Consterna a Bátiz la muerte del servidor público
Ultima un grupo de sicarios a mando de la PGJDF cuando salía de su casa
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Gran conmoción provocó el asesinato del comandante de la PGJDF, Ignacio Perales, ayer por la mañana
Foto: Alfredo Domínguez
El comandante de la Fiscalía de Asuntos Especiales de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), Ignacio Perales Gómez, fue acribillado ayer por la mañana a unos cuantos metros del portón de su domicilio. El titular de la dependencia, Bernardo Bátiz Vázquez, se refirió al hecho como una "baja muy importante para la institución".
La ejecución se perpetró al filo de las siete y media de la mañana. Los sicarios esperaron a que su víctima saliera de su casa, ubicada en la esquina de las calles 604 y 679, de la Unidad Habitacional Narciso Bassols, en la delegación Gustavo A. Madero.
A bordo de un automóvil de la marca Renault cerraron el paso a la unidad Malibú en que viajaba el policía judicial, y en una acción rápida, sin dar oportunidad a que Perales Gómez desenfundara su arma, los homicidas le dispararon en por lo menos 10 ocasiones, seis de las cuales habrían sido en el rostro del agente.
El cuerpo de Perales Gómez quedó sin vida en el asiento del conductor del Malibú color arena, placas 855 THL, modelo 2006. Los asesinos huyeron en el vehículo con el que le cerraron el paso, que según algunos testigos era un Megáne.
El caso fue atraído por la Fiscalía de Homicidios de la procuraduría capitalina y de acuerdo con las primeras investigaciones, los casquillos encontrados en el lugar son 9 milímetros.
En el Malibú se observaron impactos de bala en ambas puertas delanteras, lo que hace suponer que durante la ejecución se utilizaron varias armas; sin embargo, serán los peritajes en balística los que determinen con certeza cuántas armas y de qué tipo fueron utilizadas.
"En estos momentos estamos buscando el Renault en el que huyeron los asesinos. Tenemos el color y estamos preguntando a los testigos si llegaron a ver las placas. Es algo muy preocupante. En todos estos años que tengo en la procuraduría han ocurrido muertes de policías judiciales, pero nunca de un mando y menos de alguien tan cumplido y buen elemento como lo era el comandante Perales", afirmó Bátiz Vázquez al término de la reunión del gabinete de seguridad y procuración de justicia.
Antes de ingresar a la procuraduría capitalina, Perales Gómez trabajó en la Procuraduría General de la República (PGR), en la fiscalía especial que se creó para investigar el homicidio de Luis Donaldo Colosio, a cargo de Pablo Chapa Bezanilla. Meses después se incorporó a la PGJDF, donde le fueron asignados los casos de mayor relevancia.
Todavía como jefe de grupo, Perales Gómez negoció la entrega a las autoridades de Orlando Magaña, responsable del homicidio de la familia Narezo Loyola, ocurrido en la delegación Tlalpan en noviembre de 2002.
Posteriormente, Perales Gómez fue ascendido a comandante y se le adscribió a las indagatorias del caso Ahumada; también tuvo a su cargo la investigación del caso Choice Point -empresa estadunidense que adquirió ilegalmente el registro vehicular del Distrito Federal-, y hasta ayer participaba en los trabajos de investigación para ubicar y aprehender al pederasta Ramón Salvador Gámez Martínez y al ex regente del Departamento del Distrito Federal, Oscar Espinosa Villarreal.
En febrero del año pasado, Ignacio Perales detuvo en el estado de Hidalgo a Francisco Martínez Rojo, ex delegado en Tláhuac, acusado de un presunto fraude.
En torno al perfil del policía, Bátiz Vázquez estableció: "era un investigador, ciertamente también portaba arma, pero no era de los elementos que se inclinan más por la fuerza en detrimento de las labores de investigación. Era muy atento a los detalles, muy buen criminalista y sabía encontrar datos en las escenas de los crímenes".