Encausa EU al primer oficial que se negó en público a combatir en el país invadido
Civiles muertos en Irak equivalen a 190 veces las víctimas del 11-S
La pacifista Cindy Sheehan y la ONG Código Rosa protestan ante la Casa Blanca y en Crawford
Al movimiento se suman el historiador Howard Zinn, la dramaturga Eve Ensler y otros cientos
Ampliar la imagen Cuerpos de dos niñas iraquíes en la morgue de Bagdad. Las pequeñas fueron abatidas el sábado durante un ataque con bomba afuera de una mezquita chiíta, en la capital de Irak Foto: Reuters
Nueva York, 9 de julio. El equivalente a 570 mil civiles estadunidenses han muerto en Irak en tres años, y todos los días se informa de decenas más que se agregan a esta lista, pero según el gobierno de George W. Bush y sus aliados, las cosas van bien en ése y otros frentes de la llamada "guerra contra el terror".
Los aproximadamente 50 mil civiles iraquíes muertos durante los últimos tres años -de acuerdo con un cálculo conservador de la morgue de Bagdad reportado por el diario Los Angeles Times hace unos días- equivaldrían a 190 veces el total de las víctimas de los atentados contra Washington y Nueva York del 11 de septiembre de 2001, y corresponderían a 190 mil mexicanos, como proporción de la población. Es como si la vida humana quedara aniquilada en una ciudad del tamaño de Tepic.
Mientras, van 2 mil 531 soldados estadunidenses muertos, y más de 18 mil heridos. Nuevos escándalos de brutalidad, tortura y violaciones sexuales cometidos por tropas estadunidenses generan horror en caso de que "nuestros muchachos" hayan cometido tales agravios, y todos los días hay indicaciones de que las cosas proceden de mal en peor a pesar del constante torrente de expresiones optimistas en la "versión oficial" de la guerra.
The New York Times informa sobre la ocupación en la ciudad de Ramada, donde hay planes para derruir varias cuadras en medio de la ciudad y convertirlas en una nueva "zona verde", como la sede del comando estadunidense en Bagdad. La operación militar de gran escala en la ciudad ya ha provocado la huida de miles de residentes. Un cartel dentro de una base estadunidense ahí declara: "Pórtate cortés, pórtate profesional, y ten un plan para matar a todos los que te encuentres". Otro cartel se refiere al nombre de la unidad militar y dice: "Compañía Kilo: ha matado a más gente que el cáncer".
Disminuye confianza en Bush
La sangre y el sufrimiento de la guerra continúa sin cesar, pero distante de este país (con la excepción de aquellos que reciben los restos de sus hijos en ataúdes y en hospitales, sin manos o piernas o en crisis sicológica con heridas permanentes).
Por eso los políticos en el Congreso y el presidente y su equipo (casi todos han evitado ser enviados a una guerra, incluyendo el actual comandante en jefe) pueden continuar hablando del gran sacrificio de los militares y de los civiles iraquíes a nombre de la "democracia" y la "libertad". Califican a todo opositor o cualquiera que se atreva a cuestionar el curso de la guerra de "cobarde" que no tiene la "espina" para enfrentar al enemigo. Sin embargo, cada vez logran convencer a menos personas.
No resulta sorprendente que las encuestas continúan registrando que la mayoría de estadunidenses se oponen a la aventura bélica en Irak y desean que los políticos en Washington presenten un plan para retirar las tropas. En la encuesta más reciente, de USA Today/ Gallup, 57 por ciento opina que el Congreso tiene que aprobar una resolución estableciendo los tiempos para la retirada de las tropas estadunidenses, y 50 por ciento considera que debe ser un repliegue inmediato, o a más tardar en 12 meses.
A su vez, Cindy Sheehan y la organización Código Rosa (Code Pink) encabezan una nueva serie de protestas frente a la residencia del presidente, que se desarrollarán a lo largo del verano tanto ante la Casa Blanca como en su rancho en Crawford, Texas.
