Austeridad y rectitud serán ejes de su gestión, plantea en el Hemiciclo a Juárez
López Obrador: posible, gobernar sin autoritarismo ni represión
Ampliar la imagen Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, durante el acto de campaña que realizó ayer en el Hemiciclo a Juárez Foto: Carlos Ramos Mamahua
Al pie del Hemiciclo a Juárez, Andrés Manuel López Obrador prometió devolver a la República la sobriedad, la rectitud, la discreción y la modestia que imprimió el Benemérito de las Américas.
Al emitir un mensaje a la nación con el propósito de reafirmar los principios que guiarán a su gobierno -una vez que obtenga el triunfo electoral-, el candidato de la coalición Por el Bien de Todos habló de los ejes que darán vida a su administración.
Con sobriedad, en homenaje a Benito Juárez, López Obrador dio lectura un texto de tres cuartillas en el cual adelantó que gobernará en apego estricto a las leyes y dará cauce al fortalecimiento de la división y al equilibrio entre poderes. Señaló que no permitirá violaciones a las garantías individuales.
Vestido con traje oscuro, camisa blanca y corbata amarilla, el candidato presidencial también planteó que desea que "lo público ocupe el lugar que tuvo a lo largo de nuestra historia; vamos a devolverle a la República el sello que le imprimió un mexicano cuyo nombre es un símbolo: Benito Juárez".
En el penúltimo acto público en el que participará antes de la elección del 2 de julio, el abanderado de la coalición Por el Bien de Todos sostuvo "que la gobernabilidad es posible sin autoritarismo y sin represión. Es responsabilidad del gobierno mantener la estabilidad social y política. Sin embargo, una autoridad democrática tiene que garantizar la gobernabilidad mediante el diálogo, el acuerdo y la tolerancia, sin recurrir a la represión. Haremos valer el principio juarista de que 'nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho'".
Al tocar el tema de la austeridad, también evocó el actuar de Juárez, porque los funcionarios públicos no deben contar con fueros o privilegios ni disponer del erario en forma irresponsable.
"Los que gobiernan están obligados a conducirse sin ostentación ni derroche. En ninguna circunstancia, menos aún en una situación de estancamiento económico, desempleo y empobrecimiento, los servidores públicos pueden disponer del presupuesto para obtener altos salarios, prestaciones, beneficios y comodidades. Por el contrario, esos recursos deben canalizarse a la atención de las necesidades apremiantes de la gente", advirtió.
Al abordar el eje del patriotismo, insistió, como lo ha venido manifestando en los últimos meses, en sujetarse a los principios constitucionales de no intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de las controversias y cooperación para el desarrollo, en el ámbito de la política exterior.
"Vamos a mantener buenas relaciones con todos los pueblos y gobiernos del mundo. Pero vamos a llevar a cabo una política exterior mesurada, nada protagónica, no vamos a ser candil de la calle y oscuridad de la casa; la mejor política exterior es la interior. Si hacemos bien las cosas en nuestro país, si en México hay progreso, justicia, seguridad y paz social, nos van a respetar afuera.
"No nos vamos a meter en asuntos de otros pueblos y otros gobiernos, porque no queremos que nadie intervenga en los asuntos que sólo competen a los mexicanos, como país libre y soberano que somos. ¡El próximo presidente de México no será pelele de ningún gobierno extranjero!"
Al tocar el tema de la justicia social, López Obrador refirió su lema de campaña: primero los pobres. Principio que guiará, dijo, su gobierno, no por razones humanitarias, sino porque se debe llegar a la conclusión y al convencimiento de que no se puede gobernar un país en un océano de desigualdad.
"Por eso vamos a orientar el presupuesto público a mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la mayoría de nuestro pueblo. Hay que darle la mano al que se quedó atrás, al que se quedó rezagado, para que se empareje y empecemos a caminar todos juntos. En la época de las transformaciones que emprendieron los liberales, el presidente Juárez decía, y coincido con él, en que todos los hombres de buena fe convienen en la facilidad con la que nuestra situación puede cambiarse, no sólo que se entre en el camino de la justicia".