En la cumbre del G-8 se espera apoyo político para liberalizar el comercio mundial
Países de la OMC facilitarán los pactos comerciales regionales
La decisión abre el camino a 200 acuerdos que esperan luz verde desde hace una década
Es hora que los jefes de Estado desbloqueen de problemas la Ronda de Doha, opina Brasil
Ampliar la imagen Una integrante del movimiento pro gobierno de Rusia se manifiesta fuera de un hotel de Moscú donde se reúnen durante dos días grupos opositores y organizaciones civiles para prepararse ante la cumbre del G-8 Foto: Ap
Ampliar la imagen La veterana defensora de derechos humanos Liudmila Alexeyeva, participó en la reunión de opositores que se celebra en Moscú Foto: Ap
Ginebra, 11 de julio. Mientras los negociadores de la Organización Mundial del Comercio (OMC) esperan de la cumbre del Grupo de los 8 (G-8) en San Petersburgo, Rusia, un apoyo político a sus negociaciones para liberalizar el comercio mundial, los países miembros del mecanismo acordaron facilitar la aprobación de pactos comerciales regionales, que normalmente son vistos como una amenaza para el futuro del propio organismo.
Un diplomático brasileño, que pidió el anonimato, consideró que ''es hora de que los jefes de Estado intervengan'', pues ''estamos bloqueados''.
El gobierno sudamericano exige desde hace varios meses una cumbre mundial para salir del atolladero, tras cinco años de conversaciones, que corren el riesgo de no servir para nada.
''Sería interesante que los jefes de Estado manden una señal positiva que permita desbloquear la situación'', dijo este diplomático.
La OMC se mostró más bien reticente estos últimos meses a la idea de convocar una cumbre, al considerar que los problemas eran demasiado técnicos para ser tratados por los dirigentes políticos del planeta.
Además, se descarta que los jefes de Estado se pronuncien sobre los detalles de un acuerdo, admitió el responsable brasileño.
''No tendrán que hablar de cifras, sino simplemente decir que el coste de un fracaso es demasiado elevado para la economía mundial'', explicó.
Tras el fracaso de sus negociaciones del primero de julio en Ginebra, los 149 países de la OMC confiaron al director general de la institución, Pascal Lamy, la urgente tarea de ponerlos de acuerdo sobre las grandes líneas de un nuevo orden comercial.
''Las dos próximas semanas serán absolutamente críticas, especialmente ante la reunión de los países del G-8'', que comienza el 15 de julio, opinó el primer ministro británico, Tony Blair, la semana pasada.
Un acuerdo cifrado sobre los puntos más delicados de la Ronda de negociaciones de Doha, lanzada en 2001 en la capital de Qatar, debe absolutamente ser obtenido antes del fin de julio, si se quiere cerrar el conjunto del proceso -como está previsto- antes de que acabe 2006.
El objetivo es poner la liberalización de los intercambios comerciales al servicio del desarrollo de los países pobres, reduciendo las subvenciones agrícolas y los derechos de aduana.
El comisario europeo, Peter Mandelson, dijo que la cumbre del G-8 no era el foro ''apropiado'' para suscitar un acuerdo entre grandes potencias.
Una forma de resolver esta cuestión sería organizar, al margen del G-8, una reunión de los seis grandes actores de la negociación en la OMC: Australia, Brasil, Estados Unidos, India, Japón y Unión Europea. Salvo Australia, todos participan o están invitados a la cumbre del G-8.
Además, otros opinan que el G-8 no es el foro ideal para acercar puntos de vista, especialmente porque Rusia, anfitrión de la reunión, no forma aún parte de la OMC.
Por lo pronto, el organismo comercial informó que sus Estados miembros acordaron facilitar la aprobación del creciente número de pactos comerciales regionales, usualmente vistos como una amenaza para el futuro de la OMC.
La decisión, que se alcanzó en un grupo que negociaba los cambios en las reglas comerciales, fue elogiada por Lamy, quien la consideró potencialmente un ''buen augurio'' para la Ronda de Doha de liberalización comercial, que enfrenta serios problemas.
Los funcionarios dijeron que la iniciativa abre el camino para dar el visto bueno a unos 200 acuerdos comerciales regionales que habían quedado atrasados y que han estado esperando la luz verde de la OMC desde hace una década o más.
''Esta decisión servirá para superar el actual estancamiento en la OMC sobre los acuerdos comerciales regionales'', dijo Lamy en un comunicado.
Sostuvo que esto se produce en un ''momento crítico'' en la ronda, lanzada en 2001 pero que, aún cuando falta medio año para su fecha de finalización, sigue trabada.
Los acuerdos regionales incluyen desde los grupos grandes como la Unión Europea (UE), de 25 miembros, y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que vincula a Estados Unidos, Canadá y México, hasta pactos entre dos o tres economías pequeñas.
La falta de la aprobación de la OMC no impide que funcionen estos acuerdos. Pero sí expone a sus miembros a potenciales reclamos de otros miembros de la OMC y sanciones del organismo, en caso de que algún país crea que el pacto cuestionado ofrece un tratamiento especial que viola las reglas básicas de la organización comercial.
Por otro lado, Rusia y Estados Unidos podrían firmar un acuerdo bilateral para que el país euroasiático ingrese en la OMC.
Andrew Somers, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Rusia, declaró: ''Estoy seguro que vamos a firmar un acuerdo bilateral sobre la OMC en la cumbre del G-8, o antes''.
El presidente George W. Bush expresó en Washington su ''optimismo'' sobre estas negociaciones, que calificó no obstante de ''difíciles''.
Bush y su homólogo ruso Vladimir Putin se entrevistarán el viernes en San Petersburgo, un día antes del inicio de la cumbre, que congregará a los dirigentes de Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón y Rusia. También fueron invitados los presidentes de Brasil, México, India, China y Sudáfrica.
A principios de esta semana, el ministro ruso de Desarrollo Económico, Guerman Gref, dijo que se realizarán esfuerzos para firmar un acuerdo antes de la cumbre del G-8.
Las reglas de la OMC, integrada por 149 países y que regula el comercio mundial, prevén que cualquier nuevo miembro debe firmar acuerdos bilaterales con sus socios comerciales, antes de poder integrarla.
Rusia tiene aún pendiente un acuerdo bilateral con Estados Unidos. Hasta ahora Estados Unidos y Rusia no se ponían de acuerdo, entre otros aspectos, sobre el derecho de los bancos extranjeros a instalar sucursales en territorio ruso.