Con humor negro intentó crear personajes entrañables

Apostar el resto, "novela negra para niños grandes", dice Antonio Malpica

MONICA MATEOS-VEGA

Como "novela negra para niños grandes" define Antonio Malpica (Distrito Federal, 1967) el relato Apostar el resto (publicado por Joaquín Mortiz y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes), con el cual resultó primer finalista del premio nacional Una Vuelta de Tuerca, dedicado al género que aborda "el mundo profesional del crimen" (como lo definió Raymond Chandler, uno de los grandes autores de esa literatura).

Malpica juega con el humor negro para construir personajes entrañables: El Fantomas, embustero profesional que se siente el Ryan O'Neal del barrio; El Marrano, gatillero amante del rock, y El Petipá, nerd cuyos conocimientos enciclopédicos lo convierten en el cerebro del calamitoso Departamento de Operaciones Especiales, organización criminal que se encarga de cobrar las cuentas pendientes de El Lagarto, hampón chilango, como cualquiera en la actualidad.

En entrevista con La Jornada, el autor señala: "de pronto uno siente que no todo debe ser tan solemne, trágico y fúnebre, aunque inclusive esté todo ensuciado de sangre. Por eso me llama la atención el humor negro donde las cosas se salen de control, pensando en personajes muy cotidianos, metidos en rollos muy tremendos, pero que en el fondo son como el común de las personas, que se echan sus taquitos de suadero o piden su pizza por teléfono".

-Al escribir este libro, ¿pensaste en los estereotipos que existen en torno a la novela negra?

-Me costó trabajo identificarla como tal. Cuando la envié al concurso no sabía si era negra o medio morada. Como no hay policías y ladrones. Sólo son ladrones y más ladrones. El toque de negro se me ocurría por lo siniestro, porque hay pólvora, sangre y uno que otro muerto. No sabía si le estaba atinando, porque tampoco soy un gran lector de novela negra, aunque sí disfruto mucho una novela que tiene esos elementos arquetípicos del género.

-Tu narración parece estar más emparentada con los trabajos que has hecho como dramaturgo (¡Todos adentro! y Séptimo round) y como autor de cuentos para niños.

-Sí, sobre todo por algo muy básico: en esta novela traté de divertirme mucho, que es lo que hago cuando escribo para chavos. Escribí la novela que a mí me hubiera gustado leer de niño o de joven. Al final, me gustó el resultado, aunque no sé si me quedó lo suficientemente oscura como para que se llame negra. Es una novela negra para niños grandes, siempre y cuando el lector aguante las groserías. A mi mamá y a mi papá se lo tuve que anticipar.

"Es como ver una película que está muy groserota, como una película de acción cualquiera. Se conforma por imágenes. También trabajé mucho en los diálogos porque me preocupaban los personajes, antes que la anécdota, o aun que la precisión en ciertas descripciones. Traté de conseguir tres personajes entrañables, un poco a la manera en que se hace en teatro, por medio de los diálogos.

"No puedo negar que esta novela es muy visual, al grado de que hago trampa en muchos capítulos al poner cosas como 'ése que está ahí soy yo'. Con ello el lector se puede imaginar la escena. Pero no me gustaría llevar el relato al cine. Pienso que la película adolecería de muchas cosas."

Como parte del ciclo Literatura del Medio: Escritores en la Bodeguita, José Lara conversará con Antonio Malpica acerca de Apostar el resto. La cita es este martes a las 19 horas en La Bodeguita del Medio, Cozumel 37, colonia Roma. Habrá mojitos de honor.