Usted está aquí: viernes 9 de junio de 2006 Cultura ''Negligencia y descuido'' afectan el resguardo de archivos oficiales

Ramón Aguilera presentó anoche un libro sobre el tema, del cual es coautor

''Negligencia y descuido'' afectan el resguardo de archivos oficiales

México es de los pocos países que carecen de una ley en la materia, deplora el investigador

Si los acervos no son organizados, ''sólo se digitaliza la basura'', señala a La Jornada

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Deplorable condición de archivos hacinados en una secretaría de Estado Foto: Cortesía Instituto de Estudios Históricos Carlos Sigüenza y Góngora

El Archivo General de la Nación (AGN) y los archivos que resguarda la administración pública de los tres niveles de gobierno se encuentran en crisis ante la falta de personal capacitado para su manejo y preservación, considera Ramón Aguilera Murguía, director del Instituto de Estudios Históricos Carlos Sigüenza y Góngora.

Anoche, en el Casino Español, de Isabel la Católica 29, Centro Histórico, el investigador presentó el libro Los archivos públicos: su organización y conservación, que realizó en colaboración con Jorge Nacif Mina, para ofrecer las nociones básicas en la formación de archivistas.

En entrevista con La Jornada, el especialista, con 25 años de experiencia en el tema, deplora que México sea de los pocos países que no cuenta con una ley de archivos.

''En países europeos o en Estados Unidos, quien se ocupa de los archivos cursó una carrera profesional; aquí las dependencias públicas mandan al archivo al empleado castigado, al todólogo, al desempleado que acepta 'cualquier chamba'.

''Tal negligencia y descuido es grave, pues los archivos de hoy, que se encuentran en bodegas sucias, conviviendo con mobiliario roto, llantas y todo tipo de basura, a futuro serán los archivos históricos, el patrimonio y la memoria documental del país", explicó.

Ni hablar de la catalogación

Aguilera agregó que no deben confundirse los archivos históricos que ya están constituidos, con los archivos administrativos. Los primeros, en general, ''se medio conservan bien, aunque también les falta trabajo archivístico para facilitar la labor de los investigadores, pero falta dinero para que más personal trabaje en ellos, para fumigaciones, restauración, así como para la adecuación de los lugares de resguardo. Ni hablar de la catalogación.

''En cuanto a los archivos administrativos, el problema fundamental en los ámbitos federal, estatal y municipal es que no se atienden. Durante este sexenio se habló muy bonito de la transparencia y del acceso a la información, pero ante 400 mil cajas de archivo muerto que no le interesan a nadie, en las que nadie trabaja, ¿cómo se puede encontrar algo?"

Aclaró que algunos organismos realizan gran esfuerzo por rescatar el patrimonio documental, como la Comisión Federal de Electricidad, el área de petroquímica de Petróleos Mexicanos, Nacional Financiera y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

En contraste, dijo, hay dependencias con ''descuidos" notables, como las secretarías de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación o la del Trabajo y Previsión Social, con más de un millón de expedientes de los años 50 y se quedaron a medias en la organización de éstos.

''No existe una ley de archivos, iba a salir algo este año, pero se quedó en el tintero de los senadores, en una primera lectura. Si bien era una ley con lagunas, era una buena primera intención. Pero no pasó nada.

''Todos los archivos públicos son monumentos históricos, bienes de la nación. Pero en los años recientes, quien no fue sensible al tema simplemente pensó en su acervo documental como un estorbo que se debe eliminar, y entonces, ¿quien va a alimentar los archivos históricos de las próximas generaciones?"

El especialista narra que fue a partir de los años 70 cuando comenzó a acabarse la práctica archivística en México. La Ley de Transparencia, promulgada durante la administración foxista, fue un valioso intento por salvar del deterioro los acervos documentales, pero ''no todas las instituciones lo entendieron. Por eso se ha perdido mucha documentación: en los archivos hay hongos, humedad y eso acaba con el papel. Debido a la negligencia en muchos casos ni siquiera sabremos lo importante que son algunos acervos".

El AGN trabaja bien, a secas

Ramón Aguilera agrega que el AGN trabaja bien, a secas. El problema es que ''cuando se quisieron ordenar los archivos de los siglos XX y XXI, se llamó a personal sin preparación, con poca sensibilidad e interés".

El libro Los archivos públicos: su organización y conservación, añade, pretende ser ''un llamado de atención y una propuesta académica. También daremos a conocer la creación en México de una escuela de archivistas, la cual contará con la colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona, por conducto de su Escuela Superior de Archivística y Gestión de Documentos".

El investigador aclaró que no se puede iniciar ningún proyecto de digitalización de archivos mientras éstos no sean organizados, de lo contrario ''sólo se digitaliza la basura. Eso es lo que hacen muchos organismos pensando que la digitalización es la panacea, pero no todo se debe conservar en medios digitales, eso no hace más que elevar los costos.

''Es más confiable la microfilmación, es más barata y los microfilmes duran entre 50 y 60 años en buenas condiciones."

 
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