A los papás les cuesta más trabajo aceptar a un hijo homosexual, dice sicóloga
Letra S y DIF se unen para ayudar a la comunidad gay y a sus familiares
Irene reconoció que le falta seguridad para confesarle a su padre la verdad: ama a una mujer con quien lleva una relación desde hace dos años. Cuando ella tenía cuatro años su madre murió; sus hermanos ya se enteraron, pero no les importa. Aprendió a interiorizar su lesbiandad y encontró amigos que comparten con ella la misma orientación sexual en el Grupo de Jóvenes Gays y Lesbianas de Letra S.
Este colectivo y el Grupo de Padres, Madres y Familiares de Gays y Lesbianas de Letra S forman parte del primer proyecto mexicano en el que una institución gubernamental (el DIF) y una asociación civil (Letra S) encaminan sus esfuerzos para brindar apoyo profesional y gratuito a adolescentes del sector lésbico gay, así como a sus padres.
Armando dijo que los talleres le han ayudado para relacionarse con su familia: "Mi mamá nos apoya mucho y tengo un hermano de seis años que me pregunta sobre la diversidad sexual; en algún momento nos sorprendió pues, sin estar enterado, dijo: 'Armando y fulano son novios'."
¿Tiene un hijo homosexual?
La sicóloga Lina Pérez Cerqueda coordina la terapia de ambos grupos, la cual es nueva en su género. Se enfoca en la "construcción de la identidad homosexual", en el caso de los muchachos, y la revisión personal de los padres al tener un hijo homosexual.
Además del rechazo de la familia, "los chicos llegan a preguntarme por el VIH/sida, pues dudan si están infectados; chicas adoptan un rol masculino para no ser débiles; otros quieren suicidarse porque su novio los dejó", explicó la sicóloga.
Según la hipótesis de Lina, a los papás les cuesta más trabajo aceptar a un hijo gay que a una hija lesbiana. "Ha habido mamás que dicen: 'me hice a la idea de que perdí a mi hijo varón; pero lo quiero y lo respeto'. Todo el estereotipo se les esfuma: el que se casa, tiene hijos, es proveedor y macho."
Papás salen del clóset
Martha es una madre que llegó al grupo desesperada, tenía tres semanas de enterarse de la orientación sexual de su hijo. Recordó la escena: "se hincó, yo pensé que me iba a decir 'ya embaracé a la novia', pero dijo: 'quiero pedirles perdón por no ser el hijo que ustedes hubiesen deseado que fuera. Yo soy gay', y dije: eso qué cosa es; del mundo homosexual sólo conocía lo que se comenta en la calle: que son maricones".
Al principio ella creía que era un castigo de Dios; empero hoy admira la valentía de su retoño: "Tengo un excelente hijo. El grupo me ha permitido caminar junto con él". Su hijo y su yerno "destellan amor"; una ley como la de sociedades de convivencia les convendría porque les permitiría acceder a los privilegios que gozan sólo los matrimonios heterosexuales, consideró.
Martha y Ramón, al igual que Lety, Bety, Rebeca y otras madres, cada año desfilan en las marchas del orgullo gay. Además, han dado su testimonio en escuelas y han recibido el respaldo del Instituto de las Mujeres, del cual obtuvieron un apoyo económico de 100 mil pesos; el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred); Derechos Humanos, y el Instituto del Deporte.
Aunque el grupo no ofrece una terapia individual, madres y sicólogas pueden compartir su experiencia con la persona que se encuentre en un estado de crisis. El plan consta de tres módulos: Equidad de género y orientaciones sexuales, Salud sexual y reproductiva y Derechos humanos y sexuales, liderazgo y ciudadanía. El próximo iniciará el 24 de junio de 2006; las personas que deseen integrarse necesitan inscribirse con anterioridad en Letra S a los teléfonos: 55322751 y 56727096.