Usted está aquí: sábado 24 de junio de 2006 Opinión Campaña por los derechos humanos

Miguel Concha

Campaña por los derechos humanos

Las organizaciones de la sociedad civil (OSC) han jugado un papel importante en la transición a la democracia, ya sea como promotores de los derechos políticos de la población o como observadoras de los procesos electorales.

En la década de los 90 contribuyeron también a la creación de organismos autónomos del Estado mexicano, como el Instituto Federal Electoral. Esta es, ciertamente, una de las funciones más significativas de las OSC: promover nuevos derechos de la ciudadanía, contribuir a la innovación de instituciones públicas y colaborar en la generación de la conciencia participativa de la sociedad.

Nuestra transición a la democracia, sin embargo, no puede estancarse. Si bien contamos con instituciones que, con altas y bajas, cumplen su cometido, éstas no son suficientes para tener una democracia de calidad. Que esto es así queda demostrado con el bajo nivel de las campañas electorales en el actual proceso: descalificaciones entre los contendientes; promocionales que antes que transmitir el mensaje de los candidatos pretenden despertar el miedo entre la población; repetición incesante de mentiras... en fin, una larga lista que nos deja la sensación de que nuestra naciente democracia puede llegar a pudrirse antes de alcanzar su madurez.

Para evitar que esta situación llegue a los extremos de hartazgo e indiferencia de la población frente a las elecciones, un amplio grupo de OSC, de más de 15 entidades federativas, promovieron una campaña que denominaron Hacia el 2 de julio... 40 días de acción por nuestros derechos.

Sus objetivos fundamentales son: 1) Tratar de llevar el eje de la discusión del proceso electoral de las diatribas a los programas de gobierno de los candidatos, particularmente los aspectos sustantivos que garanticen la vigencia de los derechos humanos integrales. 2) Presionar por el restablecimiento de las condiciones que aseguren la legitimidad de los comicios y contribuyan al ambiente propicio para acuerdos poselectorales. 3) Detener la legitimación e impunidad que se quiere dar a las acciones policiacas, violatorias de las garantías individuales, que conducen a un clima de temor, generan vulnerabilidad de los resultados electorales y pueden incrementar la tendencia al abstencionismo.

Esta campaña fue precedida por un llamado a la ciudadanía, publicado por La Jornada el 17 de mayo, para movilizarse con el fin de demandar una "democracia con dignidad". Uno de los aspectos innovadores y relevantes de esta campaña es la articulación de las OSC participantes, ya que se trata de una campaña descentralizada en las decisiones y centralizada en la información. Teniendo como base la misma estrategia, todas las organizaciones despliegan su creatividad, como lo han venido haciendo, y desarrollan conjuntamente una acción solidaria a partir de la misma información.

El criterio fundamental que guía las actividades es: "haz lo que puedas, hazlo ahora, comunícalo". Así se presentaron denuncias por coacción del voto en el estado de Sinaloa y contra el presunto apoyo de dependencias federales a un candidato a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, actualmente en proceso de investigación en el instituto electoral de la capital.

Se realizaron también talleres de "promoción de la conciencia ciudadana" en varios estados del norte, como Nuevo León y Durango, y se llevaron a cabo foros de discusión en Oaxaca y en Sinaloa sobre los aspectos relevantes del proceso, en los que se convocó a los candidatos de diversos partidos y a consejeros electorales.

Mención especial merecen los foros de discusión con candidatos a la Presidencia de la República y al Congreso federal, que organizaron varias OSC, con el liderazgo del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vittoria. En ellos las organizaciones elaboraron colectivamente sus propuestas y las discutieron con los candidatos que aceptaron el diálogo, no en el contexto de sus actos de proselitismo, sino en lo correspondiente a la agenda y los términos propuestos por las propias OSC.

En esta campaña hubo también espacio para denunciar las violaciones a los derechos humanos cometidas en Sicartsa y San Salvador Atenco. Denuncias que alcanzaron niveles extraordinarios de creatividad, como un partido de futbol realizado en pleno Zócalo del Distrito Federal, en el que la "selección feminista nacional" compitió con el equipo de funcionarios involucrados en las violaciones a los derechos humanos de las mujeres. Este mensaje, hay que decirlo, llegó a más de 2 mil personas.

En diversos medios de comunicación de los estados de la República se escribieron artículos periodísticos y se produjeron al menos ocho programas de radio, que están contribuyendo a difundir el mensaje de las OSC.

Las organizaciones participantes queremos una democracia digna para México. Modificar el eje de la discusión, de la diatriba a la fundamentación y protección de los derechos humanos por parte de los gobiernos, no solamente contribuirá a que los mexicanos tengamos campañas de mayor calidad, sino a que la discusión sobre el futuro del país tenga este referente fundamental y obligado, única posibilidad de construir una democracia sostenible, incluyente, sólida, digna de nuestro país.

 
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