Una constante temática es clara: López Obrador y su posible triunfo este domingo
Poco interés generan en gobierno y prensa de EU los comicios en México
Nueva York, 30 de junio. La elección presidencial en México no genera preocupación ni gran atención en Estados Unidos; el gobierno de George W. Bush ha reiterado su confianza en el proceso y su disposición a trabajar con el triunfador, y los grandes medios subrayan que nada hay en riesgo para este país en los comicios de la nación vecina.
El Departamento de Estado reiteró hoy la línea del gobierno de Bush al respecto. El vocero Adam Ereli expresó que la elección "es una señal de una democracia vibrante, dinámica y exitosa en México, algo que es bueno para México y el hemisferio". Agregó que "deseamos al pueblo mexicano lo mejor al ejercer sus derechos democráticos para elegir su liderazgo; respetaremos su opción y trabajaremos con quien escojan".
Sobre posibilidades de irregularidades en los comicios, Ereli subrayó: "las instituciones mexicanas son plenamente capaces de abordar cualquier irregularidad y asegurar los principios del imperio de la ley y la transparencia".
En la Casa Blanca, la única mención a México fue en torno a que Bush se comunicó con su colega Vicente Fox para ofrecer su pésame, y recordar que Bush conoció a la madre de su homólogo mexicano cuando visitó su rancho en 2001.
Aunque todos en Washington reconocen que el gobierno prefiere a Felipe Calderón, casi nadie señala que exista alarma en la cúpula política estadunidense -excepto los sectores más conservadores- por el resultado, aun si gana Andrés Manuel López Obrador.
Los principales periódicos tampoco han mostrado preocupación por el resultado. El Wall Street Journal, uno de los más conservadores, no expresó alarma ante un posible triunfo perredista, limitándose en su editorial sobre el tema, esta semana, a alertar que el tabasqueño usa el pobre desempeño económico del país para nutrir propuestas contra las políticas de mercado y comercio libre preferidas por los editores.
Un triufo de López Obrador, comenta el Journal, "pondría a prueba qué tan comprometido está México en sumarse a la marcha global hacia el desarrollo económico y político más libre". Advierte que si México continúa promoviendo las políticas económicas de libre mercado de los últimos 20 años -pese a que hasta ahora los beneficios han sido desiguales- la migración será reducida, mientras si el gobierno regresa a los "hábitos populistas" del pasado, habrá un flujo creciente de trabajadores "desesperados" buscando llegar a Estados Unidos.
Tal vez lo más notable es que pocos medios o columnistas políticos en este país han comentado la elección en la nación vecina, y entre los que lo han hecho, el tono ha sido mesurado. El New York Times fue el primero en hacerlo hace dos semanas en su respectivo editorial. Señaló que lo más destacable de este proceso es que es "una elección presidencial normal". López Obrador, indicó, "no es ninguna amenaza para Estados Unidos ni para México", rechazando las acusaciones de algunos críticos del perredista en este país.
Concluyó que la estabilidad y la generación de empleos es lo que desean tanto los estadunidenses como los mexicanos, y que López Obrador y Calderón ofrecen "planteamientos muy diferentes, pero plenamente legítimos ante esta tarea".
El San Francisco Chronicle, uno de los pocos rotativos de las principales ciudades estadunidenses en ofrecer su opinión, rechazó hoy en un editorial interpretaciones simplistas de los candidatos como "mesiánicos" o como "habladores", subrayando que ambos ofrecen propuestas legítimas. Hasta la fecha, señala, las campañas se han enfocado en asuntos locales, lo cual no ofrece mucho para evaluar lo que serían sus políticas exteriores. Sin embargo, destacó que ningún candidato "se ha apoyado en la constante de las campañas mexicanas de atacar a Estados Unidos como fuente de aflicciones".
También se han publicado artículos de opinión; aunque algunos han intentado causar alarma, en particular en torno al posible triunfo de López Obrador, su impacto ha sido limitado en influir la opinión de los think tanks y las líneas editoriales de los medios. Pese a que algunas figuras mexicanas de nombres reconocidos aquí han intentado, en artículos, alertar que el perredista es un "populista mesiánico", aliado de la izquierda "irresponsable" y radical en América Latina que pondría en jaque la "democracia en México" y representa un peligro para Washington y Wall Street, su alarma no ha tenido mucho eco. Más bien, sorprende que otros articulistas, columnistas y analistas políticos en relaciones interamericanas, han rechazado o ignorado esas afirmaciones.
Andrés Oppenheimer, del Miami Herald, escribió el jueves que "es poco probable que López Obrador se sume al bloque de regímenes radicales izquierdistas de Venezuela, Cuba y Bolivia... o promover una política exterior ferozmente antiestadunidense". Un triunfo perredista, indicó, podría implicar el fin de las reformas económicas de los últimos años y un retorno a una versión ligera del "nacionalismo populista" del siglo pasado, pero enfrentará un mundo globalizado y la competencia para la inversión.
Lo que sí es notable es que el tema central del debate aquí -aunque limitado- sobre la elección en México es López Obrador. No hay en los medios opiniones dedicadas a Felipe Calderón o Roberto Madrazo, y el eje del debate en los centros de la cúpula política, dentro y fuera del gobierno, es el perredista. La elección, según varios analistas y asesores consultados, es en torno a López Obrador. Quienes favorecen a otros candidatos en la contienda centran sus argumentos primero contra López Obrador, y sólo en segundo lugar comentan las otras opciones.
Eso sí, se espera que desde el 3 de julio habrá muchos más mensajes, tal vez menos diplomáticos y con mayor interés, enviados del norte al sur.