De agricultor saltó al bicampeonato de los Centroamericanos
Aspira Procopio Franco a trascender como maratonista
Ampliar la imagen Procopio Franco, momentos después de ganar en los JCC Foto: Reuters
A Procopio Franco Hernández nadie puede quitarle la satisfacción de ser bicampeón centroamericano en maratón, porque para que el cuerpo resista 40 grados Celsius, como el que soportó en Cartagena, y correr en solitario los últimos kilómetros hay que "estar bien preparado y tener mucho valor''.
Relata que por ahí del kilómetro 35 comenzó a sufrir los estragos de la carrera, y pensó que le daría "un golpe de calor'', pero el orgullo lo levantó y pudo alcanzar al colombiano para enfilarse directo a la meta ubicada en el estadio.
A diferencia del título obtenido hace cuatro años en San Salvador, la de Cartagena fue la medalla de oro que más le costó y sólo pide que su esfuerzo sea recompensado para continuar "sin preocupaciones'' el camino a los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 y los Olímpicos de Pekín 2008.
Aunque nació en el Distrito Federal, Procopio y su familia se dedican a la agricultura en Xala, estado de México, donde subsisten con la venta de maíz, frijol y cebada. Es el séptimo de 10 hermanos. Comenzó la práctica del atletismo hace 10 años.
Recientemente cumplió 36 años y su mejor regalo fue el bicampeonato, el cual dedicó a su entrenador Bernardo García, ex auxiliar de Tadeuzs Kempka, por la paciencia que ha tenido durante una década, así como a las personas que han confiado en él sin ser todavía un maratonista reconocido en el ámbito mundial.
"No quiero pasar inadvertido por la vida, quiero trascender como atleta'', dice con firmeza Procopio, al tiempo que reconoce la grave crisis que atraviesa el maratón varonil que no tiene una figura local desde hace 10 años, porque muchos prefieren competir en carreras que les deja dinero, en parte por el nulo apoyo, además del alto nivel competitivo en que han sobresalido los africanos.
El fondista sólo tiene en mente clasificarse cuanto antes a Pekín, mejorar su marca de 2.11.41 horas para sacarse la espina que le dejó la experiencia olímpica de Atenas, donde llegó desgastado al dar su máximo en el selectivo, por lo que propone a la Federación Mexicana de Atletismo que desde ahora defina cuál será el proceso para la cita veraniega y no cuatro meses antes del compromiso.
Recién llegado de Cartagena, el fondista estuvo ayer en la presentación del medio maratón que organiza el club Atlas de Guadalajara, el 3 de septiembre, selectivo al Mundial de Ruta de Hungría, y está a la espera de recibir la invitación de Nueva York para correr los 42.195 kilómetros, en noviembre próximo.