Los partidos que protagonizarán contra los equipos europeos tienen sabor a revancha
Argentina y Brasil, dispuestos a ' dejar fuera a germanos y franceses
En 1990 la albiceleste cayó ante el cuadro teutón en la final de la Copa del Mundo y en 1998 la verdeamarelha sucumbió ante Francia, también por el título
Ronaldo y Zidane, por más gloria
Ampliar la imagen El juvenil Robinho, una de las piezas claves de la verdeamarelha para el partido contra Francia Foto: Reuters
Berlín, 28 de junio. Argentina-Alemania y Brasil-Francia protagonizarán dos cuartos de final en esta Copa del Mundo con sabor a revancha para los sudamericanos, que perdieron en la pasada justa con estos campeones mundiales europeos al defender un título, en 1990 y 1998, respectivamente.
Portugal e Inglaterra, el sábado en Gelsenkirchen, también armarán una eliminatoria con intención de venganza histórica a cargo de los lusos, que hace 40 años vieron postergados los sueños de su máximo ídolo Eusebio, quien no pudo en semifinales contra los ingleses de Bobby Charlton.
La serie ya no tan atractiva, pero no menos importante, la sostendrán este viernes en Hamburgo Italia y la Ucrania de su hijo de adopción, Andriy Shevchenko, quien pasó sus recientes siete años aterrorizando a las defensas de la serie A.
La rivalidad entre la albiceleste y los germanos se marcó a fuego hace 20 años, cuando los argentinos ganaron la final 3-2, en el Mundial México 86.
Ese triunfo significó el segundo título mundial para los sudamericanos y la frustración número dos consecutiva para los teutones en finales y, sobre todo, el ascenso definitivo de Diego Armando Maradona al Olimpo del futbol.
"Estaba muy amargado, no podía entender al mundo por qué era tan injusto conmigo", recordó hoy el arquero germano de entonces, Toni Schumacher, que con el gol de Burruchaga, al minuto 85, perdía su segunda final consecutiva.
La revancha germana
Sin embargo, Alemania se tomó revancha (1-0) en la final del Mundial siguiente, en Italia 90, con un discutido tanto de penal.
En el equipo estaba Juergen Klinsmann, actual técnico y artífice de la resurrección de la máquina teutona, que había perdido brillo en los tiempos recientes y que deberá romper una maldición ante las potencias: desde octubre de 2001 no le gana a una.
En el mano a mano Argentina lleva una leve ventaja en el historial, con siete victorias, cuatro empates y cinco derrotas.
Muchísima tensión flotará también en el estadio de Francfort, el sábado, cuando el superfavorito Brasil busque jubilar al francés Zinedine Zidane y tomarse revancha de la humillante derrota en la final de 1998, cuando en el Stade de France ganaron los galos 3-0 con un doblete de Zizou.
Lágrimas que aún deben quedar en la memoria de Ronaldo, Cafú y Roberto Carlos, sobrevivientes de aquella pesadilla frente a Zidane, Claude Makelele, Lilian Thuram o Fabien Barthez, que siguen tirando del carro francés.
En ese entonces Ronaldo lucía como la gran estrella de la competencia, mientras Zidane cumplía una campaña polémica, especialmente después de haber sido expulsado de la cancha por agresión en la primera parte del torneo.
En la final, sin embargo, se invirtieron los papeles y Ronaldo -que parecía una zombi en la cancha después de haber sufrido una misteriosa convulsión horas antes del partido- no pudo hacer nada ante el equipo comandado por un también irreconocible Zidane, quien marcó dos de los tres goles.
Para el brasileño y el francés muchas cosas han cambiado desde ese 12 de julio de 1998. Hoy ambos son amigos y compañeros en el Real Madrid, y comparten además el título de embajadores de la ONU contra la pobreza.
Los dos iniciaron la Copa del Mundo de Alemania rodeados de escepticismo. Ronaldo, por estar supuestamente gordo, y Zidane, por encontrarse presuntamente en declive a los 34 años de edad.
En la cancha, sin embargo, estos jugadores se encargaron de desmentir a los críticos, después de una campaña apagada en los partidos iniciales.
Los brasileños también buscarán vengar la eliminación de una de las mejores selecciones verdeamarelhas, la de 1986, cuando la Francia de Michel Platini dejó fuera en cuartos de final a Zico y compañía, en uno de los mejores partidos de la historia de los mundiales.
Duelo Figo-Beckham
Este mismo sábado Portugal enfrentará a Inglaterra con el duelo Luis Figo-David Beckham, reditando el de hace 40 años entre Eusebio y Bobby Charlton, que llenó de gloria a Sir Bobby por los dos goles con que ganaron la semifinal (2-1).
Sin embargo, la ventaja psicológica en estos momentos está del lado luso, ya que la última vez que se enfrentaron, con la mayoría de los protagonistas que se cruzarán en Gelsenkirchen, Portugal derrotó a Inglaterra en penales en la Eurocopa 2004 y Beckham se marchó sin poder torcer el maleficio de 40 años de sequía.
Para colmo, el sábado en el banquillo de enfrente, el técnico inglés Sven-Goran Erikkson volverá a tener a su bestia negra, Luiz Felipe Scolari, responsable de los dos recientes tragos amargos del sueco en un estadio: lo eliminó en el Mundial 2002, con Brasil, y en Portugal 2004, siempre en cuartos de final.