El presidente Bush cedería ante esta posición contra los indocumentados
Legisladores en EU priorizan seguridad de la frontera sobre reforma migratoria
El alcalde de Nueva York prevé caos económico si se dan deportaciones masivas
Ampliar la imagen Un grupo de manifestantes son custodiados por policías, después de que intentaron parar los trabajos de una niveladora en un jardín urbano en Los Angeles, California Foto: Ric Francis /Ap
Nueva York, 5 de julio. El debate sobre reforma migratoria estalló de nuevo en este país, con audiencias legislativas en varias ciudades e indicios de que el presidente George W. Bush y algunos promotores de una reforma integral están dispuestos a ceder ante la demanda de legisladores antimigrantes, para priorizar la seguridad fronteriza antes que atender el destino de los indocumentados.
Mientras tanto, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, declaró hoy en una audiencia del comité judicial del Senado que tanto la economía de la ciudad más grande del país, como la nacional, quedarían devastadas si los indocumentados fuesen deportados en masa. "Aunque violaron la ley al cruzar nuestras fronteras ilegalmente, la economía de nuestra ciudad sería una cáscara de sí misma si no lo hubiesen hecho, y sufriría un colapso si fuesen deportados. Lo mismo es cierto para la nación", afirmó Bloomberg en la audiencia en Filadelfia.
Pero esta sesión fue parte de una competencia entre diversas fuerzas en el Congreso, con subcomités de la cámara realizando también una serie de audiencias "de campo" (o sea, fuera de Washington) enfocadas en el tema de seguridad, y a las que no están invitados representantes de organizaciones civiles pro inmigrantes.
La primera de éstas se efectuó ayer en San Diego, en una estación de la Patrulla Fronteriza, mientras afuera dos manifestaciones, una pro y una antimigrante, pusieron color al evento. Estas audiencias -la próxima está programada para esta semana en Laredo, Texas- son parte de la maniobra del liderazgo republicano de la cámara para descarrilar el proceso de negociación de una ley de reforma migratoria.
Estas inusuales sesiones fueron un golpe contra el propio Bush quien había proclamado su intención de lograr un acuerdo legislativo para una reforma que incluyera un programa de trabajadores temporales y una vía de legalización de algunos indocumentados. Al parecer, la maniobra ha tenido cierto éxito, ya que el presidente, y hasta algunos senadores pro reforma, han indicado ahora su disposición de ceder ante la postura de la cámara que ha insistido en que no se considera ninguna propuesta de legalización sin garantizar primero la seguridad fronteriza.
Bush, en comentarios en un Dunkin' Donuts en Alexandria, Virginia, reiteró una vez más su posición: "estoy firmemente por una política integral de inmigración" dijo, agregando de inmediato, "una que fortalezca la frontera". Subrayó los esfuerzos para aplicar la ley para asegurar que los patrones puedan identificar si sus empleados tienen papeles o no, como también los esfuerzos para intensificar la seguridad fronteriza, y sólo después se atrevió a mencionar el programa de trabajadores temporales y una manera de "tratar con respeto y dignidad" a los 11 millones de indocumentados que ya residen y trabajan aquí, rechazando tanto una amnistía como la opción de una deportación masiva, pero sin ofrecer ninguna propuesta concreta.
Sin embargo, como reportó La Jornada hace una semana, Bush está considerando una propuesta promovida por el representante republicano Mike Pence, con quien sostuvo una reunión privada en la Casa Blanca, que considera abordar el tema de la reforma migratoria con una "aplicación de la ley primero". La iniciativa establece una serie de etapas en donde primero se logra establecer el control de la frontera con nuevos programas de seguridad antes de crear cualquier programa de trabajadores huéspedes, o una vía de legalización para indocumentados.
Con esta propuesta, una vez que se logre establecer la seguridad fronteriza -proceso que podría tardar hasta dos años-, se podría aplicar un programa de trabajadores temporales. Mientras tanto, propone que todo indocumentado -aun aquellos que han vivido aquí muchos años- sería obligado a salir del país brevemente para reingresar legalmente una vez que su historial de empleo y criminal sea verificado.
Algunos legisladores pro reforma migratoria también han indicado que están abiertos a considerar estas alternativas. El propio senador Edward Kennedy -uno de los principales promotores del proyecto de ley aprobado en la cámara alta que considera una reforma integral limitada- indicó estar dispuesto a negociar sobre esta propuesta. "El senador (John) McCain y yo estamos de acuerdo en que una propuesta de sólo aplicación de ley sin (otros elementos) integrales no funcionará. Pero, se reconoce que esto va retardar más para aplicar otras cosas. Y si este entendimiento y reconocimiento es lo que la cámara ha hecho, le damos la bienvenida", declaró en una teleconferencia.
Pero todos saben que mucho de esto también se trata de una danza electoral (hay elecciones legislativas en noviembre), donde los bailarines de ambos lados buscan cómo presentar a sus colegas opositores como quienes no saben bailar correctamente sobre el tema. Las maniobras de ambos lados podrían llevar hacia un acuerdo parcial para demostrar que el Congreso está respondiendo a la demanda popular de hacer algo sobre el asunto de la migración, o podría acabar sólo en una guerra de acusaciones para efectos electorales.