Andriy Shevchenko anotó el único gol del partido tras marcarse un dudoso penal

Ucrania consiguió su pase a octavos de final; en aburrido juego venció a Túnez

Es la cuarta despedida del conjunto africano de una Copa del Mundo en la fase de grupos

AGENCIAS

Berlín, 23 de junio. Ucrania se adueñó de una de las plazas en octavos de final al imponerse 1-0 a Túnez y dejarlo fuera del certamen, en un partido lento, adormecedor hasta el hartazgo y abucheado por el público berlinés.

El gol que despertó a la aburrida multitud fue anotado por Andriy Shevchenko, de tiro penal en el minuto 70, al cobrar el árbitro paraguayo Carlos Amarilla una infracción muy dudosa de Karim Haggui sobre el delantero del Milán.

Durante los primeros 20 minutos el partido fue un fiasco. Los dos equipos, que se jugaban el pasaporte a la siguiente ronda, mordieron en la marca en la zona media y controlaron a los más habilidosos jugadores rivales. Ninguno podía llegar al área adversaria con pelota dominada y el encuentro era el peor visto hasta ahora en el Mundial.

Sin embargo, Ucrania cambió totalmente su imagen cuando Andriy Voronin comenzó a administrar el juego.

El equipo europeo tuvo una gran posibilidad para ponerse en ventaja a los 21 minutos, pero el portero africano Boumnijel contuvo un potente disparo de Anatoliy Tymoschuk.

En el 45, el guardameta de 40 años de edad desvió un soberbio disparo al ucraniano Oleg Shelayev. No obstante, todo era muy poco para un cotejo en el que los dos seleccionados se jugaban el pase a la siguiente instancia.

Y aún no había ocurrido la incidencia más importante de la primera mitad. En el minuto añadido el árbitro expulsó al atacante tunecino Zied Jaziri por doble amonestación, lo que prometía mayores espacios para abrir el juego ofensivo en la segunda parte.

El equipo dirigido por el francés Roger Lemerre, que en sus tres presentaciones mundialistas anteriores sólo había ganado un partido, estaba obligado a doblar sus fuerzas para quedarse con la victoria, pero los arcos siguieron decorando la hermosa postal del Olympiastadion de Berlín, que lució repleto con 72 mil espectadores bajo un radiante sol.

Ucrania, que lejos estuvo de repetir su actuación del 4-0 sobre Arabia Saudita, y Túnez, con grandes limitaciones futbolísticas, parecieron no haberse enterado de la importancia del partido. El empate a cero se vislumbraba sellado, sólo un milagro podía cambiar el esperado resultado final.

Los dirigidos de Oleg Blokhin se encontraron entonces con un regalo maravilloso, un premio demasiado grande por lo poco que habían hecho. Shevchenko fue derribado en el área y se marcó el penal para el 1-0 que dio tranquilidad a los ucranianos y sepultó el sueño africano de tener dos equipos entre los 16 mejores del Mundial.

Además del pase la victoria aseguró un premio de 80 mil euros (100 mil dólares) a cada jugador ucraniano. Para los tunecinos, en cambio, significó la cuarta despedido de una Copa del mundo en la fase de grupos, luego de 1978, 1998 y 2002.