A la mitad del foro

León García Soler

Del tedio al fuego

En el México de superficie de metal, los patrones disputan el control de la minería con la complacencia y complicidad de funcionarios que se escudan en el estado de derecho y violan flagrantemente la ley. No ejercen las facultades que les señala; no tutelan los derechos de los trabajadores; son tutores que se arrogan el derecho a designar a sus dirigentes. Mineros muertos en Pasta de Conchos y asesinados en Lázaro Cárdenas, enfrentados a la andanada antisindical. Y la estabilidad del país amenazada por los dueños del dinero que se disputan el control del hierro, la plata y el cobre que vale oro; del carbón, en espera de reformas que pongan a su alcance el gas y el petróleo. Nacozari, Cananea, Monclova. Y, ahora, el Valle de Oaxaca.

El rito anual de las protestas magisteriales no incluyó la migración a la capital de la República. Los maestros de la coordinadora reclaman por la rezonificación. Pero no vinieron al Distrito Federal, no montaron su campamento frente a la Secretaría de Educación, ni hicieron marchas a Los Pinos, meta de todo peticionario, de todo demandante con hambre y sed de justicia. Se quedaron en Oaxaca. Piden la renuncia del gobernador Ulises Ruiz. Y más: demandan la desaparición de los tres poderes del estado para que asuma el poder una asamblea popular.

Decenas de miles tomaron Oaxaca. Y ahí están. Bloquearon carreteras y se suspendieron los vuelos en el aeropuerto y no intervino la policía federal porque no ocuparon la terminal. Puntilloso respeto a la jurisdicción, a la soberanía del estado libre y soberano. Cuando las policías estatales los desalojaron vino la inevitable condena a la violencia oficial. Pero se habló de cuatro muertos; luego, únicamente de dos, luego... desaparecidos. El vocero presidencial, Rubén Aguilar, afirma que la Federación no concederá la retabulación que costaría mil 675 millones de pesos. El plácido secretario de Educación, ausente del conflicto y de la mesa de negociaciones instalada en Oaxaca, a la que se sientan dirigentes magisteriales y funcionarios de la Secretaría de Gobernación. "La salida del gobernador no está en la mesa", dijo el subsecretario de Gobernación.

Y se prolongan la ocupación de Oaxaca, el conflicto, el paro de maestros y el pasmo ante la sospecha sembrada por dos apóstatas del PRI, Diódoro Carrasco y Gabino Cué. Uno converso al panismo, y el otro militante del movimiento obradorista. En aras de la alegría que viene insinúan que el conflicto es montaje del gobernador Ulises Ruiz. Bajo la peregrina presunción de anular el proceso electoral para beneficiar a Madrazo. Vuela la imaginación y ofende la inteligencia que pretendan convencer a los ciudadanos que "beneficiaría" a Madrazo la desestabilización de un estado en el que puede estar seguro de que obtendrá más votos que Felipe Calderón y que Andrés Manuel López Obrador.

Ah, un contubernio estatal capaz de anular las elecciones en todo el país. La locura del método del notable operador político y gobernador oaxaqueño que, a querer o no, favorecería a los candidatos de quienes revelaron el oscuro complot consistente en conjurarse con los adversarios. Sin excluir a los leales que la maestra milagrosa tiene entre los de la coordinadora. En política, la línea recta no es la distancia más corta entre dos puntos. "Oaxaca es bastión del PRI", reconocen amargamente los que gozaron con la notable frase cuya influencia cundió y confundió hasta a los cabales del priísmo, que persiste a pesar de todo: "¿Tú le crees a Madrazo? Yo tampoco", rezaba la leyenda multiplicada en pancartas y camisetas: fruto del ingenio de un maestro alineado con Elba Ester Gordillo que hoy es candidato a diputado federal del PRI de Madrazo.

La política no es asunto evangélico, decía Charles de Gaulle. Lo saben la clerigalla, los jerarcas católicos, los legos de El Yunque y los legionarios de Cristo aferrados a la causa del padre Maciel, diga lo que diga el Papa. En la innoble campaña de desacreditar al adversario y enlodar su entorno, campaña sucia si las ha habido, Andrés Manuel López Obrador conserva la sonrisa beatífica de hombre providencial y Felipe Calderón extiende las palmas de las manos, asegura que no tiene de qué avergonzarse. Ambos echan leña a la hoguera del azote milenarista. ¡Cuidado! Savonarola también hablaba de purificar la cosa pública y divulgó la frase aristotélica y tomista del "bien común". Bandera que al llegar al poder resultó ser pretexto para favorecer a los amigos y excluir a los enemigos.

Para no aumentar la crispación por las acusaciones mutuas de nepotismo y corrupción, digamos que para el extraordinario liberal Isaiah Berlin no se puede hablar de bien común porque los bienes son incompatibles. Mal anda la democracia alternante cuando los allegados a Felipe Calderón murmuran que la experiencia de la campaña le ha servido para darse cuenta de que "la política es cosa diabólica". Manuel Espino y los de la derecha dura y pura coincidirían con la objeción de Margaret Thatcher al bien común: argumento, dijo la Dama de Hierro, para que otro pague por lo que tú crees que debieras tener.

A dos semanas de las elecciones federales, ninguno de los tres candidatos a la Presidencia de la República expone clara y firmemente su posición ante la feroz campaña emprendida contra el sindicalismo desde el gobierno, desde el poder político al servicio del poder del dinero. En Sonora, el gobernador y oligarca Eduardo Bours se anima a declarar que las acusaciones contra Napoleón Gómez Urrutia no son asunto estatal, y preservar las fuentes de empleo, sí.

La Secretaría del Trabajo niega por segunda ocasión la toma de nota. El inefable señor Salazar habla de "irregularidades" en la convención nacional: "Suponiendo sin conceder que hubiese existido el quórum estatutario, la convocatoria de fecha 6 de febrero exigía que los trabajos de la referida convención se iniciaran el 2 de mayo de 2006, pero de la documentación exhibida se desprende que se iniciaron el primero de mayo". Monumento a la estulticia, suponiendo sin conceder, el desacato de laborar en día feriado. Conmemorativo de los Mártires de Chicago, por si lo olvidan los falangistas adocenados y los del sindicato de patrones.

Dos semanas y se diluye el espejismo del bipartidismo milenarista y maniqueo. Tres candidatos van a disputar voto a voto el supremo Poder Ejecutivo de la Unión que se deposita en un solo individuo. Andrés Manuel López Obrador entusiasmó multitudes y supo maniobrar entre el extraño diálogo de pares con el presidente Fox y el combate mediático de la crispante polarización con Felipe Calderón. Aguila o sol. Entre las izquierdas como juego de abalorios y el panismo en la ultraderecha de El Yunque y el gran capital. Pero el menospreciado PRI registra cientos de miles de representantes. Nadie gana elecciones sin aparato, sin cuadros. Incertidumbre democrática. ¿Otra vez muerto me sigues?

Trance de tres: Bajo el ensalmo de las encuestas, Madrazo se lanza al pozo del centro indefinible mientras Calderón y López Obrador alimentan el fuego y flagelo de los extremos milenaristas.