Sheehan, madre de un soldado estadunidense muerto en Irak, se ha convertido en la cara más conocida del movimiento contra la guerra. La activista participa en una serie de huelgas de hambre que se organizan por todo el país después de que miles de personas se manifestaron a lo largo de Estados Unidos para iniciar la acción este pasado 4 de julio. Algunos ayunan por un día, otros por largo plazo, en demanda del inmediato regreso de las tropas a casa.
Entre los participantes en esta nueva serie de protestas están algunos veteranos de la guerra actual junto con veteranos de la guerra en Vietnam; Arun Gandhi (nieto de Mahatma), el historiador Howard Zinn; los actores Sean Penn, Susan Sarandon y Danny Glover; músicos como Willie Nelson y Bonnie Raitt, la dramaturga Eve Ensler; líderes históricos como Dolores Huerta; por lo menos dos legisladoras de la Cámara de Representantes; familiares de soldados muertos en este conflicto, como el caso del mexicano Fernando Suárez de Solar; Daniel Ellsberg (el famoso funcionario del Pentágono que filtró los llamados Pentagon Papers durante la guerra de Vietnam); varios líderes religiosos, incluyendo el reverendo Bob Edgar del Consejo Nacional de Iglesias, entre cientos más (mayor información en http://www.codepinkalert.org/article.php?id=996).
En tanto, el 7 de junio ocurrió un hecho inusitado: el teniente Ehren Watada se convirtió en el primer oficial del ejército en públicamente negarse a cumplir órdenes de combatir en Irak, al acusar que la guerra es ilegal.
El teniente de 28 años anunció su decisión de no acatar órdenes de desplegarse a Irak al declarar: "mi participación me haría parte de crímenes de guerra". Agregó: "es mi conclusión, como oficial de las fuerzas armadas, que la guerra en Irak no sólo es moralmente reprobable, sino también una violación horrible de la ley estadunidense... Como una orden para participar en un acto ilegal es finalmente ilegal, también yo, como oficial de honor e integridad, rehúso esa orden".
Watada ahora es acusado de varias violaciones e insubordinación, entre otros cargos.
El caso de Watada es manifestación de una creciente ola de cuestionamiento de la guerra dentro de las propias filas militares. Una encuesta de Zogby realizada en febrero reveló que 72 por ciento de las tropas estadunidenses en Irak opinan que se deben retirar en breve.
También hay indicaciones de descontento en las más altas esferas de las fuerzas armadas, manifestada en la sorprendente declaración del representante John Murtha demandando el retiro de las tropas dentro de un periodo de 6 meses.
El legislador Murtha, condecorado veterano de la guerra en Vietnam, es conocido por sus íntimos vínculos con generales en el Pentágono.
Además, por lo menos siete generales retirados con los más altos grados han criticado la guerra de Bush y en particular a su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, cuya renuncia exigieron todos.
USA Today ha informado que por lo menos 8 mil militares han desertado desde el inicio de la guerra en Irak, y el diario británico The Guardian ha publicado que existen por lo menos 400 desertores estadunidenses refugiados en Canadá.
"Si el infierno no existiera, tendríamos que inventarlo. Necesitamos un lugar para enviar a los funcionarios públicos que juegan políticamente con las vidas de los hombres y las mujeres enviados a luchar en la guerra desastrosa de George W. Bush en Irak", opinó recientemente el columnista de The New York Times Bob Herbert. Argumenta que el debate dentro de la cúpula política estadunidense tiene más que ver con cálculos político-electorales (y de negocios bélicos multimillonarios, por supuesto) que con una batalla contra agresores.
"¿Cuántos más aún deben morir antes de que lleguemos a un consenso de que hemos sobrepagado la aventura loca de Bush? ¿Cinco mil muertes de estadunidenses serán suficientes? ¿Diez mil?", pregunta Herbert.