beat, voto por voto", con la participación de varios diyéis, entre ellos, DJ Sexy y Martín Parra.
Por cierto, Tláloc provocó que algunos actos se retrasaran, aunque más bien por razones técnicas, porque el público siguió firme, como la noche del viernes, cuando un centenar de personas, sin importarles la llovizna, se quedó a ver la mítica película La batalla de Argel, que se exhibió en una pantalla sobre el templete del Zócalo.
Mientras, en otro de la delegación Alvaro Obregón, se llevaba a cabo, con singular desmadre huapachoso, un concurso de baile, con el Instituto Fraudulento Elemental como juez. Al final, Ofelia Medina dijo: "La lucha electoral es muy importante, pero no por ello olvidemos Atenco". Y lanzó la consigna: "¡Las luchas unidas, jamás serán vencidas!", coreada por todos.
Y así continúa esta gran feria, en la que ya desde mediodía se escuchaba el nuevo lema: "voto por voto, todas las casillas".