Propone mecanismos "legislativos y reguladores claros" para la inversión
Apremia G-8 a países en desarrollo a abrir el sector energético a la IP
El insuficiente acceso a los combustibles obstaculiza el crecimiento económico, afirma
Plantea mayor cooperación internacional y una ayuda específica a naciones pobres
Ampliar la imagen El ministro de Finanzas de Rusia, Alexei Kudrin, y los titulares del Tesoro de Estados Unidos, John Snow, y de Gran Bretaña, Gordon Brown, ayer durante la reunión del G-8 en San Petersburgo Foto: Ap
San Petersburgo, 10 de junio. Los ministros de Finanzas del Grupo de los 8 (G-8) países industrializados apremiaron a las naciones en desarrollo a quitar obstáculos a las compañías energéticas privadas para que puedan invertir en el sector a través de "mecanismos legislativos y reguladores claros".
"El insuficiente acceso a los servicios energéticos constituye un obstáculo al crecimiento económico, y puede poner en peligro los objetivos del Milenio para el desarrollo, especialmente en Africa subsahariana", cita la declaración de los 7 países industrializados más Rusia.
Bajo ese argumento, Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, Canadá y Rusia, países que integran al G-8, ejercieron mayor presión para eliminar las trabas a las compañías trasnacionales, en momentos en que varios países en desarrollo han reivindicado la soberanía, e incluso han instrumentado medidas legales, para proteger sus recursos energéticos.
A lo largo de este año, naciones productoras de energéticos como Venezuela, Bolivia y Ecuador han fijado nuevas reglas que limitan las ganancias que hasta ahora habían obtenido las trasnacionales energéticas por la explotación de los recursos naturales.
El documento del G-8, que resumió las conclusiones de la reunión ministerial del bloque, plantea: "subrayamos el papel clave del sector privado en la prestación de servicios energéticos". A continuación asienta que las naciones integrantes de ese grupo se disponen a dar pasos para "aliviar la pobreza energética".
Esta declaración en la que los países del G-8 -todos menos Rusia y Gran Bretaña grandes importadores de crudo- reclaman para las trasnacionales más participación en la riqueza energética de los países en desarrollo se da en momentos en que el precio mundial del petróleo y el gas natural ha alcanzado los precios más altos en casi tres décadas, sin la expectativa de que disminuya en el plazo inmediato.
El alto precio de la energía, declaró el G-8 es un "riesgo" para el crecimiento económico mundial. "El crecimiento global sigue siendo sólido y es gradualmente más repartido", aseguró el bloque en el comunicado tras una reunión de dos días en la capital rusa.
Pese a los elevados precios del crudo, en 2005 la economía mundial creció en promedio por encima de 4 por ciento. "Sin embargo, persisten los riesgos provocados por altos y volátiles precios de la energía, y por los desequilibrios mundiales", añadió la declaración de los ministros, en referencia a los déficit de la cuenta corriente de Estados Unidos (que alcanza 800 mil millones de dólares, poco más del producto interno bruto de México) y, como corolario, los amplios excedentes de los países asiáticos y de los productores de petróleo.
El "ajuste" de esos desequilibrios es una "responsabilidad compartida", se advirtió en la declaración.
Respecto de los riesgos causados por los altos precios energéticos, el G-8 exhortó a una "amplia acción conjunta de países consumidores y productores de energía para facilitar la inversión en el sector, mejorar la eficacia energética y promover una mayor transparencia y fiabilidad en las estadísticas del mercado energético".
Peligran objetivos del Milenio
Además, los ministros exhortaron a una mayor cooperación internacional en el sector de la energía, y a una ayuda específica a los países pobres. "El insuficiente acceso a los servicios energéticos constituye un obstáculo al crecimiento económico, y puede poner en peligro los objetivos del Milenio para el desarrollo, especialmente en Africa subsahariana".
Estos objetivos, fijados por la ONU en 2000, pretenden limitar la pobreza en el mundo -quienes viven con menos de un dólar por día-, reduciendo a la mitad su proporción en 2015.
"Vamos a explorar las posibilidades de acentuar nuestros esfuerzos en ayuda para aliviar la pobreza energética y estimular a los donantes bilaterales y multilaterales a mejorar su asistencia en este ámbito", indicaron los ministros.