Lesiones vasculares, de decúbito y de pie diabético pueden ser tratadas con esta técnica
Combaten heridas crónicas con campos electromagnéticos
Se desconoce el mecanismo exacto por el cual dichas frecuencias ayudan a la cicatrización, aunque existe una hipótesis respaldada por numerosos estudios clínicos, asegura el investigador Enrique Cañedo
El doctor Luis Enrique Cañedo Dorantes, investigador de la División de Posgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, trabaja en un dispositivo que en el futuro podría aliviar las heridas crónicas mediante el uso de frecuencias electromagnéticas, las cuales activan el sistema inmune y facilitan la cicatrización de las lesiones.
El doctor Cañedo, quien desde hace una década trabaja en el estudio de los efectos del electromagnetismo en el ser humano, explica que una herida crónica "es aquella que no cicatriza tras un periodo de tres semanas, lapso en el que normalmente la piel se regenera".
De acuerdo con el especialista, heridas crónicas frecuentes, como las que se presentan en los miembros inferiores, son ocasionadas por la falta de flujo arterial a una región de la piel, lo que produce necrosis en el tejido, mientras las de origen venoso se producen por falta de retorno sanguíneo adecuado", es decir por el estancamiento de la sangre en las venas.
"Otras más son las úlceras de presión, las cuales se presentan en personas inmovilizadas como consecuencia de permanecer en cama o en una silla de ruedas durante largos periodos (también conocidas como úlceras de decúbito), y ocurren en las zonas del cuerpo donde existen prominencias óseas. Otras úlceras más raras se presentan en algunas enfermedades autoinmunes y en el cáncer", agrega el especialista.
Hipótesis
Para explicar cómo los campos electromagnéticos favorecen la cicatrización de las heridas crónicas, el doctor Cañedo Dorantes recurre a una hipótesis, pues aún no conoce con toda exactitud los mecanismos de acción involucrados en el proceso.
"El tratamiento que hemos utilizado consiste en la aplicación de campos electromagnéticos sobre el cuerpo, pero en sitios lejanos a la úlcera. El mecanismo fino de lo que ocurre en el lugar de la herida todavía no se conoce, pero nuestra hipótesis señala que dichos campos estimulan a las células mononucleares periféricas, las cuales viajan a través del torrente sanguíneo al sitio de la herida, donde activan la reparación de la misma", comenta.
El hecho de no conocer con precisión cómo las frecuencias electromagnéticas ayudan al proceso de cicatrización no es algo que reste mérito a la investigación, comenta Cañedo Dorantes, "pues en ciencia es frecuente que esto suceda; por ejemplo, la penicilina fue descubierta en 1939, y su mecanismo de acción se conoció 20 años después", afirma.
La hipótesis del doctor está respaldada por numerosos estudios que documentan la interacción de los campos electromagnéticos con los sistemas vivos, como el aumento del influjo de calcio en las células, lo cual favorece la activación de ciertos genes, tal es el caso de las interlucinas y factores de crecimiento, algunos con propiedades angiogénicas, es decir, capaces de generar nuevos vasos sanguíneos, necesarios para el proceso de cicatrización.
El tratamiento
Respecto del tratamiento, el investigador advierte que no todos los pacientes son candidatos a este procedimiento, pues hasta ahora este método sólo ha mostrado resultados en heridas crónicas vasculares, de decúbito y de pie diabético en etapas tempranas de formación, es decir, aquellas que no rebasan los seis meses de estar abiertas.
La efectividad de las frecuencias electromagnéticas en el tratamiento de las heridas crónicas está siendo valorada in vitro y en modelos animales de angiogénesis, así como en estudios clínicos controlados que están en marcha.
Uno de dichos estudios clínicos se lleva acabo en el Hospital Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde se utilizan equipos reales y placebos para la evaluar la efectividad de la terapia; el objetivo del análisis será medir, exclusivamente, los efectos de las frecuencias electromagnéticas en 40 pacientes con úlceras crónicas en miembros inferiores. Se espera que este estudio quede concluido en 2006.
De acuerdo con algunos resultados preliminares, la cicatrización de las úlceras mediante el uso de frecuencias electromagnéticas puede llevar, en promedio, hasta cuatro meses, según la extensión de la herida. Estos resultados se obtienen tras someter al paciente a un tratamiento de dos horas diarias, dos veces por semana.
El doctor Cañedo resaltó la importancia de su proyecto, toda vez que en nuestro país más de 600 mil personas viven con algún tipo de herida crónica, esto sin contar a los pacientes con hospitalización prolongada y parapléjicos que presentan úlceras de decúbito.
Este trabajo de investigación y desarrollo es financiado con recursos del programa AVANCE del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).