La tecnología hubiera evitado la guerra contra Irak, afirma Ivan Schuller
Con nanosensores EU busca protegerse de ataques terroristas
El equipo se encuentra en un laboratorio de la Universidad de California de San Diego
Ampliar la imagen Esta tabla para surfear contiene pequeñas partículas de titanio que son entre 5 mil y 8 mil veces más delgadas que un cabello humano. El elemento es parte de la resina con que está cubierta la tabla, y le da una mejor sujeción al agua. Fue presentada por Vinod Veedu, ingeniero del laboratorio de Nanotecnología Oceanit, en Hawai Foto: Ap
La Jolla, Calif., 18 de julio. El interés por conocer cómo funciona la inteligencia, lo llevó a desarrollar un equipo capaz de detectar hasta micro partículas en el ambiente, que pudieran representar algún peligro para el ser humano, entre otros, productos químicos y/o biológicos. Ahora, es un proyecto de investigación con el cual Estados Unidos busca garantizar su seguridad contra eventuales ataques terroristas.
El proyecto está a cargo de Ivan Schuller, investigador en el departamento de física de la Universidad de California de San Diego (UCSD), quien asegura que de haber contado con esta tecnología hace algunos años, tal vez se habría evitado la guerra contra Irak.
En lugar de bombas, explica, se habrían lanzado sensores que detectasen el lugar donde supuestamente se encontraban las armas químicas, las cuales, por cierto, nunca se encontraron.
Segunda revolución científica, dicen expertos
Los científicos hallaron en este campo una de las muchas utilidades potenciales de la nanociencia, que es el estudio y manejo de las estructuras moleculares y sus átomos. Sólo en esta universidad existen entre 10 y 15 grupos de investigación sobre este campo de la ciencia, que para los especialistas se plantea como la segunda revolución científica del siglo XXI
Descrita por primera vez en 1959 por Richard Feynman como la posibilidad de la física para "maniobrar las cosas átomo por átomo", la nanociencia y nanotecnología representan la posibilidad de crear materiales, aparatos y sistemas de bajo costo y con propiedades únicas. Es el caso de la detección temprana del cáncer, e inclusive de su eventual curación, tópico sobre el que también trabajan los investigadores californianos.
A Schuller le interesó explicar la forma en que funciona la inteligencia y más adelante la posibilidad de crear una inteligencia artificial. Así, recuerda, "se lo vendí" a la Fuerza Aérea de Estados Unidos, organismo que financia el proyecto con 10 millones de dólares durante cinco años.
Luego de cuatro años, el proyecto de Nanosensores Integrados opera las 24 horas del día en el análisis de diferentes sustancias químicas para, a partir de eso, diseñar diferentes aparatos (nanosensores) con capacidad para detectar la presencia de dichas sustancias en el ambiente. En algún momento, los productos podrían ser de utilidad para la seguridad del país, comentó Schuller.
Aunque el proyecto es financiado por la Fuerza Aérea estadunidense, el investigador rechazó que su trabajo también pudiera ser utilizado con fines bélicos. Sí es posible hacerlo, pero en este caso, afirmó, se busca prevenir una guerra bacteriológica o radiactiva.
El especialista participó en el Taller de Periodismo Científico, que se realiza en esta ciudad organizado por el Instituto de las Américas de la UCSD y la Fundación Jack F. Ealy. Detalló que los nanosensores son una parte esencial de un sistema de inteligencia y funcionan como si fuesen una piel artificial.
El equipo localizado en un laboratorio del departamento de física de la UCSD, está integrado por una plataforma de silicio con millones de sensores capaces de detectar hasta los estímulos más pequeños. A partir de ese análisis se elabora el nanosensor.
En el mundo de lo muy pequeño las cosas cambian
No obstante, advirtió el físico, el potencial de la ciencia es infinito. En "el mundo de lo muy pequeño las cosas cambian", y en la nanociencia todavía falta mucho por descubrir. Ya existen algunos avances en el campo de la medicina, con las llamadas terapias moleculares para el tratamiento de algunos tipos de cáncer. Sin embargo, se debe continuar hasta lograr un mecanismo útil para el diagnóstico temprano de la enfermedad.
Sólo en la UCSD los grupos de investigación básica en nanociencia tienen un financiamiento aproximado de cien millones de dólares.
Schuller resaltó la importancia de impulsar la investigación científica. "Toda la ciencia sirve, aun cuando del proyecto no se obtenga lo esperado. Esa experiencia servirá a otro que buscará nuevos caminos. Y en otros casos, hay muchos ejemplos, se han logrado descubrimientos inesperados que han sido de gran utilidad a la humanidad." Así es la ciencia y la premisa para su desarrollo es la búsqueda permanente, subrayó.