En la demarcación 80 por ciento de su territorio es suelo de conservación

Combaten tala e invasiones en Tlalpan con apoyos a proyectos productivos

Impulsan autoridades el desarrollo del ecoturismo y actividades agrícolas y pecuarias

ERIKA DUARTE

Para enfrentar las invasiones en suelo de conservación, tala ilegal, contaminación por aguas negras, venta de terrenos ejidales por falta de rentabilidad económica, erosión y la vulnerabilidad en la recarga de los mantos acuíferos, en los tres años recientes autoridades de la delegación Tlalpan han implementado un programa de apoyo a proyectos productivos en la demarcación, donde 80 por ciento de la superficie es suelo de conservación, que aporta 70 por ciento del agua al acuífero del Distrito Federal.

Mediante una conjunción de recursos de los tres niveles de gobierno, la delegación ha impulsado programas de apoyo a proyectos de ecoturismo, actividades agrícolas y pecuarias, que van desde la creación de parques ecológicos y de recreación, a la reforestación, mediante siembra de árboles de navidad y el impulso a invernaderos en los se producen frutos y hortalizas de manera orgánica, sin ningún material químico.

"De no contar con el apoyo para este proyecto, probablemente ya habría vendido mis tierras que han pertenecido desde siempre a mi familia, o quizá ya me hubiera ido a Estados Unidos en busca de trabajo", señala Jorge Carrillo Alvarez, socio de uno de los viveros de jitomate, ubicado en el pueblo de San Andrés Totoltepec.

Asociado con otras 20 personas, entre familiares y habitantes de la zona, Jorge Carrillo explica que en una superficie de mil metros cuadrados se producen semanalmente 3 mil 600 kilogramos de jitomate orgánico, es decir, que durante el proceso de su elaboración no llevan ningún fertilizante ni pesticidas químicos que ocasionen daños al ambiente.

Además, para el riego no se emplea agua tratada ni proveniente de tubería, sino es líquido que mediante canaletas se recolecta de la lluvia, se almacena y se distribuye en la red que abastece las parcelas del vivero, donde además de alimentar a las plantaciones, se vuelve a infiltrar al suelo, indicó el joven productor.

Así, elaborados bajo métodos ciento por ciento naturales, los jitomates redondos producidos en el invernadero llegan a pesar hasta 200 gramos cada uno y a logar un rojo escarlata intenso, apetecible tanto a la vista como al paladar. Hasta el momento, las 40 toneladas que cada seis meses producen las 4 mil plantas, sólo se comercializan en tiendas de productos orgánicos, aunque la demanda también se ha extendido a los supermercados. "Sin embargo, enfrentamos la competencia de agricultores que vienen de otros estados. Como se trata de productos subsidiados, ofrecen un mejor precio que el nuestro", señala Jorge Carrillo, quien indica que su jornada comienza desde las ocho de la mañana y concluye a las tres de la tarde. El resto del día lo dedica a su profesión de contador, combinación que le permite llevar el sustento a su familia.

Mayor crecimiento

"Sólo de esta actividad no vivimos. Todavía requerimos mayor crecimiento, pero de no contar con los apoyos que se nos han otorgado probablemente estas tierras ya las hubiera vendido y en lugar de invernadero, probablemente ya habría construcciones habitacionales", expresa Carrillo Alvarez, mientras continúa la supervisión de rutina en sus plantaciones.

Por su parte, Jesús Carrasco, director general de Ecología y Desarrollo Sustentable de la delegación Tlalpan, informó que el año pasado sumando recursos entre todas las dependencias, se canalizaron poco más de 32 millones de pesos que han beneficiado a 3 mil 939 productores en la zona para proyectos de reconvención productiva. "Estamos convencidos de que más allá de las acciones punitivas y luchar todos los días contra las invasiones, los dueños son los primeros interesados en conservar sus tierras y si los involucramos en el manejo adecuado de sus recursos, van a mantener esa zona que es muy importante para los servicios ambientales en la ciudad", subrayó.