México SA
El balance laboral, una "oda" al cinismo
Para el cambio, el país registra "una generación de empleos como nunca habíamos tenido"
Ya que en Los Pinos se niegan a darle las gracias, regresarlo a su casa y, por salud de la nación, allí mantenerlo, en la casa presidencial bien harían si evitaran su aparición en público, porque a pesar de lo difícil que resulta seleccionar al peor de los miembros del gabinetazo, dada la reñida competencia, el secretario del Trabajo es uno de los que esforzadamente lleva la delantera.
Miembro distinguido de la cofradía del pato salvaje (cada paso que ha dado en su poco más de un año al frente de dicha dependencia ha sido una verdadera deposición), Francisco Javier Salazar Sáenz días atrás fue presentado ante los medios por el vocero presidencial (otro de los esforzados concursantes) para que rindiera su "balance laboral", como parte de lo que en Los Pinos llaman "ejercicio de transparencia y rendición de cuentas del gobierno federal de cara al sexto Informe de Gobierno del presidente Fox".
Más allá de la insultante actitud que el funcionario ratificó para los deudos de los 65 mineros fallecidos, cinco meses atrás, en Pasta de Conchos ("a las familias no les está yendo mal; no están siendo perjudicadas", porque la mayoría cobró indemnización), el supuesto "balance laboral" es una oda al cinismo: "les puedo decir, con toda franqueza, que hoy tenemos un magnífico momento en el mundo laboral, generación de empleos como nunca habíamos tenido, paz laboral, el menor número de huelgas y, por primera vez en muchos años, recuperación del poder de compra de los trabajadores. Aunque parece que los aumentos son bajos, siempre en este sexenio han sido superiores a la inflación, y esto cuando se mantiene como una política de Estado a lo largo de los años nos permite que hoy los trabajadores tengan un mejor nivel salarial".
Nadie que sepa -y el funcionario lo sabe, o debería- que la tasa de desempleo abierto se duplicó en el sexenio del "cambio" puede sostener, sin ruborizarse, que el país registra una "generación de empleos como nunca habíamos tenido", y, por el contrario, presumir que "hoy tenemos un magnífico momento laboral; ustedes vean cómo ha ido incrementando el número de trabajadores formales en este país".
Veamos, pues: 880 mil empleos formales (de cada mil, 136 han sido permanentes y 864 eventuales) generados y registrados en el IMSS a lo largo y ancho del sexenio del "cambio, a razón de 160 mil cada 12 meses, o lo que es lo mismo 12.2 por ciento de la demanda real u 11 por ciento de lo prometido por Fox en campaña, oferta que no poco votos le procuró aunque descaradamente la incumplió.
Por cada plaza laboral formal generada y registrada en el IMSS durante el sexenio del "cambio", tres mexicanos fueron obligados a emigrar, principalmente a Estados Unidos, en busca de empleo, es decir 880 mil contra cerca de 2 millones 400 mil personas, de acuerdo con cifras oficiales.
Invitado a la fiesta presidencial (celebremos, aunque no exista motivo), el secretario del Trabajo se congratula por la "generación de empleos como nunca habíamos tenido", es decir, los 880 mil en el sexenio. Una de dos: para el "cambio" la historia comenzó el primero de diciembre de 2000, o son tan cínicos que creen que todos les creen.
Tan sólo en la segunda mitad del sexenio anterior se generaron y registraron en el IMSS alrededor de 2 millones 360 mil empleos (un monto igualmente insuficiente para atender la demanda real), contra 480 mil, en promedio, en igual periodo del gobierno foxista. En 1998 oficialmente se registraron cerca de 900 mil plazas laborales en el IMSS, un monto ligeramente superior a la reportada en los seis años del "cambio".
Si el gobierno foxista quiere celebrar, a estas alturas del partido su "balance laboral" tendría que reportar -de acuerdo con las promesas de campaña- la generación de poco más de 8 millones de empleos formales, pero como sólo puede "presumir" poco más de 10 por ciento de esa cifra, entonces lo ideal -según ellos- es armar la fiesta para "demostrar" que "hoy tenemos un magnífico momento en el mundo laboral".
Se aproxima el sexto Informe del inquilino de Los Pinos, pero como lo hemos señalado en este espacio, el balance del "cambio" en materia de empleo es desastroso, pero en la casa presidencial celebran (de lo perdido lo que aparezca), porque en 2006 "vamos muy bien". Así de sencillo: de seis años, "sólo" en dos se reportaron pérdida de empleo y en los otros cuatro números positivos. Pero ni sumando los jugosos empleos logrados por los integrantes de la familia presidencial se cocina una cifra neta positiva.
Las rebanadas del pastel:
El "magnífico momento laboral" que vive México se confirma con la información que ayer divulgó el Banco de México: en el primer semestre de 2006 las remesas enviadas por la paisanada sumaron 11 mil 425.47 millones de dólares, con lo que al cierre del año esa cifra podría elevarse a 25 mil millones, de tal suerte que en el sexenio del "cambio" los expulsados de su tierra habrán inyectado más de 90 mil millones de billetes verdes a la economía mexicana. En seis años, el monto de dichas remesas habrá crecido cerca de 300 por ciento, en beneficio de este México laboralmente perfecto.