Propone analizar la relación de la administración central con las 16 delegaciones
Pendiente, revisar las atribuciones del Congreso sobre el DF: Moreno
También hay lagunas legales en materia electoral, advierte la senadora electa priísta
Ampliar la imagen María de los Angeles Moreno Uriegas, senadora electa y presidenta del PRI en el Distrito Federal, en su oficina, durante la entrevista con La Jornada Foto: Guillermo Sologuren
El Distrito Federal no es una isla, y se le entiende cada vez menos por sí solo, si se le desprende de la zona metropolitana del valle de México, advirtió María de los Angeles Moreno Uriegas, presidenta del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en esta ciudad y senadora electa, quien remarcó que se debe revisar cómo está funcionando la capital del país en términos no sólo de gobernabilidad, sino de gobernación.
En entrevista, aseveró que el Distrito Federal sí tiene una Constitución: "es el Estatuto de Gobierno", aunque aclaró: "lo que está pendiente es si el Congreso federal va a mantener todas las atribuciones que tiene con respecto a la entidad denominada DF o no. Si vamos a ir más a subrayar atributos de ésta o a una definición de una ciudad más autónoma".
A la luz de las diferencias que tuvieron el ex jefe de Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, y el presidente Vicente Fox, comentó: "no me gusta la idea de un conflicto perenne entre la autoridad federal y la local".
Con base en el trabajo que realizó de 2000 a 2003 como diputada local, Moreno Uriegas propuso que, aun sin llegar a una reforma constitucional, se debe revisar la relación que existe entre las 16 delegaciones y el gobierno central, a fin de que las primeras tengan mayor capacidad de respuesta, más recursos -pero con un destino claramente especificado-, y más capacidad de gasto.
Estableció que aunado a ello, hay que capacitar a quienes gobiernen las demarcaciones, definiendo qué les toca hacer de manera coordinada, autónoma o delegada. "Hoy en día hay mucha confusión, incluso algunos delegados creen que son autónomos, que hasta pueden meter controversias constitucionales, cuando la ley los define como órganos desconcentrados; es decir, son parte del poder central".
Subrayó que debe haber mayor obligatoriedad entre el DF y las otras entidades para coordinarse. "Eventualmente se podría ver que hubiera entidades macro que puedan concretar un círculo de actividades y proveer su financiamiento con recursos del gobierno federal, así como de cada una de las entidades involucradas. El dinero se destinaría a infraestructura básica o servicios a la población".
"Muy difícil", la situación poselectoral
En otro tema, la ex presidenta del PRI nacional habló del ambiente poselectoral. "Veo la situación muy difícil, con muchos riesgos, con un exacerbamiento de la inconformidad y de las actitudes violentas hacia otros grupos, con expresiones de desconfianza hacia las instituciones electorales. El país no está en condiciones muy boyantes económicamente, entre la gente hay un germen de intranquilidad, porque se requiere empleo, mayor equidad y bienestar, y al no existir, las cuestiones político electorales pueden tener una repercusión más severa".
Ante ello, la dirigente priísta exhortó a mantener la prudencia, independientemente de partidos o posiciones. "Pensar que lo que le conviene es la paz, la tranquilidad, la reconciliación, y encontrar cauces de acuerdos que nos permitan, desde el Legislativo y el Ejecutivo, asumir posiciones no de facciones sino de conjunto; poner por delante la agenda del país y trabajar en eso".
De otra forma, alertó, habrá graves alteraciones, y sobre la posibilidad de un interinato en la Presidencia, indicó: "no me parece deseable. Hay que respetar los tiempos en una elección, independientemente de que no nos haya favorecido, como lo fue en nuestro caso (PRI), pero en el ánimo de serenarse y encontrar los cauces del crecimiento, el bienestar y la paz entre los mexicanos".
No hay razón para festinar
Resaltó que en este momento no hay razón para festinar o celebrar, mucho menos de un ánimo de exclusión o disminución de los otros, como tampoco hay lugar para la agresión o la promoción de marchas o manifestaciones.
Consideró que en los próximos seis años hay mucho que hacer y revisar en diversas disposiciones y formas de llegar a acuerdos, de avanzar en lo que por consenso resulta más importante para el país y el Distrito Federal.
En su opinión este sexenio fue poco aprovechado, tanto por los partidos como por los gobiernos federal y del DF. "La gobernabilidad y la buena gobernación no sólo están exigiendo modificación de leyes, sino revisión de los pasos para formar gobierno; pensaría en la posibilidad de que, en un esquema pactado y con tiempos marcados, nos fuéramos a un sistema más parlamentario, donde la elección de los pares defina al partido, buscar una forma de distribución del poder más acorde a lo que hoy es México y, eventualmente, a la luz de los resultados de la reciente elección, pensar en una segunda vuelta".
Vacíos en la legislación
Remarcó que para una segunda vuelta electoral se deben establecer reglas claras, para que implique el desempate en una elección tan cerrada como la del pasado 2 de julio, de tal manera que la decisión no sea de un tribunal integrado por siete magistrados.
Ante ello, dijo, urge emprender el análisis del Código Electoral Federal, "porque cuestiones como ésta nos hacen ver que hay lagunas, espacios no advertidos previamente, debido a que la situación cambia muy rápidamente y cada elección es distinta; entonces, además del Instituto Federal Electoral (IFE) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), hay que tocar muchos otros temas que hemos advertido como ausentes o insuficientes".
-Pero, ¿quién debe elegir a los consejeros y magistrados electorales? -se le preguntó.
-Hay que volver al asunto de la ciudadanía, no en el sentido de que no haya una preferencia partidista -que se expresa en una identidad con los principios de una organización política-, sino en función de la propuesta de los partidos, de un espacio más neutral, más ciudadano, para quienes van a ser consejeros o magistrados.
Y en los requisitos para participar en un órgano de esta naturaleza, agregó, se debe ser imparcial.
De entrada, hay que establecer en los requisitos que no puede haber una influencia partidista en quienes van a ocupar una posición que se vuelve cada día más sensible, más delicada y que enfrenta la exigencia de recuperar credibilidad, concluyó.