Hoy y mañana dos programas espectaculares, anuncia Armida Applebaum
Festejará el Salón Los Angeles 69 años de compartir el gozo de bailar
Inaugurado el 2 de agosto de 1937, es uno de los más antiguos sitios de su tipo en México, relata Miguel Nieto
La Orquesta de Carlos Campos y Danzonera de Felipe Urbán, entre los invitados
Ampliar la imagen Armando Báez (secretario general del Sindicato Unico de Trabajadores de la Música), Celia Támez, Verónika y Armida Applebaum
El Salón Los Angeles festejará hoy y mañana su 69 aniversario con dos programas espectaculares: martes: Orquesta de Carlos Campos, Danzonera de Felipe Urbán, Banda Universitaria de Pepe Luis, La Unica Sonora y Orquesta Dimas; miércoles: Sonora Dinamita, La Típica, La Nueva Familia, Grupo La Constelación, Son Cubano, Los Matanceros y Billy Graham.
Las fiestas comenzarán a las seis de la tarde, hoy durará hasta las once de la noche y mañana hasta la una de la madrugada. La entrada costará 60 pesos (hoy) y 100 (mañana).
La gerente del salón, Armida Applebaum, quien está ligada al sitio desde 1949 (cuando se casó con Miguel Nieto; es la administradora desde 1975), habló para La Jornada sobre lo que significa el negocio en términos de la tradición musical y de la importancia que tiene el baile para los mexicanos.
Enclavado en la calle de Lerdo 206, casi esquina Ricardo Flores Magón, en Tlatelolco, el Salón Los Angeles remite a Applebaum a una dicha: "Cumplir 69 años con tanta gente que se le ve, se le nota, el gusto por ir a bailar. Gozan y se olvidan de todo".
Sobrevivientes
El entorno era diferente, hace décadas. Era otro México y había más salones. Hoy han desaparecido el Colonia y el Riviera. Sólo quedan Los Angeles y el California Dancing Club, mejor llamado El Califa. Critica que "ahora a la juventud ya no le gusta ese tipo de música, como el danzón y la rumba. Ya no conocen nada de música. Su música se ha vuelto ruidosa y andan brincando ahí, como chapulines.
"Las orquestas, cuya música es como un sedante, no les llaman la atención. Sé bailar un poco de todo. Me gustan los artistas de los 50, como Joaquín Pardavé, los hermanos Soler... Recuerdo que al salón asistía gente muy elegante; todavía se ve, se conserva eso. La gente de edad, porque la juventud viste diferente.
"Los zapatos de los caballeros eran combinados; las mujeres usaban zapatillas y medias. De eso aún hay. Me acuerdo mucho de Pepe Luis, quien sigue vigente. Es la única orquesta en la que aún vive su líder. Me gustaban tanto aquellas orquestas. Ahora se oyen tan poco."
Para la gerente se mantiene la tradición de bailar el danzón, en clubes y plazas públicas. Recuerda con especial deleite a la Orquesta de Luis Arcaraz, a la de Carlos Campos, a la Acerina. "El danzón está en su apogeo", aseguró.
Hay niños, añadió, que bailan danzón. "No es para viejos. En el Salón Los Angeles dos veces por semana hay clases de ese ritmo. Hay un paso básico y de ahí van aprendiendo más y más. Yo estoy como en sexto año. A lo largo de los años he hecho muchos amigos, tengo muchos recuerdos, muchas historias.
"Hay bailarines famosos, que aún van al salón, como Enrique y Estela, y Jaime y Rosita; muchas. Ahora bien, las parejas que se han formado ahí son cientos; algunas llevan a sus nietos. Ahí se casaron y hacen su banquete."
Hay algunas personas que asisten, pero que no bailan. Se cohíben, les da pena. Ven a los maestrazos y se quedan en sus sillas, nada más mirando. "Eso es una pérdida de tiempo. Sólo ven. El que no sabe como que se divide".
Invitó al público a festejar en colectivo y a bailar "sin pena. Este es un lugar para todos. Estamos pasando una crisis económica. Antes iban unas 2 mil personas a bailar. Yo trato de mantener la tradición con buena música".
Applebaum dedica unas siete u ocho horas al día a la administración del salón. "Para mí no es cansado. Le diría a los jóvenes que se den la oportunidad de escuchar esta música. Ahora bien, las orquestas enfrentan el problema de que casi no hallan trabajo".
Normalmente cierran a las 23 horas para que la gente alcance el Metro o el camión. Hoy habrá una misa a la una tarde, en el salón. Una copa de bacachá cuesta 30 pesos y una cerveza 20. "Vengan. Hay música muy bonita", invitó.
Remató: "El Salón Los Angeles es, para mí, mi vida".
El hijo de Applebaum, Miguel Nieto, expuso en entrevista que "el Salón Los Angeles -al que está ligado desde 1972- se construyó en un terreno donde estaba la casa de mi abuela paterna, quien nació allí en el siglo XIX. Cuando mi abuelo se casó con ella compró la propiedad a su suegro y la transformó en una bodega para depositar costales para carbón.
"Pasó el tiempo y la madera ya no se usaba igual porque apareció el gas. En 1937 se decidió a hacer un salón de baile, que se inauguró el 2 de agosto de 1937. Ahora es el salón más antiguo de la capital y creo que de la República. Funciona martes y domingos, de seis a once de la noche; viernes y sábados hay eventos especiales", agregó.
Con estos dos bailes comienza una campaña para, añadió, "reubicar el salón entre los ciudadanos. Es uno de los lugares que ha luchado por mantener nuestra identidad; se ha tocado música afroamericana desde siempre. Es una especie de museo viviente; mantiene una tradición, un gusto por un tipo de música, independientemente de la que esté de moda. Y ha tenido una evolución, pues se ha convertido en un sitio donde desde siempre se les ha dado muy buenas condiciones a las organizaciones de izquierda, para desarrollar sus bailes.
"Aun en los años 70, cuando nadie les facilitaba la entrada, ni pagando, nosotros sí. Los líderes de partido, los que han sido y son, saben de eso."
En vías de extinción
-¿El salón ha estado en riesgo de desaparecer?
-Como todo salón de esta naturaleza siempre está en riesgo. Desde hace muchos años sostengo que estos salones están en vías de extinción, por razones económicas, porque son muy grandes y, al estar en zonas populosas y tener la obligación de mantener precios populares, es muy difícil llegarlos a ver como negocio.
"Por eso es que han ido desapareciendo. En tres años cerró el Colonia, el Riviera; ya sólo quedan éste y el California, que se inauguró en 1954. Hay que mantener la tradición. Benny Moré compuso una canción en una de las mesas de Los Angeles, esa de 'pero qué bonito y sabroso bailan el mambo los mexicanos'
"Los del Buena Vista Social Club alguna vez pasaron por Los Angeles. Rubén González con Enrique Jorrín, por ejemplo. Noventa y nueve por ciento de las orquestas han pasado por el salón.
"Sigue siendo válido el eslogan de 'El que no conoce Los Angeles no conoce México'. En un día de baile se puede percibir cuál es el sentir de la gente", finalizó.
Salón Los Angeles, Lerdo 206, casi esquina Ricardo Flores Magón, Tlatelolco. Teléfonos 5597-5996 y 5597-5181.